¡Qué escasez!
Para rendir Metodología de la Investigación, Adrián Ramírez eligió hablar de indicadores y ligó el concepto al partido homenaje a Gabriel Milito.
"Si alguien se guía por las figuras de Independiente a las que se les organizó, entonces da lo mismo Ricardo Bochini que Milito. Primera razón para desestimar un partido homenaje como revelador de la contribución de un exfutbolista al club.
El segundo motivo es, lisa y llanamente, el recorrido por los videos o la memoria, en su defecto. ¿Fue Milito mejor defensor que Hugo Villaverde, Enzo Trossero, Elvio Pavoni, Francisco Sá?
Tercera cuestión, de menor peso ya que el fútbol es un deporte de conjunto, por lo cual lo magnífico que hace un jugador puede verse arruinado por un compañero: ¿Milito aportó a la conquista de títulos como lo hicieron Jorge Burruchaga, Daniel Garnero, Carlos Goyén, Ricardo Giusti, Néstor Clausen, Pablo Rotchen, Gustavo López, Roberto Ferreiro, Miguel Santoro?
En síntesis, un partido homenaje de ninguna manera da la pauta de la calidad de un jugador, aunque sí resulta útil para deducir cómo han sido los últimos quince años de una institución".
Un blog variopinto, con textos ligados a pensamientos, sensaciones, descripciones, narraciones, sentimientos, ocurrencias y reflexiones sobre temas periodísticos sin correr tras primicias. Miradas acerca de lo que nos pasa, lo que nos gustaría, lo que perdimos y lo que soñamos.
26/12/13
23/12/13
Navidad futbolera
En el fútbol, las barras bravas traman amistades basadas en el odio. Es fácil concluir cuánto duran y cuán frágiles son. Como parte de un sistema perverso, viajan a los mundiales, sea como consecuencia de sus extorsiones a dirigentes, jugadores y técnicos o, peor aun, por gobernantes que sienten que corresponde premiarlas.
Sin embargo, en semejante vendaval vuelan palomas de la paz: los clubes Banfield, Temperley y Talleres de Remedios de Escalada se han solidarizado con Los Andes ante la rotura del techo y gran parte de su sede. Supieron ser hermanos en la adversidad de quien habitualmente es su clásico rival.
Varias estaciones al norte por la línea del ferrocarril Roca, también distante en su historia, una institución sumida en problemas y en el descenso se hizo tiempo para darle una mano al caído. Gracias, Independiente.
En el fútbol, las barras bravas traman amistades basadas en el odio. Es fácil concluir cuánto duran y cuán frágiles son. Como parte de un sistema perverso, viajan a los mundiales, sea como consecuencia de sus extorsiones a dirigentes, jugadores y técnicos o, peor aun, por gobernantes que sienten que corresponde premiarlas.
Sin embargo, en semejante vendaval vuelan palomas de la paz: los clubes Banfield, Temperley y Talleres de Remedios de Escalada se han solidarizado con Los Andes ante la rotura del techo y gran parte de su sede. Supieron ser hermanos en la adversidad de quien habitualmente es su clásico rival.
Varias estaciones al norte por la línea del ferrocarril Roca, también distante en su historia, una institución sumida en problemas y en el descenso se hizo tiempo para darle una mano al caído. Gracias, Independiente.
20/12/13
El desastre de la bolsa
imaginaria
Por Martín Búfali
Jugaba a agarrar cosas del aire,
se las imaginaba. Un elefante, se le ocurría. Un sombrero, una raqueta, un ovillo
de lana. Los agarraba y apretaba fuerte con sus manos, para luego arrojarlos.
A veces hasta escuchaba los gritos cuando se
trataba de seres vivos. Le costó tanto
una vez atrapar una jirafa que asomaba entre el aire invisible y se esfumaba
entre el humo del cigarrillo, de a ratos se desvanecía, hasta que pudo tenerla
en su mano derecha y la apretujó con fuerza, faltaba no más que se le escapara.
Esa tarde de invierno se le ocurrió
comenzar a guardar aquellos seres imaginarios. Pensó enseguida. Imaginó y creó
en el mismo loco pensamiento una bolsa gigante. Así empezó a guardar a todos
estos voladores de la nada, del todo. Fue casi en verano, cuando notó que la
bolsa era infinitamente gigante, que no podía arrojar más cosas dentro. Todo estalló
cuando los gritos lo despertaron ese tres de enero: Los animales se peleaban
entre sí. La fruta se había podrido y desparramaba un olor que ya el resto no
aguantaba. Los cascarudos morían aplastados, las cucarachas comían de ellos.
Las princesas lloraban de soledad y renegaban de la incomodidad. Todo era un entumecido
desastre. En pocos meses la idea de la bolsa se le había convertido en una
catástrofe.
Saltó de su cama y fue directo a abrir
la bolsa. Tardó veintinueve días, casi un mes, en romperla, sacaba nylon y
sacaba.. y sacaba interminablemente hasta que logró que todos quedaran
fuera. Abrió las puertas y ventanas de
su casa y los dejó ir. A todos.
Nunca entendió por qué el
elefante se quedó mirándolo fijo. “Vete, eres libre” Le aconsejó acongojado,
pero haciendo caso omiso el elefante llevó su trompa hasta la boca, sacó de allí
un cofre y se lo entregó; “Ya que no tienes bolsa ni seres imaginarios te
regalo este cofre, aquí podrás guardar los recuerdos, que ocupan menos lugar y
no reniegan”. Así el elefante se convirtió en nube y se metió dentro.
El silencio reinó en la casa
desde ese día, aunque a veces el cofre retumbaba como si una estampida dentro
quisiera salir.
19/12/13
Un gran diseño
El arquitecto que enseñaba Matemática les sugería a sus alumnos de secundario que, al menos una vez en la vida, escucharan la quinta sinfonía de Beethoven. En sus clases de consulta escuchaba a Lang Lang tocar el piano y cada tanto le daba un vistazo al monitor; le caía en gracia su histrionismo.
"Vive y deja vivir", tenía escrito en su agenda el 13 de cada mes. A nadie convencía de que había elegido la fecha por corresponder a un número primo. Habrá sido por esto que permitía que en los parciales varios colocaran en la mesa ya fuera un conejo de peluche, una estampita o una barra de cereal. Habrá sido por aquello que proponía Beethoven sin tratar de idiotas a los fanáticos de David Gueta.
Lograba círculos perfectos de un solo trazo y era contemplativo con quienes ni siquiera podían hacer un trapezoide.
En el servicio militar lo hacían frotarse nieve sobre el torso desnudo. Sublime docente, aprendió a recordarlo sin rencor.
El arquitecto que enseñaba Matemática les sugería a sus alumnos de secundario que, al menos una vez en la vida, escucharan la quinta sinfonía de Beethoven. En sus clases de consulta escuchaba a Lang Lang tocar el piano y cada tanto le daba un vistazo al monitor; le caía en gracia su histrionismo.
"Vive y deja vivir", tenía escrito en su agenda el 13 de cada mes. A nadie convencía de que había elegido la fecha por corresponder a un número primo. Habrá sido por esto que permitía que en los parciales varios colocaran en la mesa ya fuera un conejo de peluche, una estampita o una barra de cereal. Habrá sido por aquello que proponía Beethoven sin tratar de idiotas a los fanáticos de David Gueta.
Lograba círculos perfectos de un solo trazo y era contemplativo con quienes ni siquiera podían hacer un trapezoide.
En el servicio militar lo hacían frotarse nieve sobre el torso desnudo. Sublime docente, aprendió a recordarlo sin rencor.
17/12/13
Algo se progresa
"Fijate bien".
Adrián Ramírez no se enojó esta vez al escuchar la recomendación. Después de votar a Daniel Passarella y de tener que afrontar como garante siete de las ocho cuotas de los muebles de cocina de quien suponía amigo, se daba cuenta de que no había aprendido.
Lo que siguió fue un empleo que al menos le permitió charlar seguido con Paloma, la secretaria del mediador del Ministerio de Trabajo, de quien no dejó de gustar por mucho que le sugirieron abstenerse. Solo se convenció de que era cierto lo que le contaban cuando el novio de ella labró "Basta" con un cuchillo sobre el capó de su VW 1500 azul.
Reparó en que la aseguradora que contratara tres años atrás no cubría ese tipo de daños. También se dio cuenta de que desoír al médico salía caro; en lugar de caminar, sacó el auto para recorrer las ocho cuadras hasta la panadería y lo estampó un Falcon amarillo que circulaba a 70 kilómetros por hora.
Al menos se fijó bien y eligió a un buen confesor que lo ayudó a morir en paz.
"Fijate bien".
Adrián Ramírez no se enojó esta vez al escuchar la recomendación. Después de votar a Daniel Passarella y de tener que afrontar como garante siete de las ocho cuotas de los muebles de cocina de quien suponía amigo, se daba cuenta de que no había aprendido.
Lo que siguió fue un empleo que al menos le permitió charlar seguido con Paloma, la secretaria del mediador del Ministerio de Trabajo, de quien no dejó de gustar por mucho que le sugirieron abstenerse. Solo se convenció de que era cierto lo que le contaban cuando el novio de ella labró "Basta" con un cuchillo sobre el capó de su VW 1500 azul.
Reparó en que la aseguradora que contratara tres años atrás no cubría ese tipo de daños. También se dio cuenta de que desoír al médico salía caro; en lugar de caminar, sacó el auto para recorrer las ocho cuadras hasta la panadería y lo estampó un Falcon amarillo que circulaba a 70 kilómetros por hora.
Al menos se fijó bien y eligió a un buen confesor que lo ayudó a morir en paz.
No pares la música
Por Matilde Maffrand, alumna de los talleres de Filosofía, Literatura y Comunicación Radiofónica del Programa Educativo de Adultos Mayores.
Por Matilde Maffrand, alumna de los talleres de Filosofía, Literatura y Comunicación Radiofónica del Programa Educativo de Adultos Mayores.
Me gustan los
desafíos y los paralelos.
Me gusta pensar
las ideas y escribirlas.
Me gusta entrar
en el mundo entramado de las palabras.
A la propuesta
de componer un texto ligando once canciones: Suficientemente justo- La
ventisca-El amor es como una mariposa-Nadie lo hace mejor- Oscurecimiento del
día- El vals de Matilde- Va a estar bueno- Buenas noches, adiós- No pares la
música- El tequila hace caer sus prendas- Llegaré ahí algún día.
La revista Time
en un acto suficientemente justo
eligió a Jorge Bergoglio, y lo nombró “Personaje del año”. Eso me hace pensar
cuánto desconocemos de los hombres públicos hasta que se hacen visibles,
penetran en nuestras familias, y con su andar nos identifican, fue poderosa la ventisca de aire puro que instaló ese Papa Francisco en los
corazones de seres descreídos, que en el medio del vendaval no encuentran
modelos que les sirva como espejos. En su primer mensaje para la Jornada mundial
de la Paz, habló de temas claves, puso en valor “la globalización de la
indiferencia”, el amor es como una mariposa que vive poco y se agota en su
vuelo, dijo “no hay vidas desperdiciadas” al afirmar que la falta de
fraternidad entre los hombres contribuye a aumentar la pobreza, esa que nos
avergüenza como raza humana.
El hombre y la
palabra.
Dijo, “La
familia es la fuente de toda fraternidad”, en un mensaje llano, solidario,
bondadoso, que tiende a curar a las personas heridas por las injusticias
sociales, en esto de hablar claro, nadie
lo hace mejor. Hay un oscurecimiento del día que tiene que ver
con la mentalidad de los residuos y lo
que significa, al llevar al olvido a gran cantidad de personas.
Ah! el vals de Matilde, melodía de amor
real, Manuel y Matilde que nos hacen
pensar que para algunos las palabras no son más que sonidos que salen de su
boca, mientras para otros representan el significado de la vida misma, su
honor, su honra. La palabra-logos, el valor de la palabra, va a estar bueno recordar que el lenguaje es una de las creaciones
más originales del ser humano.
Buenas noches y adiós al desprecio y
el olvido de los más vulnerables, no
pares la música que cada palabra corporiza en cada gesto humano. Yo soy
porque nosotros somos y recuerda: el
tequila hace caer sus prendas y nos involucra.
Hay una figura
sólida en el lenguaje, de andar comprometido, de rostro limpio, sin sombras,
perfilado en el tiempo…llegaré ahí algún
día?
La palabra
entrelazó sus manos con mis flores de encaje, abrimos nuestras alas y echamos a
volar.
16/12/13
Contame once canciones
Suficientemente justo. La ventisca. El amor es como una mariposa. Nadie lo hace mejor. Oscurecimiento del día. El vals de Matilde. Va a estar bueno. Buenas noches, adiós. No pares la música. El tequila hace caer sus prendas. Llegaré ahí algún día.
La profesora terminó de escribir esto en el pizarrón, se sacudió el polvo de tiza de las manos y pidió un cuento que incluyera estos nombres de canciones en el orden establecido.
Julieta fue de las que no se quejó al escuchar que tenían quince minutos para terminar. Sentía que ese tripo de trabajos demandantes la ayudaba a bajar cada vez más el tiempo en que completaba la Claringrilla.
Salvadas las tachaduras, esto es lo que produjo:
¿Qué es ser suficientemente justo? La ventisca de la impaciencia suele vapulear los vínculos, lo sé y lo lamento. El amor es como una mariposa, así de bonito y de frágil. Nadie lo hace mejor, sentí cuando ya era tarde y él caminaba de la mano con otra frente a la vidriera de Casa Tía. Para ellos habrá sido un bello anochecer; para mí, oscurecimiento del día. De vuelta en casa, escuché El vals de Matilde, gracias a grooveshark.com. Vi en el diario que el mismo hombre que prometía Va a estar bueno Buenos Aires aprobaba a través de sus legisladores una quita de deuda a quien es dueño de casinos. ¿Será por insolvencia? Por esas horas Usain Bolt no le pudo ganar una carrera a Mauricio Macri. El jamaiquino no fingió, Mauricio lo acostó como hizo con el pueblo al que le dijo Buenas noches, adiós.
No pares la música, Internet. Ayudame a procesar, no a olvidar, este trago.
La pantalla de América muestra a un rubio que ha hecho del mal gusto un plato diario después de las 23. El tequila hace caer sus prendas, asegura acerca de una modelo de sinceridad: al menos esta rubia oxigenada no usa el eufemismo "casting sábana" y opta por decir que tiene sexo por dinero.
Tranquila, profesora, no llegaré ahí algún día.
Suficientemente justo. La ventisca. El amor es como una mariposa. Nadie lo hace mejor. Oscurecimiento del día. El vals de Matilde. Va a estar bueno. Buenas noches, adiós. No pares la música. El tequila hace caer sus prendas. Llegaré ahí algún día.
La profesora terminó de escribir esto en el pizarrón, se sacudió el polvo de tiza de las manos y pidió un cuento que incluyera estos nombres de canciones en el orden establecido.
Julieta fue de las que no se quejó al escuchar que tenían quince minutos para terminar. Sentía que ese tripo de trabajos demandantes la ayudaba a bajar cada vez más el tiempo en que completaba la Claringrilla.
Salvadas las tachaduras, esto es lo que produjo:
¿Qué es ser suficientemente justo? La ventisca de la impaciencia suele vapulear los vínculos, lo sé y lo lamento. El amor es como una mariposa, así de bonito y de frágil. Nadie lo hace mejor, sentí cuando ya era tarde y él caminaba de la mano con otra frente a la vidriera de Casa Tía. Para ellos habrá sido un bello anochecer; para mí, oscurecimiento del día. De vuelta en casa, escuché El vals de Matilde, gracias a grooveshark.com. Vi en el diario que el mismo hombre que prometía Va a estar bueno Buenos Aires aprobaba a través de sus legisladores una quita de deuda a quien es dueño de casinos. ¿Será por insolvencia? Por esas horas Usain Bolt no le pudo ganar una carrera a Mauricio Macri. El jamaiquino no fingió, Mauricio lo acostó como hizo con el pueblo al que le dijo Buenas noches, adiós.
No pares la música, Internet. Ayudame a procesar, no a olvidar, este trago.
La pantalla de América muestra a un rubio que ha hecho del mal gusto un plato diario después de las 23. El tequila hace caer sus prendas, asegura acerca de una modelo de sinceridad: al menos esta rubia oxigenada no usa el eufemismo "casting sábana" y opta por decir que tiene sexo por dinero.
Tranquila, profesora, no llegaré ahí algún día.

Una papa de la bolsa
Por Martín Búfali
Una
oveja más del rebaño, esquilado por el calor y el contacto humano tan
cercano. Los pozos de las calles que nos tiran unos encima de otros. El
sudor compartido. La frenada desmedida que convierte simples seres en
profesionales del tango.
No quiero ser una papa de la bolsa, sin embargo me tomo el
ciento uno con mi camisa planchada y el pantalón de vestir. Al bajar, la
moda se apiada de mí y me convierto en el marido recién divorciado que
ni idea tiene de lo que es una plancha.
¿Quién sabe qué puede suceder en ese viaje? Sin embargo me asomo
como puedo por la ventanilla, respiro, y veo pasar un mundo mágico,
lleno de pequeños y grandes magos, de diferentes nacionalidades, que
aceptan ser una papa de la bolsa con tal de llegar a horario al trabajo.
Andá a la esquina a ver...
Por Martín Búfali
De repente la palabra "saqueo" se torna moda. La asimilamos y la hacemos parte de nuestra realidad. La nombramos, tomamos precaución al respecto. De repente la palabra "inseguridad" yace saturada de tanto relacionarla con casi todas las situaciones de la vida. Por eso las mochilas delante, la billetera escondida.
La gente se vuelve antisocial. No sabe si es un saludo o un intento de robo. Mantiene la mirada hacia adelante, no existe el "permiso", porque es imposible anticipar un tropiezo cuando se intenta no mirar alrededor. Y mirar... Mirar conlleva la posible cara triste de un niño que pide una limosna, y a media cuadra su hermana, también niña, con uno mas pequeño en brazos, haciendo lo mismo.
La gran época de la ignorancia. No de ignorantes, sino una que desliga culpa. Aquella que nos permite seguir adelante sin tener que convidar un cigarrillo apenas se asoma el relieve de la etiqueta en el pantalòn. Los radares del pobre están activos. Los de los delincuentes más aún. He aquí la cuestión. Imposible saber quién es el de bajos recursos, y quién el que al intentar sacar una moneda te saque la billetera y salga corriendo. El concepto de mundo antisocial. Por miedo.
Y de repente ir llenando la heladera, ya que se anticipa el cierre de los negocios ante saqueos premeditados, organizados con anticipación. Con fecha y hora. Tan precisos que no debe tratarse de simples delincuentes ni hambrientos, sino de gente profesional e inteligente que sabe analizar, planear, e intervenir en la vida socioeconómica del pueblo.
De repente lo permitimos. Permitimos que el gobierno permita esta demencia. Aceptamos y convivimos con personas que vienen de otros paìses y roban tierras, no tierras en zonas lejanas. Roban tierras y "edifican" con toldos sus hogares en el corazón de nuestro país. Nos exigen pagarles sus impuestos, ya que estàn exentos, pues somos el país donde cada quien hace lo que quiere.
Resulta extraño pensar si algún día alguien piensa hacer algo. La estúpida sociedad que lo permite o los ineptos políticos que manejan al país. Al bolsillo del ciudadano.
Se puede ser bondadoso con la gente de otras nacionalidades que viene al país con ideas de crecimiento, de educar a sus hijos, de trabajar. Bienvenidos. Enhorabuena.
Todo lo contrario para el que no solo ocupa lugar, ensucia la ciudad, roba, delinque, y se le ríe en la cara a una Argentina tan pero tan hecha mierda.
Viva la mantienen aquellos trabajadores que con el sudor de su frente, pagan con sus impuestos los lujos de los políticos y la cerveza de los usurpadores.
Parece una historia de ficción. Pero todo se encuentra a la vuelta de la esquina, a tal punto que ya no se usa la esquina para ver si llueve, sino para ver si te roban.
Por Martín Búfali
De repente la palabra "saqueo" se torna moda. La asimilamos y la hacemos parte de nuestra realidad. La nombramos, tomamos precaución al respecto. De repente la palabra "inseguridad" yace saturada de tanto relacionarla con casi todas las situaciones de la vida. Por eso las mochilas delante, la billetera escondida.
La gente se vuelve antisocial. No sabe si es un saludo o un intento de robo. Mantiene la mirada hacia adelante, no existe el "permiso", porque es imposible anticipar un tropiezo cuando se intenta no mirar alrededor. Y mirar... Mirar conlleva la posible cara triste de un niño que pide una limosna, y a media cuadra su hermana, también niña, con uno mas pequeño en brazos, haciendo lo mismo.
La gran época de la ignorancia. No de ignorantes, sino una que desliga culpa. Aquella que nos permite seguir adelante sin tener que convidar un cigarrillo apenas se asoma el relieve de la etiqueta en el pantalòn. Los radares del pobre están activos. Los de los delincuentes más aún. He aquí la cuestión. Imposible saber quién es el de bajos recursos, y quién el que al intentar sacar una moneda te saque la billetera y salga corriendo. El concepto de mundo antisocial. Por miedo.
Y de repente ir llenando la heladera, ya que se anticipa el cierre de los negocios ante saqueos premeditados, organizados con anticipación. Con fecha y hora. Tan precisos que no debe tratarse de simples delincuentes ni hambrientos, sino de gente profesional e inteligente que sabe analizar, planear, e intervenir en la vida socioeconómica del pueblo.
De repente lo permitimos. Permitimos que el gobierno permita esta demencia. Aceptamos y convivimos con personas que vienen de otros paìses y roban tierras, no tierras en zonas lejanas. Roban tierras y "edifican" con toldos sus hogares en el corazón de nuestro país. Nos exigen pagarles sus impuestos, ya que estàn exentos, pues somos el país donde cada quien hace lo que quiere.
Resulta extraño pensar si algún día alguien piensa hacer algo. La estúpida sociedad que lo permite o los ineptos políticos que manejan al país. Al bolsillo del ciudadano.
Se puede ser bondadoso con la gente de otras nacionalidades que viene al país con ideas de crecimiento, de educar a sus hijos, de trabajar. Bienvenidos. Enhorabuena.
Todo lo contrario para el que no solo ocupa lugar, ensucia la ciudad, roba, delinque, y se le ríe en la cara a una Argentina tan pero tan hecha mierda.
Viva la mantienen aquellos trabajadores que con el sudor de su frente, pagan con sus impuestos los lujos de los políticos y la cerveza de los usurpadores.
Parece una historia de ficción. Pero todo se encuentra a la vuelta de la esquina, a tal punto que ya no se usa la esquina para ver si llueve, sino para ver si te roban.
15/12/13
Saludo inusual
¿Cómo estás, lector? Te propongo dejar de lado la respuesta fácil, el atajo de "bien, ¿y vos?". Total este diálogo es distinto, como que no nos estamos viendo. Quizás estos tramos te sirvan antes de responder. A veces, viendo a otros nos vemos a nosotros mismos. A propósito de percepción, conviene recordar que, según Miguel de Unamuno, "los miopes estiman que lo normal es la miopía".
En su cuento "Bruja", Julio Cortázar dice esto de Paula: "Trata de ordenar sus inmediatas intuiciones, identificarlas y hacerlas conocimiento". Sostiene que "se acentúa en su rostro la sombría conformidad del que alcanza la paz a través del moderado razonamiento y no con el alegre desorden de una existencia total". Asegura que "Paula ha guardado en el vasto cofre de sus muchos silencios una íntima seguridad; algo le dice que ella puede".
Bienvenidas las respuestas al saludo.
¿Cómo estás, lector? Te propongo dejar de lado la respuesta fácil, el atajo de "bien, ¿y vos?". Total este diálogo es distinto, como que no nos estamos viendo. Quizás estos tramos te sirvan antes de responder. A veces, viendo a otros nos vemos a nosotros mismos. A propósito de percepción, conviene recordar que, según Miguel de Unamuno, "los miopes estiman que lo normal es la miopía".
En su cuento "Bruja", Julio Cortázar dice esto de Paula: "Trata de ordenar sus inmediatas intuiciones, identificarlas y hacerlas conocimiento". Sostiene que "se acentúa en su rostro la sombría conformidad del que alcanza la paz a través del moderado razonamiento y no con el alegre desorden de una existencia total". Asegura que "Paula ha guardado en el vasto cofre de sus muchos silencios una íntima seguridad; algo le dice que ella puede".
Bienvenidas las respuestas al saludo.
13/12/13
Granados docentes
¿Cómo sonaría un embajador de buena voluntad de Naciones Unidas diciendo "nunca está demás un cargador lleno para encarrilar disidentes"?
¿Y ungir ministro de Seguridad a quien ha visto con buenos ojos que la gente se arme para defenderse? El mismo hombre dice que espera afuera a quien lo trata de ladrón, lo cual sobreentiende su disposición a zanjar diferencias a los golpes. De yapa rotula a ese hombre de "pedazo de mogólico". Transcurren las horas y se disculpa por semejante desatino, no así por el anterior. ¿Será que asume que la seguridad es un bien que se logra mediante la violencia?
Avanzan los días y su responsable político, el gobernador de Buenos Aires, no le pide la renuncia.
Sin ser maestros, Alejandro Granados y Daniel Scioli enseñan: uno, a abusar del poder; otro, a no aplicarlo. Sin querer, disparan contra la democracia.
¿Cómo sonaría un embajador de buena voluntad de Naciones Unidas diciendo "nunca está demás un cargador lleno para encarrilar disidentes"?
¿Y ungir ministro de Seguridad a quien ha visto con buenos ojos que la gente se arme para defenderse? El mismo hombre dice que espera afuera a quien lo trata de ladrón, lo cual sobreentiende su disposición a zanjar diferencias a los golpes. De yapa rotula a ese hombre de "pedazo de mogólico". Transcurren las horas y se disculpa por semejante desatino, no así por el anterior. ¿Será que asume que la seguridad es un bien que se logra mediante la violencia?
Avanzan los días y su responsable político, el gobernador de Buenos Aires, no le pide la renuncia.
Sin ser maestros, Alejandro Granados y Daniel Scioli enseñan: uno, a abusar del poder; otro, a no aplicarlo. Sin querer, disparan contra la democracia.
11/12/13
Presión tributaria
El muchacho escuchó en silencio el diagnóstico. El pulgar y el índice de la mano derecha pasaron un par de veces por sus párpados hasta terminar en el tabique nasal. Tres palmaditas sobre el antebrazo izquierdo, un recorrido visual por el diploma y por certificados de cursos fueron sus gestos siguientes. Se tocó la oreja con la izquierda y sintió que nada es gratis. No estaba resentido por tener que pasar varias semanas en una camilla en vez de sobre una cancha. Tampoco se arrepentía de haber jugado en esa cancha de cuyos pozos podía salir hasta el gigante egoísta.
Como en el cuento de Oscar Wilde, el invierno pasó cuando el ensimismamiento cedió ante la contemplación de otros que sufren. La camilla se hizo entonces ocasión para crecer desde la admiración a quienes llevan semanas trabajando para recuperar la movilidad de sus dedos, dejar las muletas o sentir nuevamente que las manos obedecen órdenes.
A semejanza de algunos impuestos, hay dolores que sirven para algo.
El muchacho escuchó en silencio el diagnóstico. El pulgar y el índice de la mano derecha pasaron un par de veces por sus párpados hasta terminar en el tabique nasal. Tres palmaditas sobre el antebrazo izquierdo, un recorrido visual por el diploma y por certificados de cursos fueron sus gestos siguientes. Se tocó la oreja con la izquierda y sintió que nada es gratis. No estaba resentido por tener que pasar varias semanas en una camilla en vez de sobre una cancha. Tampoco se arrepentía de haber jugado en esa cancha de cuyos pozos podía salir hasta el gigante egoísta.
Como en el cuento de Oscar Wilde, el invierno pasó cuando el ensimismamiento cedió ante la contemplación de otros que sufren. La camilla se hizo entonces ocasión para crecer desde la admiración a quienes llevan semanas trabajando para recuperar la movilidad de sus dedos, dejar las muletas o sentir nuevamente que las manos obedecen órdenes.
A semejanza de algunos impuestos, hay dolores que sirven para algo.
10/12/13
Anomia
Un muchacho sale del negocio con un sommier. Un hombre carga un par de botellas de cerveza y otra de whisky. Otros rompen un vidrio y se sirven prendas deportivas. Ninguno ha pagado.
El domingo en Clarín se leen dos citas que, aunque no se basen en los saqueos, acaso ayuden a entenderlos:
Carlos Bianchi habla de "la tendencia del yo-yo". Dice que "nadie se preocupa por el otro. Nuestra sociedad es primero yo y luego el resto". Rosa de la Fuente considera que "no se establece lo bueno si no se señala lo que está mal".
Un muchacho sale del negocio con un sommier. Un hombre carga un par de botellas de cerveza y otra de whisky. Otros rompen un vidrio y se sirven prendas deportivas. Ninguno ha pagado.
El domingo en Clarín se leen dos citas que, aunque no se basen en los saqueos, acaso ayuden a entenderlos:
Carlos Bianchi habla de "la tendencia del yo-yo". Dice que "nadie se preocupa por el otro. Nuestra sociedad es primero yo y luego el resto". Rosa de la Fuente considera que "no se establece lo bueno si no se señala lo que está mal".
Silencio
El texto contenía un par de errores. Eran fundamentales. Pasó el tiempo. A los veinte minutos, Ramírez golpeó despacio la puerta. Le volvieron a recordar que al docente le fastidiaba que lo interrumpieran mientras definía la nota de un examen. Pudo más la ansiedad y tocó más fuerte.
El profesor se había quedado dormido. Quince días después, a Ramírez lo evaluó el nuevo docente, que lamentó la muerte súbita del colega.
El texto contenía un par de errores. Eran fundamentales. Pasó el tiempo. A los veinte minutos, Ramírez golpeó despacio la puerta. Le volvieron a recordar que al docente le fastidiaba que lo interrumpieran mientras definía la nota de un examen. Pudo más la ansiedad y tocó más fuerte.
El profesor se había quedado dormido. Quince días después, a Ramírez lo evaluó el nuevo docente, que lamentó la muerte súbita del colega.
Primer mundo petrolero
Una de las ventajas de Youtube es el documental Dársena Sur. Pablo Reyero cuenta a través de El Negro, Lili y El Ruso lo que significa vivir a metros de un polo petroquímico y a años luz del primer mundo al que según alguien pertenecíamos. La obra data de 1997, cuando en el centro de Río Cuarto y otras ciudades de la Argentina aumentaban los locales comerciales vacíos y la desocupación, a contramano de los precios, casi congelados por la caída en el consumo.
Lili sufre porque en la casilla de chapa en la que residen sus hijos crecen viendo atardeceres siempre grises; aunque no haya tormenta, es el color del humo tóxico cuyo correlato bajo los pies es la soda cáustica que rompe zapatillas y causa alergias en la piel.
Al Ruso le toca ganar como peluquero más dinero que su padre, quien hace tiempo dejó ir a su esposa y se quedó con la botella y las changas como tapicero.
El Negro junta basura en un carro tirado por un caballo, duerme cerca de un chancho y de un curso de agua empetrolada, pero no se queja. Disfruta de "la libertad", de "la naturaleza" en la que vive y no se imagina en un departamento de los monoblocks vecinos de Dock Sud.
El documental fue objeto de un trabajo práctico en cuarto año del colegio San Ignacio. Debajo, un resumen traducido de expresiones de Amparo Cosio junto a Milagros Ricchini y de Magnolia Martínez Guerrero con Rosario Masoero.
Para Amparo y Milagros, las políticas económicas de los noventa "aumentaron la inequidades sociales entre ricos y pobres. Se tornó más difícil conseguir empleos bien pagos para trabajadores de cuello azul, por lo tanto sus ingresos no alcanzaban para cubrir las necesidades básicas de sus familias. Esto redujo muy rápido sus chances de vida. Los adultos empezaron a perder sus empleos en grandes cantidades y no pudieron darles a sus hijos el ejemplo de que tenían que trabajar cuando fueran mayores".
En un momento del documental, Liliana evoca agradecida y emocionada la ayuda que recibió de sus vecinos cuando debió afrontar los gastos por la muerte de su bebé. Era una de las razones por las que una tierra corrosiva rodeada por agua oscura constituían su lugar en el mundo. Las alumnas sienten que "no estaba lista para dejar atrás a su familia ni a sus amigos. Su socialización primaria la ayudó a atravesar situaciones muy difíciles como la muerte de su hija, que fueron muy duras para ella. Más aun, sus valores de lealtad la hicieron quedarse con la gente que tanto la había ayudado. Aparte de estos factores, Liliana no podía dejar su hogar debido a su muy baja o inexistente capacidad de ahorro".
Libertad, grito sagrado
Quizás por eso las estudiantes hayan manifestado que la gente de Dársena Sur tiene "escasas o nulas chances de elegir su futuro. Sus ingresos extremadamente bajos les limitan las posibilidades de ir a la escuela y de tener una educación adecuada. Con ello no obtienen trabajos que les proporcionen salarios altos y deben vivir en condiciones realmente malas, en casas y vecindarios donde la polución y la enfermedad son muy comunes", con el consiguiente riesgo de que sus hijos caigan en la trampa de la pobreza como sus padres. "Solo la gente privilegiada, acaudalada y poderosa puede tener una chance de decidir su presente y futuro en un país de economía conservadora". A cuento de esta manera de administrar recursos en medio de desigualdades grandes, apuntan que en la medida en que un gobierno "no trata de ayudar a los más pobres, ya sea directa o indirectamente hay discriminación". Además, "dado que los ricos tienen más poder, es posible que apliquen medidas para beneficiarse a sí mismos". Consignan en este sentido que "algunas empresas actúan como grupos de presión para explotar a los pobres mediante trabajo duro y salarios bajos, en la medida que sean trabajadores no calificados con bajas chances de obtener un empleo mejor".
Peligro: agua
Lejos del río cristalino de ensueño, el curso de agua vecino a la vivienda de El Negro y otras estaba "químicamente contaminado", lo que "reducía drásticamente la expectativa de vida de las familias".
Cuando esta es el agua que circunda los hogares y la nutrición es de calidad semejante es predecible un rendimiento escolar bajo. Magnolia y Rosario consideran que residir en casas pobres puede "dificultarles a los chicos estudiar apropiadamente".
Añaden que "en nuestra cultura, las personas que hablan en el documental no son consideradas prestigiosas y a menudo son ignoradas y discriminadas".Por eso, "si fuéramos ministras de Bienestar Social ofreceríamos empleos seguros, pensiones decentes y cobertura de salud. También trataríamos de promover educación, oportunidades de empleo y capacitación para el trabajo. Son estrategias para tratar de salir de lo que el autor Stephen Moore llama "trampa de la pobreza".
Distinto camino tomó el gobierno neoliberal, que "no interfirió en la vida económica del país" y "no ayudó a los pobres a mejorar sus condiciones de vida".
Otro de los aspectos contemplados fue la escasa expresividad verbal de los hombres en el documental. Rosario y Magnolia la adjudican a que esto "puede estar ligado al género; las mujeres en general son más sensibles que los hombres. Pueden explicar claramente sus sentimientos". Señalan asimismo que si la cultura a la que pertenecen es considerada menos importante, podrían sentir inferioridad y que no merecen ser escuchados.
Una de las ventajas de Youtube es el documental Dársena Sur. Pablo Reyero cuenta a través de El Negro, Lili y El Ruso lo que significa vivir a metros de un polo petroquímico y a años luz del primer mundo al que según alguien pertenecíamos. La obra data de 1997, cuando en el centro de Río Cuarto y otras ciudades de la Argentina aumentaban los locales comerciales vacíos y la desocupación, a contramano de los precios, casi congelados por la caída en el consumo.
Lili sufre porque en la casilla de chapa en la que residen sus hijos crecen viendo atardeceres siempre grises; aunque no haya tormenta, es el color del humo tóxico cuyo correlato bajo los pies es la soda cáustica que rompe zapatillas y causa alergias en la piel.
Al Ruso le toca ganar como peluquero más dinero que su padre, quien hace tiempo dejó ir a su esposa y se quedó con la botella y las changas como tapicero.
El Negro junta basura en un carro tirado por un caballo, duerme cerca de un chancho y de un curso de agua empetrolada, pero no se queja. Disfruta de "la libertad", de "la naturaleza" en la que vive y no se imagina en un departamento de los monoblocks vecinos de Dock Sud.
El documental fue objeto de un trabajo práctico en cuarto año del colegio San Ignacio. Debajo, un resumen traducido de expresiones de Amparo Cosio junto a Milagros Ricchini y de Magnolia Martínez Guerrero con Rosario Masoero.
Para Amparo y Milagros, las políticas económicas de los noventa "aumentaron la inequidades sociales entre ricos y pobres. Se tornó más difícil conseguir empleos bien pagos para trabajadores de cuello azul, por lo tanto sus ingresos no alcanzaban para cubrir las necesidades básicas de sus familias. Esto redujo muy rápido sus chances de vida. Los adultos empezaron a perder sus empleos en grandes cantidades y no pudieron darles a sus hijos el ejemplo de que tenían que trabajar cuando fueran mayores".
En un momento del documental, Liliana evoca agradecida y emocionada la ayuda que recibió de sus vecinos cuando debió afrontar los gastos por la muerte de su bebé. Era una de las razones por las que una tierra corrosiva rodeada por agua oscura constituían su lugar en el mundo. Las alumnas sienten que "no estaba lista para dejar atrás a su familia ni a sus amigos. Su socialización primaria la ayudó a atravesar situaciones muy difíciles como la muerte de su hija, que fueron muy duras para ella. Más aun, sus valores de lealtad la hicieron quedarse con la gente que tanto la había ayudado. Aparte de estos factores, Liliana no podía dejar su hogar debido a su muy baja o inexistente capacidad de ahorro".
Libertad, grito sagrado
Quizás por eso las estudiantes hayan manifestado que la gente de Dársena Sur tiene "escasas o nulas chances de elegir su futuro. Sus ingresos extremadamente bajos les limitan las posibilidades de ir a la escuela y de tener una educación adecuada. Con ello no obtienen trabajos que les proporcionen salarios altos y deben vivir en condiciones realmente malas, en casas y vecindarios donde la polución y la enfermedad son muy comunes", con el consiguiente riesgo de que sus hijos caigan en la trampa de la pobreza como sus padres. "Solo la gente privilegiada, acaudalada y poderosa puede tener una chance de decidir su presente y futuro en un país de economía conservadora". A cuento de esta manera de administrar recursos en medio de desigualdades grandes, apuntan que en la medida en que un gobierno "no trata de ayudar a los más pobres, ya sea directa o indirectamente hay discriminación". Además, "dado que los ricos tienen más poder, es posible que apliquen medidas para beneficiarse a sí mismos". Consignan en este sentido que "algunas empresas actúan como grupos de presión para explotar a los pobres mediante trabajo duro y salarios bajos, en la medida que sean trabajadores no calificados con bajas chances de obtener un empleo mejor".
Peligro: agua
Lejos del río cristalino de ensueño, el curso de agua vecino a la vivienda de El Negro y otras estaba "químicamente contaminado", lo que "reducía drásticamente la expectativa de vida de las familias".
Cuando esta es el agua que circunda los hogares y la nutrición es de calidad semejante es predecible un rendimiento escolar bajo. Magnolia y Rosario consideran que residir en casas pobres puede "dificultarles a los chicos estudiar apropiadamente".
Añaden que "en nuestra cultura, las personas que hablan en el documental no son consideradas prestigiosas y a menudo son ignoradas y discriminadas".Por eso, "si fuéramos ministras de Bienestar Social ofreceríamos empleos seguros, pensiones decentes y cobertura de salud. También trataríamos de promover educación, oportunidades de empleo y capacitación para el trabajo. Son estrategias para tratar de salir de lo que el autor Stephen Moore llama "trampa de la pobreza".
Distinto camino tomó el gobierno neoliberal, que "no interfirió en la vida económica del país" y "no ayudó a los pobres a mejorar sus condiciones de vida".
Otro de los aspectos contemplados fue la escasa expresividad verbal de los hombres en el documental. Rosario y Magnolia la adjudican a que esto "puede estar ligado al género; las mujeres en general son más sensibles que los hombres. Pueden explicar claramente sus sentimientos". Señalan asimismo que si la cultura a la que pertenecen es considerada menos importante, podrían sentir inferioridad y que no merecen ser escuchados.
6/12/13
Tres hombres
"Usted para mí es un objeto decorativo", le dijo don Ramírez a don González y salió.
"¿Qué viene a ser eso?", le preguntó González a Catán, que le respondió: "Debe significar que le parece agradable, que usted mejora los ambientes".
González se fue engañado y contento. Catán confirmó su fama de pacificador. Ramírez siguió a solas con el termo y el mate.
En la casa de la vecina Irma sonaba "I hear you sing again". Lástima grande que ninguno se detuvo a escuchar la espléndida voz de Janis Ian.
"Usted para mí es un objeto decorativo", le dijo don Ramírez a don González y salió.
"¿Qué viene a ser eso?", le preguntó González a Catán, que le respondió: "Debe significar que le parece agradable, que usted mejora los ambientes".
González se fue engañado y contento. Catán confirmó su fama de pacificador. Ramírez siguió a solas con el termo y el mate.
En la casa de la vecina Irma sonaba "I hear you sing again". Lástima grande que ninguno se detuvo a escuchar la espléndida voz de Janis Ian.
El lenguaje es la casa del ser
Por Matilde Maffrand, alumna de los
talleres de Comunicación Radiofónica- Literatura y Filosofía del Programa Educativo de Adultos Mayores.
El lenguaje es, lo
que le da al hombre identidad. En tanto hablante el hombre es hombre. La
palabra está después del silencio y tiene una riqueza especial… cada palabra se
corporiza en cada gesto humano, no son separables, El lenguaje es una de las
creaciones más originales de la vida humana, su poder tiene resonancia de
siglos.
Yo soy porque
nosotros somos.
La crítica surge en el conocimiento como pieza
fundamental, el solo hecho del reconocimiento a través de la palabra produce un beneficio en los que
nos rodean.
La identidad es la vivencia del yo y la
identificación es que me reconozcan, todo el tiempo buscamos esa identificación,
ese reconocimiento.
Las relaciones humanas cordiales, amistosas de
parejas, hombre mujer, madre e hija, padre e hijo tienen sus mesetas, llanuras… el cuesta arriba
de los montes y el cuesta abajo de las pendientes.
Si entendemos a las
relaciones humanas, ya sea compañeros de trabajo, amigos, hermanos, padres y
madres y los ubicamos en un lugar donde se descansa, un sitio donde buscamos
placer, ámbito de protección frente a los ataques de las obligaciones que nos
presenta la vida cotidiana, no podemos no comunicarnos, debemos cuidar la
comunicación verbal tanto como la no verbal en esto del vivir cotidiano.
Los errores cometidos
entre los individuos se vuelven a cometer, ¿Cómo es esto de tropezar con la
misma piedra?, se dice que el hombre es el único animal capaz de tropezar con
la misma piedra, es decir que somos los únicos en la especie que caemos varias
veces en los mismos errores, caemos en la misma trampa más de una vez.
Como no existen
personas enteramente sanas, podría decirse que no existe uno exento de
desesperación, en cuyo fondo no habite una inquietud, una perturbación, una
desarmonía, un temor a algo desconocido y es ahí que el hombre permite que la
insensatez de otras personas cambien su estado de ánimo, por eso es que me
parece tan oportuna esta idea de compartir esta anécdota del Camión de basura que
mencionó Anabella, al trasmitir que
muchas personas son como el camión de basura, están cargados de odio, enojo,
frustración, resentimiento…y ante cualquier situación aprovechan para
descargarla, lo hacen ante la primera oportunidad sea quien sea su
interlocutor, porque ya no hay lugar para mas, necesitan eliminar de su interior
todo lo acumulado. Debería ser nuestro propósito tratar, solo tratar, de que los camiones de basura
que vuelcan su porquería en cualquier lugar, no
tomen el control de nuestros
sentimientos y mucho menos de nuestras palabras.
El lenguaje es la
casa del ser, y es lo que nos identifica.
Con motivo del cierre
del año del taller de comunicación radiofónica, Anabella Romanelli, Elena
Moscone y Matilde Maffrand, hicimos un
programa en Radio Universidad, con frecuencia en 97.7, con duración de 60
minutos, desde las 20.30.
El trabajo en sí se enfocó desde una mirada
amplia: La comunicación como herramienta del lenguaje, el malhumor que trasmiten
a diario, las amistades tóxicas, es la palabra la que posibilita al hombre ser,
en tanto hablante el hombre es hombre.
El programa
transcurrió sin sobresaltos… nos despedimos con nostalgias hasta el año que
viene, como siempre quedan cosas por decir, otras que cambiarías si tuvieras la
manera de amasarlas, de pensarlas y repensarlas por un momento más.
Al siguiente día,
desayuno como todos los días, leo el diario local del día miércoles 27 de
noviembre, y sorpresa, encuentro en la primera página de la izquierda dos
noticias; la primera y cubriendo un poco más espacio se titula “El papa Francisco propuso una amplia reforma
de la iglesia” dijo estar dispuesto a cambiar el papel del papado, que incluye
una mayor descentralización y pasar de un modelo burocrático y doctrinario a
otro misionero, que esté más abierto a los laicos y a los jóvenes…pensé… aire
fresco en lo que Él llamó Iglesia misionera, alegre… dijo” ser audaces y
creativos”… dijo “hasta que no reviertan la exclusión y la inequidad dentro de
la sociedad y entre los distintos pueblos será imposible erradicar la
violencia”. El primer documento de su pontificado es amplio y no es mi
intención analizar todo su contenido en esto de la aventura del pensamiento, sí
remarcar el mensaje, ”la globalización de la indiferencia”, “la trata de seres
humanos”, “situaciones de exclusión, maltrato y violencia”.
El lenguaje es la
casa del ser, yo soy porque nosotros somos.
Desplazada hacia
abajo, también con letras en negrilla: “El senado vota la expulsión de
Berlusconi, quien retiró a su partido del gobierno. El ex primer ministro
italiano, atornillado al poder desde hace dos décadas, desafía al parlamento
italiano.” Berlusconi, condenado este año por fraude fiscal a cuatro años de
cárcel, apareció ayer en diversas entrevistas televisivas, la mayoría
transmitida por los canales de su empresa, Mediaset, en las insistió en su
inocencia”.
Continúa el artículo:
“El ex premier, quien dominó la vida
política de Italia durante las últimas dos décadas pero acumuló serios
problemas legales, acusó nuevamente a la magistratura de buscar su eliminación
política por la vía judicial”.
El lenguaje es una de
las creaciones más originales de la vida humana…su poder tiene resonancia de
siglos.
Dos hombres con poder
que tienen una visión diametralmente opuesta de la manera de concebirlo y de
aplicarlo.
Uno habla de ética, de principios, de
compromiso.
Contrariamente, el
otro, dice “El hombre es el lobo del hombre”.
Yo soy porque
nosotros somos, las palabras nos dan alas en el medio del vendaval, nos
posibilitan crear y recrear los significantes esenciales de la existencia.
Puntualidad prusiana
"Por favor", pidió el cadete. El dueño del local adujo no haberlo escuchado.
Carlos, uno de los empleados, apretó con su mano derecha una pila de vasos plásticos mientras Anahi, la moza, lo observaba preocupada.
El cadete estaba morado. Necesitaba pasar por su casa a buscar la campera.
-Nuestra obligación es entregar la pizza a tiempo, no podemos fallarles a los clientes -fue la respuesta.
Cuando lo vio llegar de vuelta con la campera, el patrón lo apuñaló con la mirada. Llamó a las tres casas adonde el cadete debía ir y consultó a qué hora habían recibido la comida.
La puntualidad costó 14 semáforos cruzados en rojo.
Carlos continuó lavando los platos y sacando los bollos del horno. Anahí recogió los dos pesos de propina de los ocho comensales de la mesa 11 y pegó un vistazo al cartel de la vaquería de enfrente.
A la hora y veinte Carlos se quitó el delantal y se fue prometiendo cosas feas. Anahí cerró los ojos.
"Un poquito más de tiempo, maestro", fueron las palabras que, de haber sido atendidas, acaso hubieran evitado que el cadete muriera estampado contra un auto.
"Por favor", pidió el cadete. El dueño del local adujo no haberlo escuchado.
Carlos, uno de los empleados, apretó con su mano derecha una pila de vasos plásticos mientras Anahi, la moza, lo observaba preocupada.
El cadete estaba morado. Necesitaba pasar por su casa a buscar la campera.
-Nuestra obligación es entregar la pizza a tiempo, no podemos fallarles a los clientes -fue la respuesta.
Cuando lo vio llegar de vuelta con la campera, el patrón lo apuñaló con la mirada. Llamó a las tres casas adonde el cadete debía ir y consultó a qué hora habían recibido la comida.
La puntualidad costó 14 semáforos cruzados en rojo.
Carlos continuó lavando los platos y sacando los bollos del horno. Anahí recogió los dos pesos de propina de los ocho comensales de la mesa 11 y pegó un vistazo al cartel de la vaquería de enfrente.
A la hora y veinte Carlos se quitó el delantal y se fue prometiendo cosas feas. Anahí cerró los ojos.
"Un poquito más de tiempo, maestro", fueron las palabras que, de haber sido atendidas, acaso hubieran evitado que el cadete muriera estampado contra un auto.
5/12/13
Simulando soluciones
Una sabia alumna notó que hay problemas que no se resuelven, apenas se evitan. Lo ejemplificó con una formación para arriar la bandera que se deja de hacer pues durante años implicó coscorrones entre alumnos, apertura de la mochila del que estaba delante, toques en su hombro derecho, risas pillas.
El mal rato de los docentes dejó de existir, no así la indiferencia al símbolo patrio.
Estimado lector: ¿qué problemas sientas que se evitan mas no se solucionan? Una ayuda: en el fútbol argentino está prohibida la presencia de hinchas visitantes. Mientras tanto, los barrabravas se sigue riendo del dolor y la muerte de sus víctimas.
Una sabia alumna notó que hay problemas que no se resuelven, apenas se evitan. Lo ejemplificó con una formación para arriar la bandera que se deja de hacer pues durante años implicó coscorrones entre alumnos, apertura de la mochila del que estaba delante, toques en su hombro derecho, risas pillas.
El mal rato de los docentes dejó de existir, no así la indiferencia al símbolo patrio.
Estimado lector: ¿qué problemas sientas que se evitan mas no se solucionan? Una ayuda: en el fútbol argentino está prohibida la presencia de hinchas visitantes. Mientras tanto, los barrabravas se sigue riendo del dolor y la muerte de sus víctimas.
Ambar
Por Vale Caballero
Tengo una cripta
(color ámbar)
que suda
incorruptibles
hostias.
La siento
caminar
con aire cabizbajo
bajo la lluvia
ácida de mi camisón.
Intento enseñarle a respirar
pero es difícil
adiestrar a un
ermitaño que
vive en
un lúgubre sótano.
Me dice que sí,
me dice que no,
y finalmente logra
convencerme
de que me suba
a la calesita
de lo incierto.
Por Vale Caballero
Tengo una cripta
(color ámbar)
que suda
incorruptibles
hostias.
La siento
caminar
con aire cabizbajo
bajo la lluvia
ácida de mi camisón.
Intento enseñarle a respirar
pero es difícil
adiestrar a un
ermitaño que
vive en
un lúgubre sótano.
Me dice que sí,
me dice que no,
y finalmente logra
convencerme
de que me suba
a la calesita
de lo incierto.
Del otro lado
Catorce años y un cambio de roles necesitó Adrián Ramírez para comprender a un par de docentes cuyas calificaciones le habían quedado atragantadas. Se dio cuenta de que la percepción de los hechos varía según la posición de los protagonistas. Se acordó de palabras de José Yudica a la revista Superfútbol. Eran más o menos así: "Dejé de ser feliz el día que me convertí en director técnico". Otros también han planteado que al pasar de futbolistas a entrenadores debieron ampliar la mirada, de modo tal que no les preocupara únicamente su posición en la cancha sino la de todos los jugadores del equipo, por no hablar de los rivales.
Evocó Ramírez las caras de varios cuando eran reemplazados durante el partido y sintió que la vida a veces se desquitaba: devenidos técnicos, tuvieron que tolerar gestos fieros de disconformidad de sus dirigidos.
El muchacho estaba encaminado a exagerar la autocrítica hacia su pasado cuando recordó que madurar no lleva el mismo tiempo para todos. También tuvo presente lo que leyera meses atrás en cuanto a que el arrepentimiento es a la culpa lo que la originalidad a la tilinguería.
Catorce años y un cambio de roles necesitó Adrián Ramírez para comprender a un par de docentes cuyas calificaciones le habían quedado atragantadas. Se dio cuenta de que la percepción de los hechos varía según la posición de los protagonistas. Se acordó de palabras de José Yudica a la revista Superfútbol. Eran más o menos así: "Dejé de ser feliz el día que me convertí en director técnico". Otros también han planteado que al pasar de futbolistas a entrenadores debieron ampliar la mirada, de modo tal que no les preocupara únicamente su posición en la cancha sino la de todos los jugadores del equipo, por no hablar de los rivales.
Evocó Ramírez las caras de varios cuando eran reemplazados durante el partido y sintió que la vida a veces se desquitaba: devenidos técnicos, tuvieron que tolerar gestos fieros de disconformidad de sus dirigidos.
El muchacho estaba encaminado a exagerar la autocrítica hacia su pasado cuando recordó que madurar no lleva el mismo tiempo para todos. También tuvo presente lo que leyera meses atrás en cuanto a que el arrepentimiento es a la culpa lo que la originalidad a la tilinguería.
Eusebio Ramonda
La consigna era escribir acerca del tipo de joven que promovían algunos paradigmas educativos. A Adrián Ramírez le tocó basarse en el profesor Eusebio Ramonda, a cargo de Química. Tenía que usar tres citas textuales y completar sus consideraciones en cinco párrafos.
"'Comparada con esto, la dinamita es un simple juego de niños', ilustraba ese hombre al que veía caminar los sábados a la tardecita fumando en pipa. Quizás porque de veras actuaba conforme a lo que había señalado una semana previo a las vacaciones: 'Disfrutar del tiempo libre no implica solamente echarse a dormir'.
Ramonda era un hombre que hablaba como si supiera las respuestas que varios necesitaban aun antes de que se les ocurrieran las preguntas: 'Ustedes tienen un cúmulo de conocimientos y por más que no los recuerden hoy, cuando los tengan que aplicar en el trabajo sabrán hacerlo si aprendieron más allá de la memoria'.
En tercer año nos solicitó una monografía. Podíamos elegir el tema. Nos dio cuatro meses, nos asesoró sobre el uso del tiempo y nos advirtió que por favor no fuéramos a copiar. Hubo quienes lo desoyeron. Fue la primera vez que escuché la palabra plagio.
Si bien daba Química, Ramonda se las arreglaba para hablarnos de otras cuestiones de la vida. Una vez nos contó que en épocas bravas les pedía a sus hijas que le avisaran dónde estaban, digamos, a las 10, a las 11 y media, a la una de la madrugada.
Sin llegar a la vulgaridad, era claro para marcarnos que estábamos errados. Nos exigía, seguramente asumiendo que la secundaria no podía ser un rejunte de notas fáciles de conseguir. Por suerte para él, ya se jubiló".
La corrección de la profesora Adela Campoamor, jefa de trabajos prácticos, incluyó aparte del 7 este comentario: "El trabajo es cristalino acerca de Ramonda, pero el eje se corrió. Es cierto que en algunos tramos está explícito y que en otros se entrevé el modelo en el que creía el docente, pero has confundido lo esencial con lo accesorio. La nota habría resultado superior si lo requerido hubiera sido una semblanza. Además, y al margen de que coincido contigo, no había que incluir opinión relativa a la secundaria".
Tributo al profesor Edgar Neumann.
La consigna era escribir acerca del tipo de joven que promovían algunos paradigmas educativos. A Adrián Ramírez le tocó basarse en el profesor Eusebio Ramonda, a cargo de Química. Tenía que usar tres citas textuales y completar sus consideraciones en cinco párrafos.
"'Comparada con esto, la dinamita es un simple juego de niños', ilustraba ese hombre al que veía caminar los sábados a la tardecita fumando en pipa. Quizás porque de veras actuaba conforme a lo que había señalado una semana previo a las vacaciones: 'Disfrutar del tiempo libre no implica solamente echarse a dormir'.
Ramonda era un hombre que hablaba como si supiera las respuestas que varios necesitaban aun antes de que se les ocurrieran las preguntas: 'Ustedes tienen un cúmulo de conocimientos y por más que no los recuerden hoy, cuando los tengan que aplicar en el trabajo sabrán hacerlo si aprendieron más allá de la memoria'.
En tercer año nos solicitó una monografía. Podíamos elegir el tema. Nos dio cuatro meses, nos asesoró sobre el uso del tiempo y nos advirtió que por favor no fuéramos a copiar. Hubo quienes lo desoyeron. Fue la primera vez que escuché la palabra plagio.
Si bien daba Química, Ramonda se las arreglaba para hablarnos de otras cuestiones de la vida. Una vez nos contó que en épocas bravas les pedía a sus hijas que le avisaran dónde estaban, digamos, a las 10, a las 11 y media, a la una de la madrugada.
Sin llegar a la vulgaridad, era claro para marcarnos que estábamos errados. Nos exigía, seguramente asumiendo que la secundaria no podía ser un rejunte de notas fáciles de conseguir. Por suerte para él, ya se jubiló".
La corrección de la profesora Adela Campoamor, jefa de trabajos prácticos, incluyó aparte del 7 este comentario: "El trabajo es cristalino acerca de Ramonda, pero el eje se corrió. Es cierto que en algunos tramos está explícito y que en otros se entrevé el modelo en el que creía el docente, pero has confundido lo esencial con lo accesorio. La nota habría resultado superior si lo requerido hubiera sido una semblanza. Además, y al margen de que coincido contigo, no había que incluir opinión relativa a la secundaria".
Tributo al profesor Edgar Neumann.
26/11/13
Dos vidrios y un espejo
-Una foto lo delató. Estaba de espaldas mientras el jefe le hablaba, lo cual era considerado de mala educación. Se salvó porque alegó que no correspondía darse vuelta si uno seguía siendo llamado por otro nombre después de seis años de vínculo laboral.
-Se encontró sin respuestas para un caso que antes resolvía fácil. Su amigo Angel le recordó la solución que solía aplicar. Se lo agradeció con la fórmula de rigor: "En diciembre del año que viene te pago un café".
Un episodio de Seinfeld se narra, escena por escena, de atrás para adelante. En tributo a esa piedra preciosa, debajo esta secuencia de un día lluvioso del derecho y del revés.
Prefirió no volver a tocarla luego de que cayera al pie de un árbol repleto de tordos. Sacó las cosas que llevaba en la mochila. Por la caída se le rompió el pantalón gris a la altura de la rodilla derecha. Se golpeó la cabeza. Estaba mojado. Atinó a agarrarse del caño de la parada de ómnibus. Resbaló. Apuró el tranco. Se le hacía tarde.
Se le hacía tarde. Apuró el tranco. Resbaló. Atinó a agarrarse del caño de la parada de ómnibus. Estaba mojado. Se golpeó la cabeza. Por la caída se le rompió el pantalón gris a la altura de la rodilla derecha. Sacó las cosas que llevaba en la mochila. Prefirió no volver a tocarla luego de que cayera al pie de un árbol repleto de tordos.
Estimado lector, ¿qué versión del espejo prefieres y por qué? ¿Y cuál de los dos vidrios superiores te resulta más cercano?
Tus respuestas son bienvenidas.
-Una foto lo delató. Estaba de espaldas mientras el jefe le hablaba, lo cual era considerado de mala educación. Se salvó porque alegó que no correspondía darse vuelta si uno seguía siendo llamado por otro nombre después de seis años de vínculo laboral.
-Se encontró sin respuestas para un caso que antes resolvía fácil. Su amigo Angel le recordó la solución que solía aplicar. Se lo agradeció con la fórmula de rigor: "En diciembre del año que viene te pago un café".
Un episodio de Seinfeld se narra, escena por escena, de atrás para adelante. En tributo a esa piedra preciosa, debajo esta secuencia de un día lluvioso del derecho y del revés.
Prefirió no volver a tocarla luego de que cayera al pie de un árbol repleto de tordos. Sacó las cosas que llevaba en la mochila. Por la caída se le rompió el pantalón gris a la altura de la rodilla derecha. Se golpeó la cabeza. Estaba mojado. Atinó a agarrarse del caño de la parada de ómnibus. Resbaló. Apuró el tranco. Se le hacía tarde.
Se le hacía tarde. Apuró el tranco. Resbaló. Atinó a agarrarse del caño de la parada de ómnibus. Estaba mojado. Se golpeó la cabeza. Por la caída se le rompió el pantalón gris a la altura de la rodilla derecha. Sacó las cosas que llevaba en la mochila. Prefirió no volver a tocarla luego de que cayera al pie de un árbol repleto de tordos.
Estimado lector, ¿qué versión del espejo prefieres y por qué? ¿Y cuál de los dos vidrios superiores te resulta más cercano?
Tus respuestas son bienvenidas.
Amargate con placer
Alejandro Dolina dijo que hay goces amargos, entre los cuales citaba la lectura de la novela "Crimen y Castigo". Ver "Los girasoles de Rusia" deja una sensación semejante.
La película de Vittorio de Sica protagonizada por Marcello Mastroianni y Sofia Loren expone varias cuestiones de vida que atraviesan colores, temperaturas, sexos y épocas.
La lista incluye la contradicción, ilustrada en la frase "prefiero los escorpiones al matrimonio", que Antonio (el soldado interpretado por Mastroianni) pronuncia horas antes de cambiar de idea y casarse con Giovanna (la Loren).
El encono entre suegra y nuera es otro elemento notable, al igual que la tregua que ambas hacen cuando lo que está en juego es la localización del hombre que las desvela pues no tienen pruebas de que haya sobrevivido a la guerra en Rusia.
El poder del amor queda de manifiesto en numerosas escenas, por ejemplo:
-Aunque sea larga la lista de "niet" que recibe en la extraña Rusia a la que resuelve viajar, Giovanna sigue preguntando a las personas a su paso si conocen al hombre de la foto que les muestra.
-"Contigo no tengo miedo", le asegura ella a Antonio segundos después de sobrevivir a un bombardeo ruso en tierra italiana.
-"Siento que está vivo", afirma Giovanna en diálogo con la madre de Antonio. Sin más certeza que la del amor, sin más evidencia que una corazonada, sabe que la nieve, una de las armas rusas en la guerra, no pudo con su marido.
La trampa de la seguridad integra la nómina de inquietudes que despierta la película. Los protagonistas caen en ella, sin que decirlo implique juzgarlos. Quizás ambos estén "confortablemente adormecidos", tal el nombre de una canción de Pink Floyd. Y no es para menos tras zafar de la muerte por congelamiento en tierra extranjera o luego de notar que, por hache o por be, los profundos sentimientos mutuos pasaron a ser unilaterales.
La devastación de la guerra aparece, visible y subyacente, en las miles de tumbas de soldados, bajo los millones de girasoles que crecen sobre cadáveres y en los cientos de mujeres que, foto en mano, se vuelven de la estación con la pena de no haber visto bajar de los trenes a sus hombres.
Alejandro Dolina dijo que hay goces amargos, entre los cuales citaba la lectura de la novela "Crimen y Castigo". Ver "Los girasoles de Rusia" deja una sensación semejante.
La película de Vittorio de Sica protagonizada por Marcello Mastroianni y Sofia Loren expone varias cuestiones de vida que atraviesan colores, temperaturas, sexos y épocas.
La lista incluye la contradicción, ilustrada en la frase "prefiero los escorpiones al matrimonio", que Antonio (el soldado interpretado por Mastroianni) pronuncia horas antes de cambiar de idea y casarse con Giovanna (la Loren).
El encono entre suegra y nuera es otro elemento notable, al igual que la tregua que ambas hacen cuando lo que está en juego es la localización del hombre que las desvela pues no tienen pruebas de que haya sobrevivido a la guerra en Rusia.
El poder del amor queda de manifiesto en numerosas escenas, por ejemplo:
-Aunque sea larga la lista de "niet" que recibe en la extraña Rusia a la que resuelve viajar, Giovanna sigue preguntando a las personas a su paso si conocen al hombre de la foto que les muestra.
-"Contigo no tengo miedo", le asegura ella a Antonio segundos después de sobrevivir a un bombardeo ruso en tierra italiana.
-"Siento que está vivo", afirma Giovanna en diálogo con la madre de Antonio. Sin más certeza que la del amor, sin más evidencia que una corazonada, sabe que la nieve, una de las armas rusas en la guerra, no pudo con su marido.
La trampa de la seguridad integra la nómina de inquietudes que despierta la película. Los protagonistas caen en ella, sin que decirlo implique juzgarlos. Quizás ambos estén "confortablemente adormecidos", tal el nombre de una canción de Pink Floyd. Y no es para menos tras zafar de la muerte por congelamiento en tierra extranjera o luego de notar que, por hache o por be, los profundos sentimientos mutuos pasaron a ser unilaterales.
La devastación de la guerra aparece, visible y subyacente, en las miles de tumbas de soldados, bajo los millones de girasoles que crecen sobre cadáveres y en los cientos de mujeres que, foto en mano, se vuelven de la estación con la pena de no haber visto bajar de los trenes a sus hombres.
23/11/13
Cantos terribles
"Si te agarro con otro te mato, te doy una paliza y después me escapo", es uno de los estribillos de canciones de Cacho Castaña más llamativos, sobre todo en una versión en la que lo acompañan mujeres.
Es cierto que la pieza data de tiempos en los que la violencia de género no constituía una figura jurídica en la Argentina y la palabra femicidio sonaba tan raro como la generosidad en el infierno. Sin embargo, no deja de resultar extraño que mujeres le hayan prestado su voz al macho enojado que le avisa a su pareja: "Si te agarro con otro te mato, te doy una paliza y después me escapo".
"Eramos tan pobres", acaso hubiera dicho el humorista Alberto Olmedo para explicar el porqué de la voz femenina entonando un tema musical semejante. Una cosa es el arte y otra las páginas policiales, podría argumentarse en favor de las coristas. Con ese criterio, nunca nadie hubiera interpretado a personajes siniestros como Hitler, es otra frase a favor de las chicas que, sonrientes y todo, le prometen a la infiel de la canción una paliza asesina.
Por otro lado asoman interrogantes aguafiestas: ¿cualquier cuestión es susceptible de un tratamiento superficial?, ¿a todo le queda bien un 'palmas, palmas'?, ¿qué diríamos de un docente de música que a los chicos del primario les enseñara rimas con la sentencia 'hay que entrar a matar gente, aunque sea quince o veinte'?
Quizás hoy Cacho Castaña no tendría segundas voces femeninas para su criminal cobarde "si te agarro con otro te mato, te pego una paliza y después me escapo". Es una de las bondades de los movimientos sociales y de los medios: instalar asuntos y promover reflexiones, de modo tal que algunas visiones naturalizadas sean sujetas al escrutinio, al pensamiento crítico, que por supuesto no garantiza la eliminación de equivocaciones.
"Si te agarro con otro te mato, te doy una paliza y después me escapo", es uno de los estribillos de canciones de Cacho Castaña más llamativos, sobre todo en una versión en la que lo acompañan mujeres.
Es cierto que la pieza data de tiempos en los que la violencia de género no constituía una figura jurídica en la Argentina y la palabra femicidio sonaba tan raro como la generosidad en el infierno. Sin embargo, no deja de resultar extraño que mujeres le hayan prestado su voz al macho enojado que le avisa a su pareja: "Si te agarro con otro te mato, te doy una paliza y después me escapo".
"Eramos tan pobres", acaso hubiera dicho el humorista Alberto Olmedo para explicar el porqué de la voz femenina entonando un tema musical semejante. Una cosa es el arte y otra las páginas policiales, podría argumentarse en favor de las coristas. Con ese criterio, nunca nadie hubiera interpretado a personajes siniestros como Hitler, es otra frase a favor de las chicas que, sonrientes y todo, le prometen a la infiel de la canción una paliza asesina.
Por otro lado asoman interrogantes aguafiestas: ¿cualquier cuestión es susceptible de un tratamiento superficial?, ¿a todo le queda bien un 'palmas, palmas'?, ¿qué diríamos de un docente de música que a los chicos del primario les enseñara rimas con la sentencia 'hay que entrar a matar gente, aunque sea quince o veinte'?
Quizás hoy Cacho Castaña no tendría segundas voces femeninas para su criminal cobarde "si te agarro con otro te mato, te pego una paliza y después me escapo". Es una de las bondades de los movimientos sociales y de los medios: instalar asuntos y promover reflexiones, de modo tal que algunas visiones naturalizadas sean sujetas al escrutinio, al pensamiento crítico, que por supuesto no garantiza la eliminación de equivocaciones.
16/11/13
Desafiná, ¿qué importa?
García no había estudiado locución, pero sabía hablar claro y desde adentro: "Muchachos, no se coman el caramelito de la inclusión. Que los aprobemos aunque no sepan escribir ni razonar una regla de tres simple no significa que los estemos preparando para progresar mediante el trabajo. Es más, esta suerte de formación les da grandes chances de quedarse afuera del empleo calificado. En otros términos, les damos un diploma mentiroso".
Lo preocupaba notar cada vez más cercano aquel ejemplo humorístico de Alejandro Dolina en el que un docente solo pedía a un alumno saber la tabla del uno para aprobar Matemática.
Lo rebelaba que se corriese cualquier límite. Que en el diccionario cotidiano, aprender fuera sinónimo de zafar. Que los signos de puntuación ya no importaran siquiera en Lengua Castellana, menos que menos en las otras materias. Que, en el nombre de la autoestima, algunas autoridades sugiriesen evitar el 1 como calificación al que había hecho todo mal.
Sentía que era demasiada confusión de funcionarios y docentes frente a pibes que necesitan guías, no palmaditas condescendientes.
Al fin y al cabo, García no corrió peligro de muerte por tener que empeñarse para cumplir con las 5 extensiones de brazos en la barra que solicitaba el profesor Gonella en la vieja Escuela Nacional de Educación Técnica. ¡Eso sí que es bueno para la autoestima! Ver que con esfuerzo y técnica es posible progresar resulta mucho más saludable que hacer de cuenta que nada es lo mismo que bastante.
García se daba manija mientras escuchaba música. Sonaba "Don't stop me now", con la formidable voz de Freddie Mercury. Pensaba entonces si los hijos de la escuela de la tabla del 1 cantarían así en caso de dedicarse a la música. La indudable respuesta era no.
García no había estudiado locución, pero sabía hablar claro y desde adentro: "Muchachos, no se coman el caramelito de la inclusión. Que los aprobemos aunque no sepan escribir ni razonar una regla de tres simple no significa que los estemos preparando para progresar mediante el trabajo. Es más, esta suerte de formación les da grandes chances de quedarse afuera del empleo calificado. En otros términos, les damos un diploma mentiroso".
Lo preocupaba notar cada vez más cercano aquel ejemplo humorístico de Alejandro Dolina en el que un docente solo pedía a un alumno saber la tabla del uno para aprobar Matemática.
Lo rebelaba que se corriese cualquier límite. Que en el diccionario cotidiano, aprender fuera sinónimo de zafar. Que los signos de puntuación ya no importaran siquiera en Lengua Castellana, menos que menos en las otras materias. Que, en el nombre de la autoestima, algunas autoridades sugiriesen evitar el 1 como calificación al que había hecho todo mal.
Sentía que era demasiada confusión de funcionarios y docentes frente a pibes que necesitan guías, no palmaditas condescendientes.
Al fin y al cabo, García no corrió peligro de muerte por tener que empeñarse para cumplir con las 5 extensiones de brazos en la barra que solicitaba el profesor Gonella en la vieja Escuela Nacional de Educación Técnica. ¡Eso sí que es bueno para la autoestima! Ver que con esfuerzo y técnica es posible progresar resulta mucho más saludable que hacer de cuenta que nada es lo mismo que bastante.
García se daba manija mientras escuchaba música. Sonaba "Don't stop me now", con la formidable voz de Freddie Mercury. Pensaba entonces si los hijos de la escuela de la tabla del 1 cantarían así en caso de dedicarse a la música. La indudable respuesta era no.
13/11/13
Redonda medicina
Se quedó rumiando su inmenso fastidio. Odió que tanto esfuerzo terminara en derrota porque, más allá de los horrores del arquero, sus propias fallas habían tenido que ver con el resultado. Meneó la cabeza y mordió su labio inferior, característico de momentos en los que no quería creer lo creíble: sus humanas imperfecciones y las de quienes lo rodeaban.
Dos días más tarde seguía recordando jugadas, pero menos frecuentemente. Mucho había tenido que ver la relajación que le generó acostarse y escuchar a Norah Jones y a Beirut. A la cuarta canción estaba pensando que la malasangre por un partido con amigos era un privilegio que podía darse. Más tarde sintió que, otra maldita vez, la derrota le enseñaba en silencio; de pronto el entrenador contra el que despotricaba no era tan malo sino que padecía ausencias de jugadores decisivos, como su equipo el sábado. Amarga medicina el traspié en carne propia para entender los rendimientos de Boca bajo la conducción de Carlos Bianchi en el segundo semestre de 2013.
Un gol que marca final de partido y victoria ajena lo ayudó a comprender a extraños y le refrescó que frustraciones y otros dolores se aprenden a tolerar... a fuerza de práctica.
Se quedó rumiando su inmenso fastidio. Odió que tanto esfuerzo terminara en derrota porque, más allá de los horrores del arquero, sus propias fallas habían tenido que ver con el resultado. Meneó la cabeza y mordió su labio inferior, característico de momentos en los que no quería creer lo creíble: sus humanas imperfecciones y las de quienes lo rodeaban.
Dos días más tarde seguía recordando jugadas, pero menos frecuentemente. Mucho había tenido que ver la relajación que le generó acostarse y escuchar a Norah Jones y a Beirut. A la cuarta canción estaba pensando que la malasangre por un partido con amigos era un privilegio que podía darse. Más tarde sintió que, otra maldita vez, la derrota le enseñaba en silencio; de pronto el entrenador contra el que despotricaba no era tan malo sino que padecía ausencias de jugadores decisivos, como su equipo el sábado. Amarga medicina el traspié en carne propia para entender los rendimientos de Boca bajo la conducción de Carlos Bianchi en el segundo semestre de 2013.
Un gol que marca final de partido y victoria ajena lo ayudó a comprender a extraños y le refrescó que frustraciones y otros dolores se aprenden a tolerar... a fuerza de práctica.
Callate, gil
"Nos vamos a equivocar, pero será por hacer", prometió el capataz. Dos días después la primicia se cumplía: la excavación rompió el caño de agua.
"Para eso hubiéramos dejado que la obra la siguieran los otros infelices", se quejó Antonio, presidente de la vecinal.
-Yo no soy ningún infeliz -cometió el error de replicar González.
-Tiene usted razón. Con el debido respeto, déjeme tratarlo desde la mayor sinceridad: usted es un formidable pelotudo -dijo Luis, quien de inmediato le estrechó su mano derecha y se presentó como "un ciudadano de Río Cuarto que paga sus impuestos pese a recibir malos servicios".
Acaso porque le había ido mal contestando o por el metro noventa y dos de Luis, González optó por el silencio.
Al verlo llegar a la tardecita, su esposa no le preguntó qué tal le había ido. Recordaba lo que también él evocó en segunda instancia: "No siempre que tengas razón es razonable hablar".
"Nos vamos a equivocar, pero será por hacer", prometió el capataz. Dos días después la primicia se cumplía: la excavación rompió el caño de agua.
"Para eso hubiéramos dejado que la obra la siguieran los otros infelices", se quejó Antonio, presidente de la vecinal.
-Yo no soy ningún infeliz -cometió el error de replicar González.
-Tiene usted razón. Con el debido respeto, déjeme tratarlo desde la mayor sinceridad: usted es un formidable pelotudo -dijo Luis, quien de inmediato le estrechó su mano derecha y se presentó como "un ciudadano de Río Cuarto que paga sus impuestos pese a recibir malos servicios".
Acaso porque le había ido mal contestando o por el metro noventa y dos de Luis, González optó por el silencio.
Al verlo llegar a la tardecita, su esposa no le preguntó qué tal le había ido. Recordaba lo que también él evocó en segunda instancia: "No siempre que tengas razón es razonable hablar".
Solo tú
Se fueron todos. Lo que habías pedido. Hasta la luz se fue, de modo que te quedaste sin televisión ni radio.
Es cierto que tu anhelo refería a personas, que no estaba en tus planes permanecer en ese silencio que te inquieta. Pero ya ves -es un decir- que en ocasiones el destino pone una yapa aunque el cliente no la pida. Decí que al menos tenías el agua en el termo y que la luz del celular te permitió seguir cebando sin errarle al mate.
"Quedate tranquilo, Sergio, que cuando es necesario hasta un manco da abrazos", te hubiera dicho Milton.
"Ponete a recordar imágenes de tus buenos ratos y de paisajes que te gustan", hubiera sugerido la madrina Alcira.
El tío Héctor te habría contado el chiste en el que, también al oscuro, un personaje reclama: "¡Organicémonos!".
"Linda ocasión para dormir o para afeitarse", habría empezado el amigo Omar su monólogo de diez minutos en cuyo transcurso te hubiera preguntado dos veces "¿cómo andás?" sin darte tiempo a contestar.
Te entiendo, Sergio. No es lo mismo su legado que una persona, el recuerdo que su voz en vivo, sus guiños que los tuyos para imitarlos. Mirá si te entenderé que ahora me pasa a mí lo mismo que me contaste hace cuatro años.
Se fueron todos. Lo que habías pedido. Hasta la luz se fue, de modo que te quedaste sin televisión ni radio.
Es cierto que tu anhelo refería a personas, que no estaba en tus planes permanecer en ese silencio que te inquieta. Pero ya ves -es un decir- que en ocasiones el destino pone una yapa aunque el cliente no la pida. Decí que al menos tenías el agua en el termo y que la luz del celular te permitió seguir cebando sin errarle al mate.
"Quedate tranquilo, Sergio, que cuando es necesario hasta un manco da abrazos", te hubiera dicho Milton.
"Ponete a recordar imágenes de tus buenos ratos y de paisajes que te gustan", hubiera sugerido la madrina Alcira.
El tío Héctor te habría contado el chiste en el que, también al oscuro, un personaje reclama: "¡Organicémonos!".
"Linda ocasión para dormir o para afeitarse", habría empezado el amigo Omar su monólogo de diez minutos en cuyo transcurso te hubiera preguntado dos veces "¿cómo andás?" sin darte tiempo a contestar.
Te entiendo, Sergio. No es lo mismo su legado que una persona, el recuerdo que su voz en vivo, sus guiños que los tuyos para imitarlos. Mirá si te entenderé que ahora me pasa a mí lo mismo que me contaste hace cuatro años.
7/11/13
Sonriente justicia
"El final de un canalla" es una película en la que Kirk Douglas hace de todo con tal de escapar de una cárcel y en la que el calificativo le queda muy bien.
Décadas más tarde, un presidente que se debe haber creído aquello de "el gran capitán" por el Mundial ganado en 1978 echó a Matías Almeyda, el bombero que apagó con el ascenso el incendio más grande de la historia de River. Se acercaban los comicios y el presidente calculó que con Ramón Díaz conseguiría su deseada reelección. Passarella sabía de qué se trataba eso de fallarle a un hijo dilecto del club: antes había despedido por teléfono a Leonardo Astrada.
El viento riojano de Díaz se llevó a David Trezeguet por causas que mejor no ventilar, empeñó a River en la millonaria compra de Teo Gutiérrez, sacó del plantel y le volvió a dar entrada a Mora, no produjo un solo acierto táctico y, cual alumno buchón, hizo un gesto en la Bombonera de "yo no me fui a la B".
Al cabo, tal para cual. Díaz deja de ser riverplatense cuando de bancar un descenso se trata y Passarella se olvida de la lealtad -también de la inteligencia ya que Almeyda no estaba haciendo una mala campaña como DT- en aras de defender sus quintitas.
De poco le sirvió a Passarella, que abrumado por la realidad de las encuestas evitó postularse a la reelección. Similar suerte está corriendo Díaz.
Quizás les vendría bien en su tiempo libre ver aquella película de Kirk Douglas.
"El final de un canalla" es una película en la que Kirk Douglas hace de todo con tal de escapar de una cárcel y en la que el calificativo le queda muy bien.
Décadas más tarde, un presidente que se debe haber creído aquello de "el gran capitán" por el Mundial ganado en 1978 echó a Matías Almeyda, el bombero que apagó con el ascenso el incendio más grande de la historia de River. Se acercaban los comicios y el presidente calculó que con Ramón Díaz conseguiría su deseada reelección. Passarella sabía de qué se trataba eso de fallarle a un hijo dilecto del club: antes había despedido por teléfono a Leonardo Astrada.
El viento riojano de Díaz se llevó a David Trezeguet por causas que mejor no ventilar, empeñó a River en la millonaria compra de Teo Gutiérrez, sacó del plantel y le volvió a dar entrada a Mora, no produjo un solo acierto táctico y, cual alumno buchón, hizo un gesto en la Bombonera de "yo no me fui a la B".
Al cabo, tal para cual. Díaz deja de ser riverplatense cuando de bancar un descenso se trata y Passarella se olvida de la lealtad -también de la inteligencia ya que Almeyda no estaba haciendo una mala campaña como DT- en aras de defender sus quintitas.
De poco le sirvió a Passarella, que abrumado por la realidad de las encuestas evitó postularse a la reelección. Similar suerte está corriendo Díaz.
Quizás les vendría bien en su tiempo libre ver aquella película de Kirk Douglas.
6/11/13
Gente que la hace fácil
"Pensá en el futuro". Las veces que habrá sonado esta frase entre padres e hijos...
Décadas, con suerte apenas unos años después, más de uno se da cuenta de que valía la pena seguir la sugerencia.
Quizás concientes de la dificultad de muchos adolescentes de obedecer propuestas de sus viejos, miles de padres chinos deciden imponerles el futuro a sus hijos desde los 3 años. Creer o reventar, es la edad a partir de la cual los obligan a empezar su carrera como pupilos en una escuela. El sitio de la BBC (www.bbc.co.uk) revela declaraciones de algunos biológicamente adultos que toman esta decisión en el nombre de la independencia que les ayudan a ganar a las criaturas. Un psicólogo replica que tales padres encubren tras esa linda palabra su verdadero deseo de preservar su propia independencia y que a los pibes los cuide otro.
Si no fuera cierto daría para reírse a carcajadas: una autoridad de este tipo de escuelas sostiene que, si bien los niños no tienen contacto con sus padres durante cuatro días, pueden mirar sus fotos en momentos de malestar.
Nadie podrá decir que a estos chicos no los preparan para cuando sus padres estén muertos.
"Pensá en el futuro". Las veces que habrá sonado esta frase entre padres e hijos...
Décadas, con suerte apenas unos años después, más de uno se da cuenta de que valía la pena seguir la sugerencia.
Quizás concientes de la dificultad de muchos adolescentes de obedecer propuestas de sus viejos, miles de padres chinos deciden imponerles el futuro a sus hijos desde los 3 años. Creer o reventar, es la edad a partir de la cual los obligan a empezar su carrera como pupilos en una escuela. El sitio de la BBC (www.bbc.co.uk) revela declaraciones de algunos biológicamente adultos que toman esta decisión en el nombre de la independencia que les ayudan a ganar a las criaturas. Un psicólogo replica que tales padres encubren tras esa linda palabra su verdadero deseo de preservar su propia independencia y que a los pibes los cuide otro.
Si no fuera cierto daría para reírse a carcajadas: una autoridad de este tipo de escuelas sostiene que, si bien los niños no tienen contacto con sus padres durante cuatro días, pueden mirar sus fotos en momentos de malestar.
Nadie podrá decir que a estos chicos no los preparan para cuando sus padres estén muertos.
5/11/13
¡¿Qué hay de comer?!
Clara Reinero y Juana Sar aceptaron hacer un trabajo aplicando contextos sociológicos y aprobaron con diez el práctico de fin de mes en cuarto año del colegio San Ignacio. El título y los errores de traducción del inglés al español son del editor del blog.
El contexto es la situación en la cual algo sucede, es el grupo de condiciones que existen, de modo que es muy importante porque influye directamente en la situación.
El contexto incluye no solo intenciones individuales, objetivos, conocimiento y experiencias, sino también categorías y creencias.
Cuando pensamos en cómo el contexto cambia el comportamiento de la gente en una situación de acuerdo con el tiempo, imaginamos la incidencia del contexto en una situación límite. Queremos mencionar un ejemplo real: el caso del "milagro de los Andes", donde un avión se estrella y 45 personas incluyendo un equipo de rugby, sus amigos y familia sobreviven por tres meses en un medioambiente sin vida con solamente nieve y sin comida, en un lugar que no estaba preparado para la vida humana.
La mayoría de ellos era muy joven, de clase social alta. Estaban acostumbrados a vivir con todo lo que necesitaban. Nunca tuvieron que esforzarse por nada. Vivían en un contexto muy confortable.
Pero después del estallido del avión el contexto cambió dramáticamente, ellos tuvieron poquita comida y ninguna fuente de calor en una condición severa. Los sobrevivientes tuvieron que variar sus hábitos.
En ese contexto, los valores, las creencias, el status social y la estabilidad emocional eran relativos. Ellos debieron crear nuevas normas donde las creencias y los valores fueron diferentes. El compañerismo y la solidaridad resultaron esenciales. Uno de ellos debía ser el líder del grupo porque la supervivencia era el único fin.
Todos eran católicos, pero como tenían poca comida para unos pocos días, una vez que se terminó resolvieron comer carne de los cuerpos de sus compañeros muertos. Esta decisión no fue tomada a la ligera, era el único medio de permanecer vivos.
El contexto en que vivían influyó sobre sus decisiones porque en una situación usual nunca tuvieron que practicar canibalismo. En este caso, el contexto cambió sus vidas para siempre. De pronto crecieron antes de tiempo.
Clara Reinero y Juana Sar aceptaron hacer un trabajo aplicando contextos sociológicos y aprobaron con diez el práctico de fin de mes en cuarto año del colegio San Ignacio. El título y los errores de traducción del inglés al español son del editor del blog.
El contexto es la situación en la cual algo sucede, es el grupo de condiciones que existen, de modo que es muy importante porque influye directamente en la situación.
El contexto incluye no solo intenciones individuales, objetivos, conocimiento y experiencias, sino también categorías y creencias.
Cuando pensamos en cómo el contexto cambia el comportamiento de la gente en una situación de acuerdo con el tiempo, imaginamos la incidencia del contexto en una situación límite. Queremos mencionar un ejemplo real: el caso del "milagro de los Andes", donde un avión se estrella y 45 personas incluyendo un equipo de rugby, sus amigos y familia sobreviven por tres meses en un medioambiente sin vida con solamente nieve y sin comida, en un lugar que no estaba preparado para la vida humana.
La mayoría de ellos era muy joven, de clase social alta. Estaban acostumbrados a vivir con todo lo que necesitaban. Nunca tuvieron que esforzarse por nada. Vivían en un contexto muy confortable.
Pero después del estallido del avión el contexto cambió dramáticamente, ellos tuvieron poquita comida y ninguna fuente de calor en una condición severa. Los sobrevivientes tuvieron que variar sus hábitos.
En ese contexto, los valores, las creencias, el status social y la estabilidad emocional eran relativos. Ellos debieron crear nuevas normas donde las creencias y los valores fueron diferentes. El compañerismo y la solidaridad resultaron esenciales. Uno de ellos debía ser el líder del grupo porque la supervivencia era el único fin.
Todos eran católicos, pero como tenían poca comida para unos pocos días, una vez que se terminó resolvieron comer carne de los cuerpos de sus compañeros muertos. Esta decisión no fue tomada a la ligera, era el único medio de permanecer vivos.
El contexto en que vivían influyó sobre sus decisiones porque en una situación usual nunca tuvieron que practicar canibalismo. En este caso, el contexto cambió sus vidas para siempre. De pronto crecieron antes de tiempo.
Escenas de supuesta ficción
Se acordó de Jerry Seinfeld. Del capítulo en el que tiró a la basura el cinto, el cepillo de dientes y numerosos objetos por temor a que hubieran estado en contacto con algo sucio. Lo ligó a otro en el que descubrió que de sus ojos salían lágrimas y a uno en el que el personaje principal de la comedia se preguntaba si más allá de su propio mundo existía una comunidad.
Entendió Adrián Ramírez por qué le gustaba este programa de televisión. También pasó por su mente el episodio en el que George se enoja con Jerry al enterarse de que su amigo no se casaría al mismo tiempo que él. Semejante paso se tornaba gigantesco si debía darlo solo, lo que demostraba el escaso sentido que inicialmente le atribuía.
Cada tanto sonreía el muchacho con el glorioso Kramer que a todos decía calmo "Serenity now" (Serenidad ahora) frente a situaciones frustrantes... hasta que un día su ira acumulada lo condujo a gritar la frase y a romper doce computadoras de las que, fiel a sí mismo, no se hizo cargo. Acaso otra habría sido la historia si el vecino de pelos revueltos hubiera sabido lo que otro paciente sostenía: "Serenity now, insanity later" (serenidad ahora, insania después).
Recordó Ramírez al profesor de Matemática de cuarto año industrial que los instaba a valorar el relieve de las partes en el todo. Fue durante la emisión del Seinfeld en el cual George y Elaine, sin su amigo en común, se sienten muy incómodos compartiendo la mesa del bar. De inmediato se hicieron presente las palabras de hace 22 años: "Para que haya triángulo, los dos primeros lados necesitan del tercero". Sintió muy cercana la frase al repasar mediocampos de fútbol que se desvanecieron con la partida de uno de sus integrantes, ni hablar de tríos rockeros que perdieron lo mejor cuando se fue quien según el líder era el triste tercero.
Restringido su consumo de café a causa de la gastritis, evocó el capítulo en el que Kramer convida café hirviendo a un atleta que instantáneamente grita su dolor de garganta y pierde el liderazgo de la maratón.
El monólogo de Seinfeld sobre el efecto de las pulgas en el cuerpo provocó que Newman, a quien le estaba hablando, confesara que él se las había contagiado. Tanto pueden lograr sentencias relativas al ardor frente a quien lo está padeciendo. Parecido a la derivación del sermón que en 1987 dio la maestra de Lengua de sexto grado: a los tres minutos, ruborizado, Andrés admitió que había copiado en el examen.
¡Cuánta cercanía con la vida cotidiana de gente a miles de kilómetros de Estados Unidos! Seinfeld, una comedia a la que sus críticos rotularon como "show de la nada". Quizás hayan sido los que creen que existe una sola forma de grandeza artística o que es de tono menor lo que carece de costosos efectos especiales, ni cuenta historias de reyes, presidentes o empresarios exitosos.
Se acordó de Jerry Seinfeld. Del capítulo en el que tiró a la basura el cinto, el cepillo de dientes y numerosos objetos por temor a que hubieran estado en contacto con algo sucio. Lo ligó a otro en el que descubrió que de sus ojos salían lágrimas y a uno en el que el personaje principal de la comedia se preguntaba si más allá de su propio mundo existía una comunidad.
Entendió Adrián Ramírez por qué le gustaba este programa de televisión. También pasó por su mente el episodio en el que George se enoja con Jerry al enterarse de que su amigo no se casaría al mismo tiempo que él. Semejante paso se tornaba gigantesco si debía darlo solo, lo que demostraba el escaso sentido que inicialmente le atribuía.
Cada tanto sonreía el muchacho con el glorioso Kramer que a todos decía calmo "Serenity now" (Serenidad ahora) frente a situaciones frustrantes... hasta que un día su ira acumulada lo condujo a gritar la frase y a romper doce computadoras de las que, fiel a sí mismo, no se hizo cargo. Acaso otra habría sido la historia si el vecino de pelos revueltos hubiera sabido lo que otro paciente sostenía: "Serenity now, insanity later" (serenidad ahora, insania después).
Recordó Ramírez al profesor de Matemática de cuarto año industrial que los instaba a valorar el relieve de las partes en el todo. Fue durante la emisión del Seinfeld en el cual George y Elaine, sin su amigo en común, se sienten muy incómodos compartiendo la mesa del bar. De inmediato se hicieron presente las palabras de hace 22 años: "Para que haya triángulo, los dos primeros lados necesitan del tercero". Sintió muy cercana la frase al repasar mediocampos de fútbol que se desvanecieron con la partida de uno de sus integrantes, ni hablar de tríos rockeros que perdieron lo mejor cuando se fue quien según el líder era el triste tercero.
Restringido su consumo de café a causa de la gastritis, evocó el capítulo en el que Kramer convida café hirviendo a un atleta que instantáneamente grita su dolor de garganta y pierde el liderazgo de la maratón.
El monólogo de Seinfeld sobre el efecto de las pulgas en el cuerpo provocó que Newman, a quien le estaba hablando, confesara que él se las había contagiado. Tanto pueden lograr sentencias relativas al ardor frente a quien lo está padeciendo. Parecido a la derivación del sermón que en 1987 dio la maestra de Lengua de sexto grado: a los tres minutos, ruborizado, Andrés admitió que había copiado en el examen.
¡Cuánta cercanía con la vida cotidiana de gente a miles de kilómetros de Estados Unidos! Seinfeld, una comedia a la que sus críticos rotularon como "show de la nada". Quizás hayan sido los que creen que existe una sola forma de grandeza artística o que es de tono menor lo que carece de costosos efectos especiales, ni cuenta historias de reyes, presidentes o empresarios exitosos.
El destino pinta cartas negras
¿Qué harías si..? La pregunta pone a prueba más los prejuicios que nuestras realidades. Alguien imagina que salvaría a un bebé del tren que viene y luego se queda quietito en el andén. O se supone sin el valor suficiente y al final se arroja a las vías y arriesga su vida por la ajena.
¿Qué harías si..? La pregunta pone a prueba más los prejuicios que nuestras realidades. Alguien imagina que salvaría a un bebé del tren que viene y luego se queda quietito en el andén. O se supone sin el valor suficiente y al final se arroja a las vías y arriesga su vida por la ajena.
El sitio de la BBC, www.bbc.co.uk, recuerda que en 1996 una adolescente afroamericana protegió a un hombre blanco de una multitud enardecida que lo creyó simpatizante del racista Ku Klux Klan. La BBC considera que el acto de la chica fue de "coraje y benevolencia extraordinarios" y "aún sigue inspirando a la gente".
Fue en Michigan. Había una manifestación del Ku Klux Klan y una de afroamericanos. La policía evitó que los grupos chocaran. Lo que no logró impedir fue que entre los negros hubiera un blanco con un tatuaje de las SS y una bandera de los confederados, que en la guerra de secesión apoyaban la continuidad de la esclavitud. Tan pronto como lo vieron, los negros se le fueron al humo al grito de "¡maten al nazi!".
Según consigna la cadena informativa británica, Keshia Thomas, que tenía 18 años y marchaba junto a otros afroamericanos, salió en defensa del nazi. Un fenomenal acto de valentía y de amor al prójimo.
Un autor ha notado que en algunas circunstancias tratamos a la gente con prevalencia de lo interpersonal y otras, en función de lo grupal. Ejemplo: un director y un empleado son amigos y, como tales, se supone que se consideran pares. Entonces Juan es Juan y Angel es Angel. En cambio, cuando tienen que discutir por cuestiones laborales, Angel se siente de cuello azul, más cercano a sus compañeros de mameluco que del Juan que solicita llamadas a su secretaria desde su sillón giratorio.
La chica que marchaba con otros negros por la reivindicación de sus derechos tenía altísimas chances de percibir al hombre con apariencia nazi como uno del grupo contrario, que los acosaba y los mataba. Es probable que haya sido educada en el rechazo a personas como ese muchacho con tatuaje de las SS, la criminal fuerza de choque de Hitler, y que hasta hubiera dicho "uno menos" si veía por el noticiero que lo mataban. Pero le tocó estar ahí, como al Tadeo Isidoro Cruz de Borges que una noche, en medio de una pelea, se da cuenta de quién es y pasa a pelear contra aquellos a los que instantes previos había estado atacando. Como si el destino le hubiera reservado a Keshia Thomas un día de 1996 para probarle que su libertad para amar era tan, pero tan grande, que ni una masa resuelta a aniquilar al indefenso rival la pudo contener.
Un autor ha notado que en algunas circunstancias tratamos a la gente con prevalencia de lo interpersonal y otras, en función de lo grupal. Ejemplo: un director y un empleado son amigos y, como tales, se supone que se consideran pares. Entonces Juan es Juan y Angel es Angel. En cambio, cuando tienen que discutir por cuestiones laborales, Angel se siente de cuello azul, más cercano a sus compañeros de mameluco que del Juan que solicita llamadas a su secretaria desde su sillón giratorio.
La chica que marchaba con otros negros por la reivindicación de sus derechos tenía altísimas chances de percibir al hombre con apariencia nazi como uno del grupo contrario, que los acosaba y los mataba. Es probable que haya sido educada en el rechazo a personas como ese muchacho con tatuaje de las SS, la criminal fuerza de choque de Hitler, y que hasta hubiera dicho "uno menos" si veía por el noticiero que lo mataban. Pero le tocó estar ahí, como al Tadeo Isidoro Cruz de Borges que una noche, en medio de una pelea, se da cuenta de quién es y pasa a pelear contra aquellos a los que instantes previos había estado atacando. Como si el destino le hubiera reservado a Keshia Thomas un día de 1996 para probarle que su libertad para amar era tan, pero tan grande, que ni una masa resuelta a aniquilar al indefenso rival la pudo contener.
Un ratito en el aula
El profesor pidió silencio por cuarta vez en 25 minutos y por primera vez sintió que no valía la pena. "No gastes pólvora en chimangos" fue una de las frases que lo acecharon. Se sentó, se llevó la mano derecha a la frente como si le quisiera poner un toldo a su mirada y se puso a completar el libro de temas, con lo cual se dio cuenta de que a veces la burocracia es un refugio. La rutina iba por la segunda línea correspondiente a ese día cuando escuchó:
-¿La cinco está bien así?
Casi en el mismo momento en que saboreaba el interés de esa alumna se oyó la enésima frase hiriente de un compañero a otro.
Sintió que son amargos algunos indicadores de la necesidad docente y se aprestó a seguir la clase, ya menos frustrado que tres minutos antes.
El profesor pidió silencio por cuarta vez en 25 minutos y por primera vez sintió que no valía la pena. "No gastes pólvora en chimangos" fue una de las frases que lo acecharon. Se sentó, se llevó la mano derecha a la frente como si le quisiera poner un toldo a su mirada y se puso a completar el libro de temas, con lo cual se dio cuenta de que a veces la burocracia es un refugio. La rutina iba por la segunda línea correspondiente a ese día cuando escuchó:
-¿La cinco está bien así?
Casi en el mismo momento en que saboreaba el interés de esa alumna se oyó la enésima frase hiriente de un compañero a otro.
Sintió que son amargos algunos indicadores de la necesidad docente y se aprestó a seguir la clase, ya menos frustrado que tres minutos antes.
26/10/13
Ideas terribles
Confundir efectos con causas es común. Más de un niño cree que el viento es generado por ramas y hojas que se mueven. Cuando crecen, descubren que lo que ven es provocado por el viento, que a su vez -esto lo saben quienes estudian Geografía- es originado por diferencias de presión.
Suponer que lo que no se hace tiene como origen la falta de interés resulta otra equivocación habitual. Ejemplo: en un paraje no hay vacas, ni leche en polvo, ni heladeras a gas ni a kerosén, ni conservadoras, ni hielo. Las personas no consumen lácteos. No falta el que sentencia: "O sea que no les gustan los lácteos", prescindiendo del contexto.
En esta línea, en un colegio donde se afirma que "los chicos no leen", conviene revisar si se les asigna material de lectura. Si no, es como pretender que le guste el sushi a quien ni siquiera sabe qué es. En otras palabras, ¿cuántas chances hay de que un nene o adolescente lea si nadie lo estimula a que lo haga? ¿O acaso la responsabilidad tiene posibilidades de surgir sin una tarea por delante? "No les gusta estudiar", es otro latiguillo. ¿Y alguna vez se los hace estudiar a los chicos a los que se acusa?
Con relación a efectos tenidos por causas, también vale parar un ratito en la escuela. Por supuesto que el vínculo alumno - docente conlleva influencias mutuas. Un estudiantado que desde el inicio mismo de la clase mira el reloj cada tres minutos condiciona el entusiasmo del profesor. De todos modos, ¿se le puede exigir el mismo compromiso hacia la tarea al muchacho que al adulto que además cobra por hacerla? Como dijo un autor, es injusto pretender una cabeza madura sobre hombros adolescentes.
Para quien está frente al curso es funcional creer que su propia apatía es el inexorable fin de un camino iniciado por el desgano de los otros, así como al niño le queda cómodo rotular a las hojas y ramas cual fuentes de energía eólica.
Cielo nuboso, ¿verdad? Se hace tormenta si bajan mensajes institucionales desde la lógica del Cambalache: "No hay aplazados, ni escalafón". Entonces la responsabilidad se torna un sustantivo más abstracto que nunca para los que tienen la tiza y para los que las tiran.
Confundir efectos con causas es común. Más de un niño cree que el viento es generado por ramas y hojas que se mueven. Cuando crecen, descubren que lo que ven es provocado por el viento, que a su vez -esto lo saben quienes estudian Geografía- es originado por diferencias de presión.
Suponer que lo que no se hace tiene como origen la falta de interés resulta otra equivocación habitual. Ejemplo: en un paraje no hay vacas, ni leche en polvo, ni heladeras a gas ni a kerosén, ni conservadoras, ni hielo. Las personas no consumen lácteos. No falta el que sentencia: "O sea que no les gustan los lácteos", prescindiendo del contexto.
En esta línea, en un colegio donde se afirma que "los chicos no leen", conviene revisar si se les asigna material de lectura. Si no, es como pretender que le guste el sushi a quien ni siquiera sabe qué es. En otras palabras, ¿cuántas chances hay de que un nene o adolescente lea si nadie lo estimula a que lo haga? ¿O acaso la responsabilidad tiene posibilidades de surgir sin una tarea por delante? "No les gusta estudiar", es otro latiguillo. ¿Y alguna vez se los hace estudiar a los chicos a los que se acusa?
Con relación a efectos tenidos por causas, también vale parar un ratito en la escuela. Por supuesto que el vínculo alumno - docente conlleva influencias mutuas. Un estudiantado que desde el inicio mismo de la clase mira el reloj cada tres minutos condiciona el entusiasmo del profesor. De todos modos, ¿se le puede exigir el mismo compromiso hacia la tarea al muchacho que al adulto que además cobra por hacerla? Como dijo un autor, es injusto pretender una cabeza madura sobre hombros adolescentes.
Para quien está frente al curso es funcional creer que su propia apatía es el inexorable fin de un camino iniciado por el desgano de los otros, así como al niño le queda cómodo rotular a las hojas y ramas cual fuentes de energía eólica.
Cielo nuboso, ¿verdad? Se hace tormenta si bajan mensajes institucionales desde la lógica del Cambalache: "No hay aplazados, ni escalafón". Entonces la responsabilidad se torna un sustantivo más abstracto que nunca para los que tienen la tiza y para los que las tiran.
Barrabravas con botines
Puede ser la tercera, la undécima, la última; cualquier fecha del torneo es propicia para que algunos futbolistas resuelvan sus conflictos a puñetazos y patadas.
El remanido y estúpido argumento de "las pulsaciones aceleradas" no funciona. Con ese criterio, los corredores de 400 metros, los maratonistas, los empleados de un call center que reciben quejas de usuarios, los colectiveros que cortan boletos, cobran, esquivan bicicletas y motos que cruzan en rojo... todos tendrían que terminar sus actividades a los bollos.
Gracias a que el fútbol es tan importante en la Argentina, los jugadores de primera división obtienen ingresos anuales que superan con creces los de un trabajador medio. Dado el relieve del fútbol en nuestra cultura, los referentes de los clubes son modelos con los cuales crecen millones de niños. Unos hacen, otros tratan de imitar.
Pero ya se sabe que para decenas de futbolistas ser profesional significa vivir holgadamente de un solo empleo, no actuar responsablemente en función del lugar que se ocupa en una sociedad. Por eso, aunque no haya cuerdas, jugadores de Arsenal y Gimnasia en la 13° fecha, de Godoy Cruz y Boca en la 12°, de Lanús y River hace un mes, de Central contra San Lorenzo un poquito más allá, por citar algunos casos recientes, transforman una cancha en un ring. Un deporte lindo en una trifulca. Un juego en una actividad bastardeada.
Los barrabravas no son los únicos culpables de la fealdad del fútbol argentino.
Puede ser la tercera, la undécima, la última; cualquier fecha del torneo es propicia para que algunos futbolistas resuelvan sus conflictos a puñetazos y patadas.
El remanido y estúpido argumento de "las pulsaciones aceleradas" no funciona. Con ese criterio, los corredores de 400 metros, los maratonistas, los empleados de un call center que reciben quejas de usuarios, los colectiveros que cortan boletos, cobran, esquivan bicicletas y motos que cruzan en rojo... todos tendrían que terminar sus actividades a los bollos.
Gracias a que el fútbol es tan importante en la Argentina, los jugadores de primera división obtienen ingresos anuales que superan con creces los de un trabajador medio. Dado el relieve del fútbol en nuestra cultura, los referentes de los clubes son modelos con los cuales crecen millones de niños. Unos hacen, otros tratan de imitar.
Pero ya se sabe que para decenas de futbolistas ser profesional significa vivir holgadamente de un solo empleo, no actuar responsablemente en función del lugar que se ocupa en una sociedad. Por eso, aunque no haya cuerdas, jugadores de Arsenal y Gimnasia en la 13° fecha, de Godoy Cruz y Boca en la 12°, de Lanús y River hace un mes, de Central contra San Lorenzo un poquito más allá, por citar algunos casos recientes, transforman una cancha en un ring. Un deporte lindo en una trifulca. Un juego en una actividad bastardeada.
Los barrabravas no son los únicos culpables de la fealdad del fútbol argentino.
17/10/13
Odisea internacional
"Visita Inesperada" es de esas películas en las que la sorpresa no sale de abajo de la cama ni desde un placard. Los personajes llevan un rumbo que cambia tanto por malditas casualidades cuanto por deshonestidad ajena y sensibilidad propia.
Un docente universitario que está harto de su tarea no tiene otra que viajar a Nueva York a presentar una investigación hecha por una colega. Entra en el departamento donde acostumbra parar y encuentra una bella joven senegalesa en la bañera. La perplejidad aumenta cuando el novio de la chica, un sirio, amaga con pegarle porque lo cree un intruso y quizás un sátiro. Así las cosas cuando un delincuente alquila una propiedad sin el consentimiento del dueño y extranjeros de buena fe pagan: el titular de la vivienda es tomado por extraño en su propia casa y los tres pasan un rato muy feo. No obstante, Walter los aloja, los prejuicios se achican y empieza a forjarse una amistad alimentada por la mutua comprensión.
Todo fluye a través de la felicidad hasta que un incidente menor del que ninguno de ellos es culpable desnuda la condición de Tarek. El siguiente paso es la detención del muchacho en un centro para inmigrantes ilegales.
Música africana, exteriores de Nueva York, imágenes de estaciones de subte, paredones y ruido de puertas que se cierran son algunos de los componentes de "Visita Inesperada". La obra contempla no solo migraciones geográficas, también las que pueden sacudirnos el sedentarismo espiritual, graficado en la imagen del profesor Walter que lo único que modifica en el programa de su materia es la fecha.
No es menos significativo un momento en el que Tarek se queja por lo que juzga una búsqueda de terroristas en el lugar equivocado. O aquel en el cual habla de cuánto se acentuaron los controles migratorios en los Estados Unidos después de las explosiones del 11 de septiembre de 2001. Suele pasar: se complica la vida de millones de personas buenas por grupúsculos de fanáticos asesinos.
"Visita Inesperada" es de esas películas en las que la sorpresa no sale de abajo de la cama ni desde un placard. Los personajes llevan un rumbo que cambia tanto por malditas casualidades cuanto por deshonestidad ajena y sensibilidad propia.
Un docente universitario que está harto de su tarea no tiene otra que viajar a Nueva York a presentar una investigación hecha por una colega. Entra en el departamento donde acostumbra parar y encuentra una bella joven senegalesa en la bañera. La perplejidad aumenta cuando el novio de la chica, un sirio, amaga con pegarle porque lo cree un intruso y quizás un sátiro. Así las cosas cuando un delincuente alquila una propiedad sin el consentimiento del dueño y extranjeros de buena fe pagan: el titular de la vivienda es tomado por extraño en su propia casa y los tres pasan un rato muy feo. No obstante, Walter los aloja, los prejuicios se achican y empieza a forjarse una amistad alimentada por la mutua comprensión.
Todo fluye a través de la felicidad hasta que un incidente menor del que ninguno de ellos es culpable desnuda la condición de Tarek. El siguiente paso es la detención del muchacho en un centro para inmigrantes ilegales.
Música africana, exteriores de Nueva York, imágenes de estaciones de subte, paredones y ruido de puertas que se cierran son algunos de los componentes de "Visita Inesperada". La obra contempla no solo migraciones geográficas, también las que pueden sacudirnos el sedentarismo espiritual, graficado en la imagen del profesor Walter que lo único que modifica en el programa de su materia es la fecha.
No es menos significativo un momento en el que Tarek se queja por lo que juzga una búsqueda de terroristas en el lugar equivocado. O aquel en el cual habla de cuánto se acentuaron los controles migratorios en los Estados Unidos después de las explosiones del 11 de septiembre de 2001. Suele pasar: se complica la vida de millones de personas buenas por grupúsculos de fanáticos asesinos.
Minutos y días
Cortado en jarro
Catorce mesas, siete cuadradas, la otra mitad redondas. Diecinueve sillas de madera y caño. La mirada, de la pantalla a la puerta, a otros clientes, a los sobrecitos de azúcar, a la planta junto a la salida de emergencia, a las ventanas que dan a una calle, a las que están sobre la perpendicular. ¿Será posible que no venga?
Tragá tranquilo
El costado del microondas estaba manchado. Las clases habían terminado. Limpiarlo era una forma de pasar tiempo. Ansiedad y ocio se unen y Míster Músculo ya tiene el poder.
Suena el celular. El trapo se apretuja en la mano derecha. La izquierda aprieta la tecla equivocada y es llamada perdida. Sigue la incertidumbre sobre el resultado del concurso.
A los veinticuatro minutos vuelve a sonar, cuando hasta la mesa de luz está encerada. "¿Viste lo que dijo Lanata de Ventura?", es el saludo de su amigo Lucio. El pulgar izquierdo toca la tecla para finalizar la llamada.
El mismo Lucio le mandó un mensaje dos días más tarde: "Te banco a full, sé que sos un capo", leyó Pedro poco después de enterarse de que había perdido el puesto al que aspiraba.
Cortado en jarro
Catorce mesas, siete cuadradas, la otra mitad redondas. Diecinueve sillas de madera y caño. La mirada, de la pantalla a la puerta, a otros clientes, a los sobrecitos de azúcar, a la planta junto a la salida de emergencia, a las ventanas que dan a una calle, a las que están sobre la perpendicular. ¿Será posible que no venga?
Tragá tranquilo
El costado del microondas estaba manchado. Las clases habían terminado. Limpiarlo era una forma de pasar tiempo. Ansiedad y ocio se unen y Míster Músculo ya tiene el poder.
Suena el celular. El trapo se apretuja en la mano derecha. La izquierda aprieta la tecla equivocada y es llamada perdida. Sigue la incertidumbre sobre el resultado del concurso.
A los veinticuatro minutos vuelve a sonar, cuando hasta la mesa de luz está encerada. "¿Viste lo que dijo Lanata de Ventura?", es el saludo de su amigo Lucio. El pulgar izquierdo toca la tecla para finalizar la llamada.
El mismo Lucio le mandó un mensaje dos días más tarde: "Te banco a full, sé que sos un capo", leyó Pedro poco después de enterarse de que había perdido el puesto al que aspiraba.
14/10/13
La bruja está sola y espera
Comparar dolores conduce a callejones sin salida. "Que vos nunca sufriste como yo", "lo que se dice padecer, vos jamás padeciste" y frases por el estilo revelan incomprensión, un dejo competitivo y quizás afán de conseguir desde supuestos el triunfo que no se consigue a la luz del día.
Ser conscientes de dolores ajenos, en cambio, suele resultar útil. Mirar que alrededor penan por hambre y sed ayuda a relativizar una derrota en el fútbol o a mitigar el efecto de una nota inesperada. También, para qué negarlo, implica percibir realidades que sería más cómodo ignorar.
El sitio de la BBC, www.bbc.co.uk, publica entre sus magníficas notas una relativa a las "viudas virtuales" de Kerala, un estado sureño de la India. Chicas que a los 15 años se prueban un vestido no por la fiesta de cumpleaños sino por el casamiento decidido por sus padres encuentran que la vida de a dos consiste en soledad. La expresión no remite a lo que a menudo ocurre, esto es pasar el tiempo junto a alguien que no comprende, que está ensimismado, que presta más atención a los amigotes que a su esposa e hijos. En el caso de Kerala, las chicas se quedan solas porque sus maridos emigran a los Emiratos Arabes Unidos o a otro país arábigo en busca de empleo. La causa principal radica en que la región tiene un desempleo cercano al triple del resto de la India.
Sujatha, oficial de gobierno en el distrito de Mallappuram, señala que la vida conjugal es corta ya que el novio se casa, tiene 15 o 20 días de licencia y, una vez que vuelve al trabajo, demora un par de años para regresar -por un mes- a su país.
Que nadie crea que semejante migración se debe a la terrible codicia de los indios que viven en el sur del país. Nasiruddeen Alungal, miembro de una organización política de derecha, sostiene que los hombres de su país son explotados por las naciones a las que van a trabajar y que, tan pronto arriban, les sacan el pasaporte. En otras palabras, los empujan a horarios rayanos en la esclavitud -el empleo suele ser un refugio cuando el tiempo libre promete amargura- y les impiden salir legalmente del país.
Será por esto que Alungal conversa con la comunidad musulmana para disuadirlos de arreglar matrimonios cuya vida real es de viudez, algún que otro engaño, depresión y crianza a solas de los hijos.
El párrafo final es para recordar una nota publicada en algún lugar hace un mes. Abordaba las deplorables condiciones de empleo de quienes se abocan a la construcción de elementos que maravillarán a multitudes cuando se dispute el mundial de fútbol de Qatar, otra ocasión para la viudez virtual femenina, en este caso de alcance global.
Comparar dolores conduce a callejones sin salida. "Que vos nunca sufriste como yo", "lo que se dice padecer, vos jamás padeciste" y frases por el estilo revelan incomprensión, un dejo competitivo y quizás afán de conseguir desde supuestos el triunfo que no se consigue a la luz del día.
Ser conscientes de dolores ajenos, en cambio, suele resultar útil. Mirar que alrededor penan por hambre y sed ayuda a relativizar una derrota en el fútbol o a mitigar el efecto de una nota inesperada. También, para qué negarlo, implica percibir realidades que sería más cómodo ignorar.
El sitio de la BBC, www.bbc.co.uk, publica entre sus magníficas notas una relativa a las "viudas virtuales" de Kerala, un estado sureño de la India. Chicas que a los 15 años se prueban un vestido no por la fiesta de cumpleaños sino por el casamiento decidido por sus padres encuentran que la vida de a dos consiste en soledad. La expresión no remite a lo que a menudo ocurre, esto es pasar el tiempo junto a alguien que no comprende, que está ensimismado, que presta más atención a los amigotes que a su esposa e hijos. En el caso de Kerala, las chicas se quedan solas porque sus maridos emigran a los Emiratos Arabes Unidos o a otro país arábigo en busca de empleo. La causa principal radica en que la región tiene un desempleo cercano al triple del resto de la India.
Sujatha, oficial de gobierno en el distrito de Mallappuram, señala que la vida conjugal es corta ya que el novio se casa, tiene 15 o 20 días de licencia y, una vez que vuelve al trabajo, demora un par de años para regresar -por un mes- a su país.
Que nadie crea que semejante migración se debe a la terrible codicia de los indios que viven en el sur del país. Nasiruddeen Alungal, miembro de una organización política de derecha, sostiene que los hombres de su país son explotados por las naciones a las que van a trabajar y que, tan pronto arriban, les sacan el pasaporte. En otras palabras, los empujan a horarios rayanos en la esclavitud -el empleo suele ser un refugio cuando el tiempo libre promete amargura- y les impiden salir legalmente del país.
Será por esto que Alungal conversa con la comunidad musulmana para disuadirlos de arreglar matrimonios cuya vida real es de viudez, algún que otro engaño, depresión y crianza a solas de los hijos.
El párrafo final es para recordar una nota publicada en algún lugar hace un mes. Abordaba las deplorables condiciones de empleo de quienes se abocan a la construcción de elementos que maravillarán a multitudes cuando se dispute el mundial de fútbol de Qatar, otra ocasión para la viudez virtual femenina, en este caso de alcance global.
Suscribirse a:
Comentarios (Atom)