13/8/20

Arte en expansión

Es simple conocer en nuestra tierra chicos que tienen la cabeza llena de fútbol. No es sencillo invitarlos a que le hagan lugar a otras expresiones artísticas. A continuación, el feliz intento de Elena Moscone.

"Velazquez, Picasso, Van Gogh, Cezanne, Paul Gauguin, Kandinsky, Monet, Frida Kahlo, Rafael", son algunos de los que convida a visitar. Pertenecen a distintos siglos, del XV en adelante.

Cuando aún no existía la fotografía, pondera Elena, se las componían para "pintar retratos de personajes famosos que les pagaban por ese trabajo". 

La alumna del Programa Educativo de Adultos Mayores viaja a sus tiempos de maestra y les habla a esos alumnos que prefieren ver por quinta vez un partido repetido a un cuadro: "Imaginen qué interesante lo que hacían porque con un mínimo de materiales tales como terracota, piedras, maderas, carbón, tierras de colores, ellos les añadían pigmentos e iban formando las tonalidades que ahí vemos".

Sigue y aporta que "en los retratos podemos ver esas miradas tan profundas, reales, los ojos brillantes, como si estuvieran realmente en el lugar. Pienso que puede hacerlos muy felices a ustedes ver esas pinturas y saber que son el legado que nos han dejado estas personas con un don especial, el de pintar con perfección las manos, cada detalle del rostro, los cuerpos. Hasta tenemos a Miró, que parece hasta infantil con sus pinturas pero con mucho colorido".

Celebra Elena el mérito de los artistas que, "haciendo dibujos y pintando con el mínimo de herramientas, ya que hasta los pinceles hacían a mano", construyeron arte para la eternidad. 

Los chicos la siguen con la vista mientras ella camina por el aula diciendo: "Fueron verdaderos genios creativos, que han existido en todas las épocas". Muestra "Los girasoles, de Van Gogh", lee varias miradas y prosigue: "Ustedes pueden decir 'qué facil, yo los pinto'. Sí, lo pueden copiar, pero no pueden sentir lo que ha sentido Van Gogh". Lejos de apartarlos, los estimula: "Ustedes tienen sus propios sentimientos, su propia impronta, su propio sello. Si lo hacen, será parecido, pero no el mismo. Por eso me gustaría que tomaran el pincel y dejaran llevar la imaginación sin copiar. Y eso los hará felices".