14/8/20

 Otro mundo

"Para mí, estar sin reloj sería un caos", estima Lidia Olmedo. Esto no implica que esta alumna del Programa Educativo de Adultos Mayores tenga una sola mirada sobre cómo sería la vida sin este implacable marcador del paso de las horas.

"Hace 2 mil años no se conocía el reloj. El hombre trabajaba cazando, pastoreando y cultivando sin depender del tiempo. Para calcular la hora se guiaba por el sol y la sombra.

En este tiempo que vivimos somos libres y esclavos al mismo tiempo. No puedo imaginarme que no existiera el reloj. Me parece que por el ritmo de vida que llevamos no prescindiríamos de él. Sería complicado; no sé si sería posible, llegaríamos tarde al trabajo u otro compromiso y los niños a la escuela. Amigos que quedaran en juntarse a la tarde, ¿cómo harían para llegar a la misma hora? 

Por supuesto, sería una vida más relajada, nada de andar a las corridas para llegar a sus obligaciones, lo cual nos produce ansiedad y estrés".

En una vida sin relojes "tendríamos más tiempo para valorar lo que tenemos, disfrutaríamos más de la vida. No dependeríamos de la hora y sería como tomarse unas vacaciones, sin obligaciones, como si el tiempo se detuviera, tomarse las cosas con más calma".