Brotes para crecer
Emilio López recuerda de sus años escolares "el izamiento de la bandera todos los días con la canción Aurora de fondo". Tiene presente este alumno del Programa Educativo de Adultos Mayores los desfiles para conmemorar una fecha patria. Considera toda "una experiencia ver la organización: las tropas militares, la banda tocando el himno nacional y otras marchas, el paso de los colegios por las calles frente a la plaza, en el cielo los representantes de la fuerza aérea con sus aviones. En síntesis, esto ayuda a la construcción ciudadana y a valorar la tradición cultural de la patria".
Pensar en la escuela lo induce a Emilio a volver al "día de la entrega del boletín", a "la impaciencia por saber cómo los maestros nos calificaban en ortografía, lectura, matemática, comprensión oral, redacción, también se consideraba el comportamiento. Las notas eran importantes, nuestros padres evaluaban con ellas nuestro desarrollo. Era triste repetir de grado porque perdías al grupo de compañeros".
"En el secundario -plantea- se produce un cambio de la niñez a la adolescencia y se pasa a estudiar con más exigencia para recibirse de maestro, bachiller o perito mercantil. Con cualquiera de estos títulos se podía conseguir un trabajo o seguir estudiando en la universidad para ser profesional".
Emilio tiene la convicción de que "estudiar es engrandecer a la persona, la familia y contribuir con conocimientos a la sociedad para una mayor calidad de vida".