26/8/20

Conexiones

"Fragilidad humana, desorientación, conciencia epocal, planeta enfermo, crisis económica y su impacto, colectivos vulnerables", enumera Matilde Maffrand los elementos de un cuadro menos visitado que La Gioconda, pero no por ello menos real.

La alumna del PEAM manifiesta que "en Argentina la pobreza tiene cara de niños. Los adultos tenemos que ponernos colorados.¿Somos los adultos los que decidimos sobre los niños?".

Repara Matilde en un mensaje imperativo que no aplica a todos: "Quedate en casa y lavate las manos'. Quedate en tu casa si tenés casa y lavate las manos si tenés agua corriente".

Por otro lado, "cosas simples que me conmueven, cosas sencillas de la vida que son como esas estrellas que relucen en las noches despejadas; siempre están ahí y no todos los días nos detenemos a mirarlas". 

Al bajar la vista, Matilde encuentra el salero. Su contenido la lleva al pasado, cuando la sal era "moneda de cambio" y se la empleaba en la conservación de alimentos ya fuera para comer acá o como vianda para el muerto en su viaje al más allá. 

"Los fenicios consiguieron conquistar el Mediterráneo gracias al uso que hicieron de la sal en el comercio marítimo y la obtenían por la evaporación del mar.

Ahora bien, ¿qué sucede si derramo sal en la maceta de un geranio? Ese que amorosamente protegí del frío, regué poco siguiendo las instrucciones de la revista Jardín. Sucede que la planta se seca y eso me lleva a pensar en otro elemento simple como una carta. ¡Qué emoción encontrar una carta en el buzón!", rememora Matilde.

La memoria de esta estudiante de varios talleres del Programa Educativo de Adultos Mayores registra que "en un tiempo, ese papel escrito colocado en un sobre con estampillas te enamoraba. ¿Te acordás de las estampillas? Luego -siempre hay un luego- vino como consecuencia el email. Nos enamoró esa película con Meg Ryan y Tom Hanks".

Matilde ha cruzado el puente que se propuso construir, el que conectó "relatos propositivos y mensajes esperanzadores".