23/12/08

Lógica y locura

Lógica y locura

Es cierto: el mes pasó de largo y el resultado deseado también. Tan cierto como que la vida no había pasado de largo. Adrián Ramírez sentía que “mientras hay vida, hay esperanza” no era frase hecha en este caso.
Ultimamente se había preguntado si era posible que el gran amor de una vida fuese uno que no se hubiera concretado. La lógica le dictaba que no. También le repicaba la frase de un personaje especial: “A veces hay que ser un poquito loco para que las cosas salgan”.
Entre la lógica y la locura, la historia se había escrito mucho más con el lápiz de la locura. De hecho, las peores páginas eran aquellas trazadas desde la lógica, que dio paso al miedo y la abstención.
Entre voces ajenas y propias transitaban sus sentimientos y sus acciones, una de las cuales había sido ofrecerle al amor de su vida un cambio tan grande que ni quienes lo conocían lo imaginaban.
Esta decisión, loca para quien calzaba zapatos de 50 kilos cuando de modificar rumbos se trataba, era lógica, vaya si era lógica, en función de la mujer de la que estaba enamorado.

22/12/08

Preguntas cuando suena el timbre

Preguntas cuando suena el timbre

“Prejuicios” es uno de los conceptos inevitables en Sociology, no sólo porque lo contempla el curriculum sinto también porque existe. Vaya si existe y le damos vida cotidianamente.
El fútbol es una de las víctimas preferidas de los prejuicios en varios ámbitos académicos. “Si viene del fútbol, entonces es malo” y “fútbol, o usar los pies en lugar del cerebro” son expresiones ampliamente difundidas.
Negar que muchos futbolistas, entrenadores, hinchas, por no mencionar periodistas deportivos, dicen zonceras es una acción tan titánica como inútil. Sin embargo, el fútbol también provee buenos ejemplos y frases apropiadas para reflexionar acerca de la tarea de un docente.

Y bien
-“Mi estilo es mejorar jugadores”, dijo el director técnico Carlos Griguol, entrevistado por la revista El Gráfico. Suena bien. ¿Es la manera en que actuamos como profesores y maestros?

-Cuando Argentina organizó la Copa América de 1987 –un año después de haber conquistado el Mundial en México-, Carlos Bilardo, entrenador de Argentina, consideró que ganar la Copa no era importante per se. Más aun, sostuvo que hacerlo podría haber conducido a “engañar y engañarnos”. Agregó la necesidad de “pensar en el futuro y el futuro se llama Mundial de 1990”. Otro buen sonido. Ahora bien, ¿qué preferimos como docentes: buenos resultados ya o duraderos a partir de mañana?

-Javier Castrilli fue uno de los árbitros más renombrados en las dos últimas décadas en el fútbol argentino. Por un lado, tomaba decisiones al margen del tenor de los equipos; en otras palabras, asumía que la justicia debía ser ciega. Por otro lado, parecía sentir un extremo placer cada vez que expulsaba un jugador. Como dialogar con ellos no era obligatorio reglamentariamente, él lo evitaba. ¿Y qué encontramos cuando nos vemos a nosotros mismos? ¿Justicia y diálogo orientado a la prevención? ¿Justicia y Castigo? (así, con mayúscula) ¿Ni siquiera justicia? Algunas otras preguntas: ¿qué hallamos al revisar nuestro comportamiento diario? ¿Descubrimos silencio en los momentos críticos como paso previo y necesario hacia las sanciones posteriores? ¿Persuasión para evitarlas? ¿Ni silencio ni persuasión?

Lugares comunes
“Somos hijos del rigor” es un diagnóstico popular. “La letra con sangre entra” es otro. En materia sociológica, ambas afirmaciones dan el perfil de estereotipos, esto es, generalizaciones falsas –y, cabe decir también, peligrosas.
Cuando estamos en el aula, ¿somos concientes de tal carácter de las afirmaciones? ¿O las seguimos como si fueran verdades sagradas?

Clásico
Angel Labruna fue múltiple campeón en River, como futbolista y como entrenador. Tenía la habilidad de percibir elementos obvios que no obstante resultaban invisibles para muchos. Solía decir: “No hay que correr tanto; hay que hacer correr la pelota, ella no se cansa”. Tan simple y tan sabio. Quién pudiera descubrir este tipo de verdades útiles y aplicarlas en el cotidiano ejercicio en el aula.
Para evocar el clásico futbolístico más importante de la Argentina, algunas palabras luminosas de Oscar Tabárez, técnico que obtuvo dos campeonatos en Boca en los noventa: “Ni vivir preso de los miedos ni subirse a euforias desmedidas. Uno no puede ganar todos los partidos, y tampoco perderlos a todos”. Una vez más, quién pudiera convertir estas ideas en viva experiencia docente.

11/12/08

Aperitivo

Aperitivo
“Nunca están disponibles las mejores alternativas”, apuntó el pibe en consonancia con su padre, que hacía del pesimismo un modo de vida.
“Es cierto”, replicó su novia, que a continuación le dijo: “Pero no lo tomes como algo personal”.
“Felizmente, mal que mal, uno va aprendiendo a administrar las situaciones amargas”, la siguió. “De hecho, más de una vez me pasó bajonearme mal hasta que empecé a sentirme mejor más allá de las cosas que se daban mal o las que venían mal desde hace un montón de tiempo”.
“Tal cual”, replicó él. “De todas maneras -continuó-, hay que ver qué podemos hacer para cambiar esos problemas; si vamos al caso, una cosa es aceptar que el Sol sale por el Este y otra cosa es aceptar que sos el carlitos de todo el mundo”.
“Bueno, Daniel, ya está lista la cena”, lo llamó al cambio de tema el padre de ella.

Grafiti
“Dentro de todo se puede mejorar de vez en cuando”, estaba escrito en el paredón encima de “Que se vayan todos”.
Julieta mira cada dos por tres la frase, “bastante larga para ser grafiti”. La inquieta eso de “dentro de todo”, le da la sensación de que implicaba un consuelo tipo “algo as algo”.
Si bien las dos expresiones reflejan parcialidades, le cae mejor “de vez en cuando”. No sabe bien por qué. Piensa que con algunas expresiones pasa como con la gente. “Frente a dos muy parecidos o iguales, una siente distinto y entonces capaz que de uno te enamorás y al otro ni lo registrás”.
Quizás -agregó en su diario-, una prueba de que se puede mejorar sea que ya casi no se ve la frase “Que se vayan todos”.

Futuro
“Mañana será otro día”, dijo ella y se sentó junto al armario.
-¿Pero qué querés decir?
-Yo qué sé, ya sabés, por ahí las cosas no salen.
-¿Y últimamente decís muy seguido “mañana será otro día”?
-Yo qué sé.
-¿Te puedo hacer una pregunta?
-Ya pudiste.
-¿Me parece o estás medio pesimista?
-No, pesimista sería casi mejor, dependería de mí misma cambiar. Lo que estoy es medio resignada porque sé que no puedo cambiar la situación que me tiene así.
-Seguís pensando en él.
-...
-El ya te dijo sus planes.
-...
-Buenas tardes, señores.
-Buenas tardes, profesora.
-¿Estudiaste?
-Mañana será otro día.

4/12/08

Gustavo se le anima a la felicidad

Gustavo se le anima a la felicidad

-Ojalá pudiera decir que sé cómo vivir o, para decirlo con otras palabras, cómo ser feliz -dijo Gustavo hace dos tardes.
Después de decirlo, escribió lo que sigue:
"En un tiempo, ni siquiera me preguntaba qué era la felicidad o si era feliz.
El tiempo pasó y mis miedos cambiaron, también mis pesadillas; no más caídas sin fin sino situaciones ridículas, sanciones educativas, desempleo...
Hace unos años, solía ver partidos de fútbol y pensaba: "Estos jugadores son más viejos que yo". Ahora incluso soy mayor que varios técnicos.
Quizás esto ejemplifique cómo no cumplimos algunos de nuestros sueños. Acaso esto sea útil para ver que la felicidad es difícil de alcanzar si depende de lograr los sueños de infancia o adolescencia, cuando conceptos tales como status, contexto y control social parecen no existir.
Hace unos años, cuando llenaba formularios, veía dos categorías: masculino / femenino. El año pasado tuve que llenar una y leí: masculino / femenino / otra.
"Todo cambia", como canta Mercedes Sosa. My papá la escuchaba en discos de vinilo. Mi hermano mayor la disfrutaba en casetes. Tuve la chance de escuchar sus cds pero no la tomé. Recién en 2006 empecé a prestarle atención, a través de los dvds.
"Todo cambia", también mi vocabulario. Estoy seguro de que yo no solía decir o escribir el término frustración cuando era nene o adolescente. Como administrarla juega un papel clave en materia de felicidad. A propósito, en un capítulo de la serie Los Soprano (canal Warner, domingos a las 21), Tony Soprano, un capo mafia, adinerado y poderoso, confiesa en una sesión de terapia a su analista: "Soy el dueño del mundo y me siento un perdedor". Tan poderoso y tan infeliz. Sufre. Y cómo.
Un tipo a quien mucha gente quiere asesinar no tiene miedo de morir sino de cambiar. Entendible. Aprendió de su familia que el delito era casi todo en la vida. Además, el miedo al cambio es uno de los miedos básicos del ser humano. Consecuentemente, enfrentarlo es difícil y de allí que hacerlo sea un mérito grande. Y como pasa cada tanto, el mérito nos trae premios. De hecho, afrontar los cambios es una buena estrategia para quedar más cerca de la felicidad, una de las palabras de significado más plural en el diccionario social".

1/12/08

¿Qué les pasa?

¿Qué les pasa?
Si querés, estimado lector, podés responder la pregunta a partir de estas situaciones:

a) Julieta sonrió y musitó algo que no viene al caso.
b) Luis no puede poner las hojas en el folio.
c) A Lucas le tiembla la mano.
d) Luciana escribe y tacha. Después tacha, rompe la hoja y sigue tachando.
e) Andrés baja la mirada y dice "Gracias".
f) Franco resopla.
g) Tadeo mira el televisor e insulta.
h) Ariana mordisquea la birome y la golpea contra la carpeta.
i) Luján firma un papel y se escucha: "Que Dios me asista".
j) Rafael se muerde los labios y se rasca la mejilla.
k) Lisandro mueve las manos y exclama: "¡Pero la puta...!"

26/11/08

Cariño fraternal

Cariño fraternal

Alumnas del Programa Educativo de Adultos Mayores de la Universidad Nacional de Río Cuarto tomaron la amistad como punto de partida. ¿El punto de llegada? Veamos

Amigos
Por Anabella

"Lo que siento por vos es fraternal", dije sin saber... Vi su desilusión. ¡Me sorprendió! Noté su sufrimiento... ¡No sabía qué hacer! El sonrió con un dejo de amargura... Me miró a los ojos y allí supe que pese a todo seguíamos siendo, como hasta ahora, hoy y siempre... sólo amigos.


Laura y Lucas
Por Elena del Carmen Rodríguez

Laura era una niña de 19 añitos. Cursaba sus estudios en San Luis. Tuvo un reencuentro después de mucho tiempo con Lucas; claro, ella ya tenía su novio y estaba muy feliz.
Cuando dialogan, Laura le comenta a Luis que estaba esperando su primer bebé. El se queda asombrado, la abraza y le dice: "Espero que seas muy feliz. Yo pensaba que algún día me podrías dar el ok, veo que perdí tiempo en ilusionarme contigo".
"Mira", le dice Laura, "mi cariño fue y será fraternal contigo, perdoname pero te deseo lo mejor para tu vida".
Así se saludaron muy cordialmente y cada uno siguió su camino.


El renacer
Por Marilú Benegas

Lucas, un niño de 10 años a quien le ha empezado a palpitar su corazón, toma la mano de su amiga Laura (11 años) y se la lleva a su pecho, mientras le dice: "Tú haces que mi corazón se acelere; ¿quisieras tranquilizarlo? Sé mi novia y el cielo se verá de acuerdo a nuestro sentir -transparente-, celeste por las mañanas, y por las noches con puntitas blancas que titilan en la oscuridad, y soñaremos; sueños que se elevan al sentir el aroma de las flores, todo se presta para este poema de amor.
El renacer de nuestra fresca adolescencia".


Colegiala enamorada
Por Viviana D. F.

Habían cursado la secundaria juntos, eran íntimos de un grupo de cuatro. Siempre sobresalía la gran amistad de Laura y Lucas. Llega el momento del egreso y desearse lo mejor para los caminos que tome cada uno.
Lucas piensa que es ahora o nunca y le dice a Laura: "Siempre estuve enamorado de vos", a lo que ella contesta, muy asombrada y avergonzada: "Yo también te quiero... como un hermano".
Al verse avergonzado públicamente, él replica: "Yo también, pero podríamos ser Hermano Sol, Hermana Luna, no te gustaría?".


Visita y propuesta
Por Zully Cabrera

El chico llegó desde Mendoza al secundario nocturno, conoció a la chica y se hicieron muy amigos. Pasaron los 5 años y terminaron bien el colegio. El un día se hizo acompañar con su tía más querida a la casa de la chica; ésta no se cansa de alabar su amistad con su sobrino y le cuenta que lo quiere "como a un hermano". La tía le contesta que nunca le diga esto a su sobrino porque él venía a proponerle noviazgo.

20/11/08

Vaya cambio

Vaya cambio

"El Hombre en Busca de Sentido" es un libro de Viktor Frankl relativo a la libertad, con la vida en un campo de concentración como punto de partida.
Los párrafos que siguen son paradigmáticos en cuanto a las diferentes caras de cualquier ser humano:

"Permítaseme citar el caso del Dr. J. Es el único hombre con el que me he cruzado en mi vida al que me atrevería a calificar como un ser diabólico, mefistofélico. En aquella época se le conocía con el sobrenombre del "asesino de masas de Steinhof", el gigantesco hospital psiquiátrico de Viena. Fue el encargado de poner en práctica el programa de eutanasia iniciado por los nazis; lo desempeñó con un fanatismo tal que hizo todo lo posible para que ni un solo psicótico escapara a la cámara de gas. Cuando regresé a Viena, después de la guerra, me interesé por la suerte del Dr. J. "Los rusos lo mantenían prisionero en una de las celdas de aislamiento de Steinhof", me informaron. "Pero al día siguiente la puerta de su celda apareció abierta y nunca se volvió a saber nada de él". Las circunstancias parecían indicar que, como a muchos otros, sus camaradas le habrían ayudado a escapar y estaría camino de América del Sur.
Años después visitó mi consulta un antiguo diplomático austríaco, prisionero tras el telón de acero durante muchos años, primero en Siberia y después en la famosa prisión de Lubianka de Moscú. Mientras cumplimentaba su examen neurológico, me preguntó, de pronto, si conocía al Dr. J. Tras mi respuesta afirmativa, continuó: "Yo coincidí con él en Lubianka. Murió allí de cáncer de próstata, a los cuarenta años. Pero antes de morir fue el mejor compañero, casi ejemplar. Consolaba a todo el mundo. Mantenía un comportamiento impecable. Era el mejor amigo que encontré en mis largos años de cautiverio".
Esta es la historia del Dr. J., el "asesino de masas de Steinhof". ¡Cómo predecir el comportamiento de un hombre! Somos capaces de adivinar los movimientos de una máquina, o de un autómata; más aún, incluso se puede intentar predecir los mecanismos o los "dinamismos" de la psique humana. Pero el hombre es algo más que psique".

Tras la lectura de este material, Martín Abrile, Monserrat Ficco y Belén Busso, estudiantes secundarios del colegio San Ignacio, escribieron esto:

A veces no entendemos cómo la gente puede actuar de varias maneras, casi de forma inhumana. Sin embargo, cada persona tiene una vida, un contexto, una historia.
Se hace difícil imaginar hasta qué punto las vidas de otra gente difieren de la nuestra, y esa es la razón por la que no podemos explicar su propósito para actuar de modos crueles. Quizás porque no saben algo más, a lo mejor porque no tienen opción, tal vez porque están lejos de imaginar el sufrimiento que sus propios actos pueden causar, o acaso porque tanta libertad es algo muy difícil de manejar. Lo seguro es que la gente cambia, como también sus maneras de pensar o sentir. Una vida entera puede ser suficiente para que alguien se dé cuenta de la atrocidad de sus acciones y ahí es donde los arrepentimientos aparecen. En ese punto en el cual nada podría oscurecerse más es donde el hombre desea arreglar lo que ha roto, y donde empieza a verse el cambio. Sólo quiere reparar con buenas acciones todo el daño que ha hecho. Quizás no sea suficiente, pero es un comienzo.

12/11/08

Misterio

Misterio
Por Elena Moscone, alumna del Programa Educativo de Adultos Mayores

Volver la mirada hacia lo simple buscando la verdad.
Ese misterio que es la vida: búsqueda constante.
Eterna y frenética introspección.
Algo especial, complicado, no convencional.
¿Tanto tiempo tardaría en darme cuenta?
Hasta que descubrí lo mejor: la belleza de las pequeñas cosas, el fluir de lo cotidiano, la grandeza de la amistad, la contemplación de la naturaleza...
Allí desentrañé el misterio.

Y sobre la base de un dicho mexicano, Adónde vas que valgas más, esto fue lo que escribió Elena

La madre incentivaba a su hijo para que progresara, estudiando cada vez más.
Obtendría una beca para un doctorado en el exterior.
El padre escuchaba con recelo, no soportaba la idea de separarse de su hijo ya que siempre le decía ¿Adónde vas que valgas más?
En la disyuntiva el hijo reflexionaba: ¿Qué mensaje debo tomar para construir mi futuro? ¿Acaso hay dos discursos, dos caminos, dos vidas?

Previsibilidad

Previsibilidad

La heladera hace ruido. No suena como tal.
El alma feliz tiene previsibles consecuencias sobre la asignación del sentido.
Pasan cumbia villera en la radio. Y suena horrible.
El alma feliz tiene previsibles consecuencias sobre la asignación del sentido.


Gracias, Ligia

Ligia Piro canta y la belleza pasa a ser sustantivo concreto.
Los que creen en la influencia familiar le agradecen a sus padres músicos, Osvaldo Piro y Susana Rinaldi.
Los que creen en el talento y el esfuerzo le agradecen a Ligia Piro.
Su deliciosa voz nos arrima a la gratitud.
Su deliciosa voz nos hace mejores.


¿Solamente ellos?

Una vez, Beavis y Butthead (protagonistas animados de una serie de MTV) dijeron: “Lo bueno de saber a qué hora empieza un programa es que te ponés frente al televisor dos horas antes”.
Luce absurda la expresión de estos tipejos cuyas actividades principales eran ver televisión y comer nachos.
Luce consonante con el modo general de ser de estos chicos que dividían a la gente y a casi todo en dos categorías: “cool” y “not cool”.
¿No hacemos cada tanto algo parecido? ¿No caemos más de una vez en una espera pasiva?


Es así

Te quiero mucho. Y sí, qué querés.
¡¿Por qué?! Ni siquiera es una canción en especial: en ese caso sería más fácil; son varias las que me hacen verte más allá de la distancia y los sentidos.
Te deseo lo mejor, te aseguro que es así.Encima el cretino canta como los dioses “I think it’s gonna be a long, long time”. ¡No vale!

6/11/08

tareas en el aula

De Soraya a Julieta
“De repente hay en mi vida...”
El ejercicio consistía en completar la frase,
a solicitud de un alumno que pedía
vincular el conocimiento a canciones
del gusto de los chicos.
Julieta miró a la profesora. La siguió mirando.
Después escribió:

“Lo que hay en mi vida es, bueno, si no estuviera haciendo un práctico escolar diría que lo que hay es un quilombo de padre y señor nuestro. Pero también es cierto que es de esas situaciones que a una a las 3 la perturban, a las 3 y 5 la entusiasman y así en oscilaciones que no hay montaña rusa que valga. ‘Quisiera que esto no me pasara’ escribí el otro día en el celular, aunque me parece que lo que no quiero no es lo que me pasa sino el peso de la decisión que implica.
No sé, pero a veces siento que pido cosas pero me da miedo extender la mano una vez que el destino o sus representantes me las ofrecen”.


Práctico de Metodología
“Arriesguen”, dijo la profesora a sus calculadores alumnos frente a una pregunta difícil.
“Arriesguen”, les pidió, para que fueran ellos y no eco.
“Arriesguen”, les sugirió, sin explicitar que hay ejercicios que cabalmente representan la vida.
Séptimo arte colombiano
“María llena eres de gracia” es una película sobre narcotráfico. Antes de decir “maldición, más de lo mismo”, por favor lean estos comentarios de estudiantes de Periodismo de Fundación Cervantes. El tema puede ser el de siempre, pero de ninguna manera el enfoque de esta obra de arte.

Las mulas
Por Mauricio Vecchi

El film “María llena eres de gracia” narra la historia de María Alvares (Catalina Sandino Moreno), que tras renunciar a su trabajo (plantación de flores) conoce a una persona que le ofrece convertirse en “mula”, lo cual implica transportar drogas en su estómago desde Colombia hasta Estados Unidos. La joven de 17 años, sin alternativas y por ser el sostén económico de su familia, accede a esta cruenta tarea, lo que le generaría una ganancia elevada, más allá de los riesgos que pueda ocasionarle.
El transcurso de la película muestra la realidad que azota al país cafetero, en el cual gran parte de la población está inmersa en la pobreza y donde las grandes posibilidades de sobrevivir se presentan inmiscuyéndose en el narcotráfico, una de las principales fuentes de ingresos económicos de la nación. En determinados momentos, el relato se torna lento, sin embargo se destaca por el realismo que describe.


Llena de tensión
Por Juan Ignacio Felippa

María es una joven de una villa colombiana que busca subsistir extrayendo espinas de rosales. Allí, su jefe es autoritario, apático e insensible.
Hasta que un buen día se le presenta una posibilidad para escapar de su maldita rutina: transportar drogas en su estómago desde Colombia hasta Estados Unidos a cambio de fortunas.
De ese modo comienza el brillante dramatismo. María y su amiga buscan escapar de lo ineludible.
Al fin comprenden que el ingreso a esta nueva vida fue sencillo y promisorio, pero la puerta de salida es casi inalcanzable y las consecuencias irreversibles.
El público sentirá agobio, angustia y nervios a causa de la tensión que generan la historia y sus situaciones extremas. Una película que demuestra innovación en cuanto a la óptica original que se le da al mundo del narcotráfico.
La trama se introduce en la piel de las mayores víctimas de este ambiente oscuro gracias al excelente trabajo de Joshua Marston en la dirección y a la excepcional actuación de Catalina Sandino Moreno.


María
Por Rodrigo Oviedo

Con un paralelismo tan visible como irónico, el director Joshua Marston se apresta a contar una historia de drogas en clave bíblica. Trata de María, una joven colombiana embarazada que encuentra en el narcotráfico una salida a la miseria que la oprime. Destaca la actriz Catalina Sandino Moreno en el rol principal. El guión de Marston equilibra con inteligencia el continuo ir y venir del horror y la bendición.


Sueño eterno
Por Bruno Natali

El director Joshua Marston muestra en la película “María, llena eres de gracia” la dura realidad vivida por distintas jóvenes de Colombia. Sin trabajo y provenientes de familias con muy pocos recursos, se ven tentadas por la promesa de recibir unos dólares por llevar una gran cantidad de cápsulas de cocaína en el estómago. Esta es una actividad, además de ilegal, sumamente peligrosa para la vida humana.
Para una persona con un trabajo digno, el sueño de recibir 5 mil dólares a cambio de poner en serios riesgos su vida es una idea que muy pocos considerarían, pero para estas jóvenes, en situaciones extremas, es la única salida que encuentran.
Esta problemática ya se ha extendido a la gran mayoría de los países de Latinoamérica, incluso en la Argentina, y usted se preguntará qué hacen los gobiernos para combatirla. Bien, gracias.


Madre María
Por Pablo Amiot

El largometraje “María llena eres de gracia” deja al descubierto la creciente crisis económica en Latinoamérica y, paralelamente, el aumento del mercado narcotraficante. María es una joven de 17 años, oriunda de una pequeña población colombiana, que está embarazada, aunque en crisis con su pareja. La muchacha accede a trabajar como mula ya que necesita la supuesta numerosa suma de dinero para la crianza de su futuro hijo.

memorable hombre bueno

Dedicado a una persona especial
Morir es inevitable, pero el dolor se puede mitigar desde un merecido buen recuerdo

Por Carmen Rodríguez, alumna del Programa Educativo de Adultos Mayores

Estos sentimientos son dedicados a una personita muy especial para mí, es mi tío Panchito, a quien perdí. Tengo los mejores recuerdos de él, como tío, como esposo y como padre de familia. Fue honesto, comprensivo, auténtico y con unos valores increíbles.
Por ser una de sus sobrinas me alegro de haber expresado todo lo que me dejó y de tomar todos los mejores conceptos de la vida. Son muy pocas las personas que dejan valores intachables, Aquí, los mejores de mis recuerdos para él. Esto y mucho más se merece ya que fue auténtico y muy perseverante en la vida.
Gracias, Panchito, por darnos a cada integrante de tu familia tu Amor incondicional. Gracias una vez más.


El agua de la tristeza
Todavía me acuerdo. Tal vez me equivoque. Camisa azul con pintitas blancas. No recuerdo haberle prestado el abrigo en la fría madrugada.
Todavía me acuerdo. Lloré. Ya lo creo. Hay victorias que no tapan malas nuevas.
Todavía me acuerdo. Me quedé al costado.
Todavía me acuerdo. El promotor me avisó de la muerte de mi amigo justo el día de mi egreso, días después del cual me fui de vacaciones y vi su imagen en el agua del río que se me iba una y otra vez.
(Basado en lo que sufrió Víctor Galíndez en su noche más grande como boxeador, cuando tras su épica victoria sobre Richie Kates se enteró de la muerte de su amigo Oscar “Ringo” Bonavena)

31/10/08

Profe, cambie el práctico

La debe haber insultado mentalmente cerca de 5 minutos. Escribir 15 renglones sobre el amor no le parecía una buena idea -ninguna lo era un viernes en la última hora.
A 17 minutos del timbre tuvo que empezar. Lo que sigue es lo que, en seis minutos, pasó en limpio después de varias tachaduras.
"Mire, profesora, cada día entiendo menos. Hay gente que mata según ellos por amor a un dios. Supongo que será el dios del odio.
Hay gente que verduguea a sus empleados en nombre del amor a la tarea. Supongo que será la tarea de la insensibilidad.
Honestamente, no amo ni mucho menos a esta gente.
Amo algunas canciones de Soraya aunque mi hermano diga que son payasadas.
Amo, o creo que amo, a alguna gente importante en mi vida, pero si no le parece mal prefiero no nombrarlos. Siento que los amo, pero me da cosa escribirlo acá.
Qué cosa, ¿no? Es como si resultara más fácil hablar del odio que del amor".


Y en este rincón: el miedo
El fútbol es un espacio bravo para las decisiones

Un día se planteó el juego de las denominaciones. En el aula alguien decidió llamar significante a lo que se decía y significado a la lectura respectiva.
Entonces, el significante “es un buen tipo” se llena de signficados divergentes si las situaciones lo son. Ejemplo:
a) Un empleado detesta a su jefe, pero siente que de sus palabras depende el mantenimiento de su fuente laboral. Le preguntan qué tal es su jefe y responde: “Es un buen tipo”. Lectura respectiva: “Es una alimaña, pero si lo digo pierdo el puesto”.
b) Una persona algo destemplada en lo estilístico habla de Juan Pablo II: “Es un buen tipo”. Lectura respectiva: “Ese hombre habla del bien y hace el bien”.

Canal expresivo
A más de un estudiante se le hace un lío cuando, en las primeras clases de Ciencias de la Comunicación, tiene que aprender lo que es canal.
Canal es la vía a través de la cual se emite un mensaje. Y parece que influye sobre las perspectivas.
Cuando se habla mediante encuestas por Internet, la mayoría de los hinchas no quiere verlo a Diego Maradona como técnico. Cuando hay que poner la cara para decirlo, aparecen palabras tales como “¡Aguante, Diego!”, “Sos lo más grande”, ¡“Borombombón, borombombón, a Maradona, la selección!”. Lindo ejemplo de lo que implica el concepto de control social informal, o mecanismo no legislado para encarrilar disidentes y mantener adhesiones.

Grata palabra
Tiempo atrás, el periodista Orlando Barone habló en su carta abierta del programa “La Mañana con Víctor Hugo” (Radio Continental, lunes a viernes de 9 a 13) de lo que implica democracia: un vicepresidente puede votar en contra del presidente en un asunto capital como las retenciones agropecuarias y no por ello lo accidentarán en la ruta ni aparecerá baleada su casa.
Ojalá algún día la democracia se vea así de bien en el fútbol argentino. Entonces, elegir el técnico de la selección significará haber optado por el mejor y no por el que más presión hizo para ser designado. Lo hecho por el presidente de la Asociación del Fútbol Argentino con Diego Maradona avala el poder del miedo sobre los que detentan poder y no quieren perderlo.
Julio Grondona acaso sepa lo que significa su decisión: no eligió al mejor, pero sabe que dejarlo al margen a Maradona es hacerse de un enemigo tenaz.
Ojalá todo termine bien aunque haya empezado mal.

29/10/08

Prohibido gambetear
La pena de muerte fue el punto de partida de una clase en la carrera de Periodismo en la Fundación Cervantes.

Hombres decentes de buenas costumbres
Por Rodrigo Oviedo

La pena de muerte es uno de esos temas de los que resulta complicado emitir un juicio tajante. Es como el aborto. A veces es preferible eludirlos que entrar en una dura polémica con los otros y con uno mismo.
Decidido por la polémica, la postura de matar a un ser humano, aun sea éste culpable de la mayor aberración, me produce un escalofrío. Cuando se afirma “pena de muerte” con tanta soltura pienso si el que pronuncia, generalmente son los hombres decentes de buenas costumbres, sería capaz de disparar o introducir una aguja en una vena para llevarse toda su vida. Pero por supuesto, estos hombres decentes de buenas costumbres se han pasado la vida delegando los asuntos no gratos al impersonal. Quizás eso les ha posibilitado ser hombres decentes de buenas costumbres.
Bendito sector de la población que quiere el bienestar de la humanidad, pero que retuerce el semblante con la sola idea de que la revolución pueda rayarle la pintura del auto.
Estados Unidos ha comprobado que la pena de muerte no reduce la criminalidad. Los hombres decentes de buenas costumbres conocen este dato. Entonces me pregunto, ¿serán estos hombres, hombres decentes de buenas costumbres?

Ruleta rusa
Por Pablo Amiot Gaspio

La pena de muerte, también llamada pena capital, radica en la ejecución de un ser humano que ha sido condenado por parte del Estado, a modo de castigo, tras haber cometido algún delito explícitamente establecido como tal en la legislación.
El tema en cuestión es quizás uno de los más controvertidos a la hora del análisis. Por un lado, están los que observan la pena de muerte con una mirada coherente si se toman en cuenta episodios puntuales tales como violaciones de derechos humanos, abusos sexuales, crímenes y otras transgresiones de carácter atroz.
Otros señalan que quien será víctima de un final anunciado puede cometer agravios a partir de impulsos que nada tienen que ver con una acción de tipo consciente, sino que las mismas se efectúan a partir de patologías que se instauran en el hombre desde temprana edad a raíz de múltiples factores que tienen que ver con lo social, lo económico y la concepción de aprendizaje, con todo lo que esto último significa.
La pena de muerte es un arma de doble filo. No sólo porque a quien se le aplica puede carecer de raciocinio, sino también porque la justicia -más aún en Argentina- no responde de manera coherente a la hora de resolver premios y castigos.

Pena capital: ¿la solución?
Por Bruno Natali

La pena de muerte en nuestro país en estos tiempos es una medida no viable. En una nación donde la injusticia, la corrupción, el facilismo, la falta de educación y las cosas mal hechas son moneda corriente no se puede adoptar la pena de muerte. Imagínese usted que por esas casualidades hay un asesinato en un lugar x, donde hay alguien que dice haber visto algo, le describe a la policía el autor del hecho y por esas casualidades y características similares propias de nuestra raza coincide con usted. Posterior a este hecho lo detienen y usted no tiene cómo comprobar que no estaba allí y lo sentencian a pena de muerte. Es complicado, ¿no?
La pena capital consiste en la ejecución de un condenado por parte del Estado, como castigo por un delito establecido en la legislación; los delitos a los cuales se aplica esta sanción penal suelen denominarse crímenes o delitos capitales. Actualmente esta medida existe en muy pocos países del mundo.
Es poco admisible que hoy se le pueda cruzar, la pena de muerte, por la cabeza a algún funcionario para solucionar los problemas de violencia que existen en nuestra sociedad. Tampoco es una solución al sistema carcelario colapsado que se tiene en Argentina. Este problema de violencia es un problema mucho más profundo que pasa por las condiciones de vida de muchos de los ciudadanos y por sobre todas las cosas el poco respeto hacia los demás y la falta de educación que existe en estos días.


El origen de la vida
Desde cinco palabras y tres apellidos había que escribir un cuento fantástico. Esto hicieron en 20 minutos de clase Valeria Caballero y Rodrigo Oviedo, de tercer año de Periodismo de Fundación Cervantes.

Adiós, nada
Por Valeria Caballero

En un oscuro planeta cercano al sistema solar circundado por la nada, gravitaban de modo estrepitoso un sinnúmero de células.
Algunas circunstancias habían provocado que este lúgubre planeta estuviera deshabitado. Sólo la infelicidad de la nada se hacía eco en el lugar.
El universo guarda siempre algún misterio pero en este particular espacio, el suspenso parecía ser de una gran dimensión.
Pasó el tiempo, las células seguían flotando en el aire pero no lograban conectarse entre sí para que la vida comenzara a expresarse.
Un día, tres células llegaron a un espacio de encuentro y dieron a luz a tres seres.
El paso de los años dio sus frutos y estos extraños habitantes crecieron, se amaron y también se odiaron frente a ciertos contratiempos.
Uno a otro se fueron poniendo nombres. Se llamaron entre ellos Alejandro Dolina, Carlos Menem y Charly García.
Eran tan diferentes uno de otro que no lograban ponerse de acuerdo en nada. Carlos quería construir una ciudad para que el planeta fuera habitado. Deseaba una unión política de los tres habitantes para multiplicar las células y de ese modo incrementar el número de seres vivos. Su plan era que la ciudad creciera para luego reinar y disponer de todo el poder.
Alejandro quería contar historias. El estaba seguro de que contando historias y escribiendo, la vida seguiría su curso y la energía universal se expandiría para multiplicar los seres.
Charly, en cambio, quería expresarse desde la música y el desenfreno. El creía que si cantaba, las células lograrían vibrar hasta estallar... y así se expandirían muchos embriones...
Cada uno hizo un aporte y de esa energía vital, diversa y plural pudo emerger la existencia de millones de embriones. Todos ellos portaban personalidades, gustos y reacciones diferentes, todos ellos construían un espacio común para convivir y crear un pequeño mundo...


Los tres cielos
Por Rodrigo Oviedo

Pocas cosas hay más lamentables que alguien a quien los años le han pasado por encima pero continúa aferrado al elixir del pasado.
Allí se encontraba aquel duende viejo y patilludo, al margen de un río. Jugaba a tomar la arena con una mano y ver cómo aquella se le escabullía por los dedos. El duende se hacía llamar Menem.
Pero pronto la infelicidad de las circunstancias pasó a segundo plano para el duende (que también era orejudo) al irrumpir en escena un estrepitoso personaje que en otro mundo supo ser un exitoso músico que saboreaba contratiempos.
Sin inmutarse por el duende a la orilla del río, se arrojó desesperado a la arena que, por la intensidad de la luz del sol, lucía fatalmente blanca. A pesar de la debilidad que su cuerpo escuálido proyectaba, se entretuvo un buen rato aspirando arena.
En ese preciso momento, a puro crol, y sin pretender generar suspenso alguno, pasó a nado por tan precioso río el poeta de barrio Alejandro Dolina.
El duende y el músico lo vieron llegar. Dolina advirtió que se derramaba la pena en aquellos dos pares de ojos que lo observaban.
El iluminado Alejandro hizo pie a pocos metros, caminó hasta la orilla mientras que un movimiento mágico de sus manos hacía aparecer de la nada un pequeño anotador con su correspondiente lápiz.
Semejante historia merecía ser contada.

15/10/08

Reales borgeanos

A partir del cuento "Los dos reyes y los dos laberintos" (Jorge Luis Borges, en El Aleph), Valeria Caballero, Rodrigo Oviedo, Pablo Amiot Gaspio escribieron críticas que viajan por bellas estaciones de la reflexión.

Ojo por ojo
Por Valeria Caballero

Hay maneras implacables, simples y directas para vengarse de aquellos rebuscados y complejos discursos sociales que confunden al común de la gente y se jactan de ser intelectuales.
Esta es, en esencia, la enseñanza que Jorge Luis Borges plasma en el cuento "Los dos reyes y los dos laberintos" perteneciente a su clásica obra "El Aleph".
Mediante una parábola que narra la historia de dos reyes de la antigüedad, Borges expresa, con agudeza y perspicacia, la inexorable naturaleza que habita en el arte de la venganza.
Un cuento breve para aquellos amantes de la prosa inteligente, que gustan de los textos carentes de idiotez.

Exquisita puñalada
Por Rodrigo Oviedo

Se dice que una novela es como una muerte lenta y que un cuento semeja a una certera puñalada. En este brevísimo cuento, se llama la atención sobre la imprevisibilidad del hombre, en apariencia, pequeño; el odio y la desproporción de su correspondencia; y, por supuesto, el ineludible tema de la venganza, todo esto en una exquisita y amarga puñalada, gentileza del maestro Jorge Luis Borges.

El que ríe último...
Por Pablo Amiot Gaspio

El cuento "Los dos reyes y los dos laberintos" de Jorge Luis Borges describe una historia que se suscribe al poder que ostentan dos personas en Medio Oriente.
La visita de uno de los reyes a Babilonia motiva que el restante lo obligue a pasar por un laberinto. El personaje sortea el escollo después de sufrirlo, vuelve a sus pagos y toma venganza utilizando un criterio similar: captura al rey, destroza su pueblo y lo entrega a "su laberinto", que no es otra cosa que el desierto o, si usted lo prefiere, la muerte en persona.

silencios que duelen

¿Cómo te lo digo?

“Hola, Agustín,
La verdad que”
era lo único que no había cambiado Julieta en los cuatro borradores al cabo de una hora y veinte.
Se mordisqueó la uña del pulgar izquierdo y se levantó de la silla del cíber en el que había varios guardapolvos blancos a las 3 y cuarto de la tarde.
En su casa, no se sentó sino hasta que pasó media hora. Hizo café, lavó dos tazas, un plato, una fuente de ensalada, un tenedor y dos cucharitas. Sacó la mermelada de la mesa, guardó un pulóver, abrió la alacena, la cerró sin saber para qué la había abierto, volvió a la silla, giró el block de hojas y empezó su quinto “Hola, Agustín,
La verdad que”.

“¿Por qué costará tanto escribir cosas lindas?”, escribió en su diario al día siguiente, cuando hasta el encabezamiento le parecía inadecuado.


Sustantivo ojalá común

Las mil razones vuelven a darme una razón.
La lejana tierra se acerca (ya habrá tiempo para el cansancio).
Las dudas aparecen y reaparecen.
La mirada se pierde en repetida plácida situación.
Alguien quiere ponerle nombre propio a la felicidad.


Envidiable círculo cursi

Si cierro los ojos te sueño.
Si te sueño te veo.
Si te veo no necesito luz.
Si no necesito luz cierro los ojos...
(a partir del modo narrativo de "Los seis que se siguen", en Crónicas del Angel Gris, de Alejandro Dolina)

8/10/08

Familia y escuela

Los adolescentes son...
Los puntos suspensivos reemplazan a lo que a menudo decimos desde los prejuicios negativos o desde la generalización.

Los textos que siguen, de alumnas del colegio San Ignacio, nos invitan a pensar que un estudiante no es apenas alguien que ocupa un banco sino una persona de la cual aprender.
El primero resulta de un ejercicio que pedía vincular el concepto de familia a: globalización, tecnología y cultura.
El segundo partía de la idea de alienación y terminaba en cómo se sienten los alumnos más de una vez en las aulas.


Familia: lo de siempre que a menudo cambia
Por Sofía Mola, cuarto año

La familia es un grupo de personas que comparte la misma identidad; está principalmente compuesta por los padres e hijos. Sin embargo, a medida que el tiempo pasa, estas características varían.
En cuanto a la globalización, las familias gradualmente se van pareciendo, en tanto una consecuencia de este proceso es hacer sociedades homogéneas. Como la mayoría de los valores son compartidos, la gente parece actuar de la misma manera y no sigue su "colección familiar de reglas".
La innovación tecnológica torna más distante la relación entre parientes dado que las personas se contactan con quien quieran por vía electrónica. De este modo, el diálogo cara a cara se está perdiendo gradualmente, como también la influencia familiar sobre los niños.
La cultura tiene una relación cercana con la tecnología y la globalización, por cuanto los valores y las creencias son compartidos y conocidos por todos. En consecuencia, cada vez es más difícil diferenciar cada cultura. Por supuesto, las familias también sufren estos cambios, lo que equivale a decir que no vivirán de la forma en que lo hizo la generación anterior.
En otras palabras, con el paso del tiempo la identidad de cada familia es modificada por factores externos. Sin embargo, la identidad nunca se perderá.

Cara y ceca escolar
Por Guadalupe de la Mota Boehler y Candelaria Saettone, tercer año

A veces la escuela es muy aburrida. Podemos trazar dos situaciones distintas. La primera, la linda: vamos a chusmear, a hablar con amigos de temas que no son importantes pero son entretenidos.
Pero después encontramos la otra parte, la más aburrida: por ejemplo, rendir pruebas, ¡qué fastidio! Y tener deberes, peor... Cuando nos levantamos temprano, obviamente maldecimos la escuela. Por lo tanto, es lógico que en ese sentido podríamos odiarla.
Pero eso no es todo. En ocasiones, en muchas materias no encontramos realmente interesante el contenido, sentimos algo de alienación. También podemos sentirnos así cuando, desafortunadamente, no nos llevamos bien con algún profesor, algo que es frecuente en algunas personas.

1/10/08

Hoy doble función: televisión y cine
Por Rodrigo Oviedo (Fundación Cervantes)

El mejor Tinelli
Bailando por un sueño es uno de esos programas que se esperan con ansiedad pero que al poco tiempo se tornan repetitivos y la monotonía termina por aburrir. Curiosamente el eje del show no se apoya en lo logrado de las performances, sino en todo lo que pueda aportar al escándalo, la lástima y el ridículo. Y entre ese circo romano se destaca la conducción de Marcelo Tinelli y su sentido del humor bien de barrio.
El jurado de Bailando… no se queda atrás. Con un discurso que pareciera ensayado en los fines de semana se apresta a “evaluar” a los participantes, aún cuando el criterio no siempre es claro.
El sexo es la apuesta fuerte y no se pierde oportunidad para el desfile de cuerpos que tiene al baile como excusa asegurada. Cae en la redundancia y lo peor es que pareciera ser conciente de eso y termina por cansar.
Sin embargo, el programa se sostiene por su excelente puesta en escena y el colorido de las imágenes de un canal como el 13. Quizás al ver Bailando… se extrañe al Marcelo Tinelli y su troupe de humoristas de antaño. Aún sus detractores pueden sentir que lo mejor de Tinelli se perdió y que, en definitiva, siempre se puede caer un poco más bajo.

Derecho de Familia
El director Daniel Burman acerca a los espectadores una de esas películas que en la superficie tiene tan poco pero que, por debajo, tiene lo suficiente para movilizarnos. La historia es de un joven abogado de nombre Perelman que vive más la vida de su padre, también abogado, que la suya. La transición de Perelman hijo va desempolvando las diferencias con el padre al que quiere y admira con un respeto académico y sitúa a los personajes en un terreno desconocido para ambos. Es allí que el joven abogado Perelman se siente confuso y no sabe interpretar al hombre del cual vivió bajó su sombra durante toda su vida. Pero no hay rencores. No hay odio. Padre e hijo se dicen sus cosas en silencio y la necesidad del abrazo se ve en los ojos de los Perelman. Pero ese abrazo nunca llega. El ejercicio de la paternidad aleja al hijo cada vez más de ese fantasma amigable al que no dejará de extrañar por lo que pudo ser y no fue.
Mención especial es la actuación de Daniel Hendler que compone un personaje que va de la personalidad diluida a la purificación de espíritu, a un acercarse a la belleza de la niñez compartida entre padre e hijo. Y para Daniel Burman, por regalar esta sutileza al cine nacional, una de esas joyas que se ve más con el corazón que con la cabeza.
Trabajo: un singular bien plural
Por Lucía Compagnucci, Colegio San Ignacio

La consigna fue escribir sobre el trabajo. En 20 minutos salió un texto sensibilizador

El trabajo es muy importante desde los términos individual y social. Desde el punto de vista individual, ayuda a tener un mejor modo de vida, genera ingresos, lo cual si uno tiene familia es una forma de sostenerla. Si uno tiene problemas, trabajar es una manera de desconectarse y de concentrarse en otras cosas. Es una vía por la cual uno hace algo; uno es alguien, no sólo alguien para sí mismo sino para la sociedad también. Y al trabajar uno ayuda a otra gente. No sólo trabajadores con prestigio en la sociedad como un abogado, gente que hace pequeñas cosas y cuyos ingresos no son tan grandes como un albañil también ayudan un montón a la sociedad. Sin ellos, por ejemplo, no habría edificios. Y trabajando, mucha gente protege a la sociedad; por ejemplo los policías, de los ladrones o los bomberos, del fuego.

Aunque está la otra parte del lindo concepto del trabajo. Hay una enorme tasa de niños que trabajan. Adultos de escasos recursos mandan a chicos a hacer la tarea que ellos no quieren hacer. Pienso que esto es horrible. De este modo, los niños no pueden aprovechar su niñez y a los adultos pareciera no importarles.

29/9/08

La consigna fue trabajar con animales, en sentido literal o figurado,
según se prefiera interpretar. Esto fue lo que presentaron Anabella y Viviana D. F.

¡Cuidado! Bebé suelto
Por Anabella

Había una vez en una calle de Nueva York el majestuoso portón del zoológico y un niño de corta edad, quien “gatunamente” gato se metió en el inmenso parque. Sin ningún temor enfiló como pato a la laguna hacia la jaula de los monos. Como una ratita sagaz y divertida se escabulló entre reja y reja hasta llegar al lado de mamá gorila quien gigante y a la vez amorosa lo tomó entre sus brazos y lo acunó hasta que ambos se quedaron dormidos.
Vigilantes perros de presa, los observaban y sin más ni más trataron de atrapar al niño para llevárselo.
Mamá gorila, elefante, poderosa y enojada los tomó por el cuello, les pegó un sacudón arrollador dejándolos inertes... avestruces escondiendo la cabeza, tan doloridos que no podían salir del gran golpe...
La gorila con un beso liberó a bebé suelto en N. York y lo invitó a seguir con sus andadas.


Día Mundial del Medio Ambiente
Por Viviana D. F.

El invitado pisaba fuerte como un elefante y ni te cuento cuando comenzaba a decir que Córdoba había matado 80% de vida entre bosque y pastizales nativos. “Barritaba” estruendosamente dirigiéndose a los ambientalistas, que a esta altura eran los patos de la boda.
El representante de Defensa Civil, apodado “pato criollo”. El ingeniero... cada palabra del biólogo lo dejaba más como avestruz que perro defendiendo un hueso. Y al momento de contar sobre el desmonte de nuestras sierras aparecieron los grandes gatos aulladores; pero en celos por la forma en que lo miraban, queriendo comérselo de un zarpazo.
En fin, el Dr. Biólogo Raúl Montenegro, premio Nobel en Ambiente (Estocolmo, Suecia) nos dejó ver que somos un gran zoológico destruyendo nuestro ecosistema, matando cuencas naturales y para rematar la charla debate nos dejó ver: Y encima se están peleando por la bendita soja, eso mismo la matará en corto tiempo.


Mirá qué simple era
En su cuento “Lo que se dice un ídolo” [1], Roberto Fontanarrosa habla de Pedrito, futbolista que no llega a la estatura de ídolo hasta que baja de su condición inmaculada. El final es un lujo, no sólo por cómo está escrito, sino por la maestría con que el polifacético rosarino entiende la singular sociología futbolera de nuestras tierras:

“Pero no podés ser ídolo si sos demasiado perfecto, viejo. Si no tenés ninguna fulería, si no te han cazado en ningún renuncio... ¿Cómo mierda la gente se va a sentir identificada con vos? ¿Qué tenés en común con los monos de la tribuna? No, mi viejo. Decí que el Pedrito se apioló tarde de cómo viene la mano”.


Años sobre años
Por Agustín Balmaceda, IPEM 252

Teodoro es un hombre de cuarenta años. En su infancia tenía un arrojo impresionante y se puede decir que era bastante burdo con sus compañeros de escuela. Así se pasó la infancia sin cambiar en nada. En la adolescencia ya fue distinto porque él ya tuvo su primera novia, ahora ya era algo impávido, es que había crecido. Fueron momentos buenos de su vida porque salía con sus amigos, hacían asados y con unas cuantas copas arriba volvía a su casa muy tarde y aguantaba toda la noche sin velar. A su novia la tuvo a los diecisiete y a los veinte se peleó porque la chica se enteró de que había estado con otra. Después de haberse peleado con ella pudo conseguir un buen trabajo en una empresa, pero duró pocos años porque en una crisis la empresa comenzó a despedir empleados, entre ellos Teodoro.

Teodoro cumplió 38 años y se sentía por dentro pétreo, pero a la vez con mucha reciedumbre. Hasta que sufrió la muerte de su querido amigo Juancho; Teodoro se sintió como un bosque umbrío, se volvió un poco exacerbado, pero él se dijo a sí mismo que debía ser férreo y debía tener mucha tenacidad para seguir adelante. La vida le cambió un poco cuando la jubilación le llegó. El tenía poca mansedumbre y era poco solícito con sus cosas; era gélido con su familia ya que ellos se aprovechaban de su opulencia cuando cobraba su jubilación. El empezó a hacer hincapié en que se puede cambiar, a pesar de las cosas que traiga la vida.


Expectativa
Adrián Ramírez espera una respuesta. Algo le dice que será favorable. Sus deseos no tienen demasiado que ver con su pronóstico; en otras palabras, cree que le dirán que no.
Mira el correo electrónico como antes se fijaba en el buzón. No es la única constante ni el único cambio.
Ayer, y cuando había dejado de esperar, la carta apareció. Encima Boca le ganó esa noche a San Pablo. Pocas situaciones así de jubilosas.
Siguieron diálogos, ascensos, miedo y descenso, lamento respectivo, nuevo intento, sensación de cumbre y certeza de cuesta abajo.
Hoy fue distinto. Ya quemó las naves. Sólo espera. Solo espera.


Qué lástima, Andrés
Desde un práctico sobre vocabulario, Noelia Aguirre (IPEM 252, Río de los Sauces)
escribió este relato y el próximo

Nunca pensé verlo en el nosocomio con un tiro en el pecho. Andrés sabía que en ese tipo de cosas no se tenía que meter. Dos meses atrás, lo empecé a notar un poco distinto y por eso empecé a indagar. Un sábado lo invito a ver una película a mi casa, él me dijo que no podía, que tenía que trabajar, entonces lo dejé.
Preocupada por mi amigo, no me podía quedar con los brazos cruzados y decidí seguirlo. Agarré las llaves y me fui en el auto color ocre que saqué con un crédito. Lo seguí y lo vi entrar a un garito. Como no lo podía creer, decidí volver a mi casa.
A la semana, me llama con voz de preocupado, pero bien disimulado y me pide mi casa para tener una cena con una muchacha muy apuesta. Le pregunté: “¿Y tu casa?”. El me respondió: “La están remodelando”. Entonces decidí prestársela. Era viernes y tenía que pagar la cuota del crédito del auto, cuando voy a buscar la plata en el lugar que siempre la dejaba, no estaba más. Empecé a tamizar todas las situaciones: garito, Andrés disímil poniendo de excusa a una muchacha y el latrocinio. Entré en coherencia y deduje que a mi amigo le gustaban las apuestas. Sentí empatía por él y por la situación en la que estaba. Quise hablar con él. Lo busqué por todos lados menos en un lugar, ese local tan festivo difícil de olvidar.
Entré, lo vi ingiriendo un barbitúrico muy fuerte, sin pudor, en estado de júbilo. Me dio un gran hastío. Me acerco un poco más y lo veo jugar al póker con un hombre muy adinerado. Tenía una cinta roja en su muñeca como superstición. Me pongo a su lado y le susurro cerca del oído: “Te haría falta ubicuidad, ¿no? No sabía que ahora te dedicás a hacer negocios veladamente”. Andrés dijo: “¡No me molestes!”. Siguió jugando y le ganó mil pesos a su contrincante. Enojada, me voy de ese lugar. Llegué a mi departamento sorprendida por la raigambre de mi compinche. Para tranquilizarme, me acuesto a dormir. A las 6.25 llama la mamá de Andrés comentándome lo que pasó. Y bueno, acá estoy. A la hora nos informan que mi amigo fallece.


Luis espera novedades
Era un tipo muy trabajador. En el amor era muy solícito y tenía el arrojo de decirle a todo el mundo que la amaba. Así fue Luis por muchos años.
Un día fue a trabajar y se encontró con su enemigo, un hombre pétreo, burdo, con mucha tenacidad, que era su supervisor. Pero Luis, un señor con muchas connivencias, no le daba mucha cabida, no se iba a rebajar como él. El día no había terminado, todo iba de mal en peor. Lucía, su novia, le comenta que conoce a un hombre increíble, que por él ya no sentía más nada y hacía hincapié en los sentimientos de ella. El hombre, con muchísima mansedumbre pero impávido por la situación, respetó su decisión.
Tras todo lo que pasaba, Luis renunció a su trabajo, a ver la cara de ese hombre gélido y férreo. Decidió emprender una nueva vida. Sin empleo, sacó reciedumbre de donde no tenía. Buscó y buscó trabajo, días velando, hasta que encontró un puesto como supervisor en una empresa metalúrgica. Recordó al hombre umbrío y despectivo que lo supervisaba a él. Se rió y aceptó. Años después se enteró de que el supervisor, su enemigo, había fallecido. Conmocionado por lo sucedido, y como muestra de su respeto hacia él, fue a su velorio. Cuando fue a saludar a la viuda, se dio cuenta de que era su novia Lucía. Sin exacerbar, le dio su sentido pésame. Volvió a su casa. Lo llaman por teléfono de su empresa y le dicen que tienen que ir a buscar la documentación para tramitar su jubilación y le aseguran que poseería una gran opulencia.


Traslado y después
Eugenia Arias también hizo el trabajo práctico

Estaba en pareja hacía cuatro años. Mi novia era díscola y le gustaba mucho la jarana, cosa que a mí no me resultaba indispensable pero a pesar de esto, de mi terquedad y ser algunas veces untuoso, yo sabía que ella me quería y lo supe realmente cuando me tuve que mudar a otra localidad a varios kilómetros. Ella se ofreció a acompañarme. Me sorprendió esa actitud de hidalguía, pero la rechacé presentándole varias argucias. Ella se mostró muy condescendiente ante mi decisión.
Después de varias horas de viaje llegué a destino, me hospedé en casa de mi tía, que era una misántropa, es por eso que me vigilaba constantemente.
Comencé a trabajar con mucho facilismo, a mí me encantaba exteriorizar todo lo que hacía, muchos comentaban que tenía un gran bovarismo, aunque yo no lo creía así.
Cierto día recibí una llamada de mi novia para avisarme que vendría a visitarme. Yo me puse muy contento y al día siguiente fui a buscarla a la terminal, tuvimos un feliz encuentro.
Una semana más tarde, sorpresivamente llegó mi suegra, ella me trataba con cierto ostracismo porque no podía creer que su hija hubiera puesto sus ojos en mí. Ella solía ser restrictiva, me refiero a que me prohibía que tocara a su hija delante de ella. Por eso decidí darle un veneno letal. Al caer muerta al suelo, llamaron a la policía, que llegó enseguida, trayendo un notario enviado por el juez. Algo con gran verosimilitud había ocurrido y fue de boca en boca con grandilocuencia.


Salir a caminar
Otro texto de Eugenia Arias

Esa mañana iba caminando por la vereda cuando pasé al frente de la casa de un amigo, golpeé y no atendió nadie, decidí entrar y ahí estaba... tirado en el suelo, inconciente. Enseguida lo llevé a un nosocomio, donde me informaron que se había tomado un barbitúrico. Traté de indagar un poco recordando...
Juan era adicto a las apuestas, la mayoría de las noches las pasaba en un garito ocre. Se presentaba siempre con gran júbilo, sin ningún tipo de pudor. A veces sufría grandes hastíos y otras cometía enormes latrocinios.
Supe por boca de terceros que solían maquinar veladamente en su contra, debido a varias disimilitudes.
Varias veces le hablé con coherencia y cierta ubicuidad, tratando de convencerlo de que se alejara de las apuestas, pues yo sentía empatía por lo que le ocurría. También sabía que trataba con gran ahínco de alejarse, pero parecía como si alguna raigambre lo uniera a ese sitio.
Esa mañana antes de ir a su casa tuve una tremenda superstición pero jamás pensé encontrar a mi amigo tendido en el piso.
Se estaba debatiendo entre la vida y la muerte, los médicos decían que le quedaban muy pocas horas de vida y así fue... murió por la desesperación de no encontrar la manera de su adicción. Nadie lloró por él, todo siguió siendo festivo como siempre. Yo fui a tamizar algunas cosas a su casa y continué mi vida normal.

[1] Fontanarrosa, Roberto. En Puro Fútbol. Ediciones de la Flor, Buenos Aires, 2000.
Especial: poemas de Claudio Rafael Masiero Sauber

El autor de estos poemas y Héctor Fourcade coordinan en Río Cuarto dos talleres de la Sociedad Argentina de Escritores (SADE), abiertos a todo público, de narrativa y poesía, los miércoles de 20 a 22.

Agua, tiempo
Saciarme de vos
que seas cuenco de una vez
y por todas, Agua.
Ser la mano o la cuerda,
el péndulo, algo que pueda cambiar
el tiempo, tiempo,
esa palabra que no entiendo,
que no me entiende,
que no puedo cambiar, Tiempo.
Agua, Tiempo.
Son líquido.


Arco iris nocturno
Duerme mi cama
en el cuarto menguante.
Si un bostezo fuera el puente
para llevarme
al más extraño arco iris,
no dudaría.
Entonces pienso en bostezo,
entonces en dormir,
en noche.
Dejo de pensar,
imagino.
¿Cómo será un arco iris
en la noche?
No existen,
solamente
porque nadie sale a ver el cielo en la noche,
luego de la batalla de las nubes.


¿Cómo dejar de ser un profesional?
Ahora que soy
un profesional de la poesía,
corro el riesgo
de hacer poemas bien escritos
que no me gusten.


Arbol gris
Era un condenado
que mis manos inocentes
tironeaban;
(la noche en los ojos de un búho
brindaba su plegaria)
la higuera no quería,
lo supe a la mañana,
dejó un arado horrible
aferrándose a la tierra.

Mis manos tironeaban.

No más
la más hermosa.
GRIS, gris.

No tengo estufa
donde honrar
los frutos y la sombra.
Apenas si dejé el tronco
y cuatro ramas,
las grandes.

No lo oigo,
sé que el patito
llora en los rincones;
ahí se volvió más verde.


Cuestión de lógica
El que no cree en Dios
no cree en el amor
el que no en el amor
tampoco en la vida,
en el dolor o la alegría.

O sea: no cree en el verbo,
en la palabra.
Qué triste y peligroso,
un hombre que no cree,
que sólo adjetiva,
sustantiva y califica.

Esto no es cuestión de fe:
es cuestión de lógica.


Consejo
¡Ve a París!
¡ Ve a crecer poeta!

Argumento:
Todos lo hicieron.
¡Crece muchacho, crece!
Aquí todo es llano, todo.
¡Vive, vive!
TODO
PARIS

Todo: el argumento.

En el aeropuerto
algunos parisinos llegaban.
Eso no me detuvo.


París
Me encontré
en una habitación
escribiendo
con las ventanas cerradas.


Estrategias para olvidar
(Las estrategias suelen ser flechas que ya han sido lanzadas)

Escuché tango
para emborrachar al corazón,
y apenas si latió más lento.
Cambio todas las baldosas
de todas las veredas,
siembro azucenas pardas
donde caminábamos,
tiré todo el calzado
por temor a su memoria.

NO ALCANZÓ.

Erguí una nueva ciudad,
pedí a DIOS habitara
los campos
con los animales extinguidos.

Una mañana,
a las que llamaba tarde,
en la cima de la montaña
que palié,
viendo con qué
rellenar el cuenco,
me senté a pensar
un nombre para mi ciudad.

Fue inevitable,
Le puse el tuyo.


Ensalada Alma
Una señora muy aseñorada
decía de un mugrientito:
Toda la tristeza está en sus ojos.
El mugrientito contesta:
Mis ojos son el zaguán del dolor.

En realidad
el mugientito no habló.
Era analfabeto
pero culto en su manera de mirar.


¿Cuándo?
Es probable
que en los próximos treinta poemas
aparezca la palabra todo,
( también ahora que lo sé
que no aparezca).
¿Cuándo fue
que hice o sentí o pensé,
trascendentes mis poemas
para los otros?

¿Es importante que sepan
que la palabra todo
va a estar
en los próximos treinta poemas?

¿Y este juego de sinceridad
y de palabras austeras, repetidas,
no será
un telón cubriendo
una complejidad que no existe,
tapando una bambalina
que tampoco existe?

Si bien puedo no leerles el poema,¿ qué lo borra de mí?
Paquete a la deriva
Por Claudio Rafael Masiero Sauber

Dentro de la pensión, entre paredes turquesas, los rehenes del cansancio o de la fuga, juegan el mismo juego: a imaginar de quién son los pasos que delata la vieja madera en lúgubre pasillo.
Allí se siente estar dentro de una cajita que el olvido arrojó al mar, esta sensación se hace más fidedigna cuando el encargado sube remendar el techo, y los focos, esas gotas que nunca terminan de caer, se mueven tras sus pasos.
Una cajita pequeña a la deriva del mar y de la noche, un paquete envuelto para regalo, que nadie quiere abrir o que nadie quiere ver.

Imagen
Por Claudio Rafael Masiero Sauber

Otoño, eso fue tu mano al tocarme;
abrió una puerta, y Aldea
fue la palabra que aguardaba
inocente como todo lo que empieza.
Aldea tenía en su mano de región ajena
un bolso de cuero marrón gastado.

Cómo abrirlo si apenas me conoce,
las manos sin pedirme permiso
hurgaron
en el bolso gastado:
Una piedra,
cincuenta y nueve centavos,
una tonelada de tierra y ninguna huella,
unas cien cicatrices revueltas en el fondo,
una vida negándoles la piel,
y un montón de etcéteras,
que nada explican
esperando un punto o una coma.

Busco un lugar para ordenar
el pequeño equipaje,
por suerte
(No sé si es suerte si por convocarla viene)
la vereda de la vieja escuela
se quedó dormida
y la sombra la complace.

Aldea sigue sin hablarme,
Yo sigo hurgando.


Viento frustrado
Del mismo autor

He aquí un poema.
Una vez más
le he ganado
al viento.



Los jarrones son jaulas,
los pájaros están muertos
Por Claudio Masiero

Del brocal de las flores
de aquellas
asomarán para salir
las doncellas del aroma.
Eligieron el jardín
aquel
donde las nubes,
regadera imparcial,
vierten en gotas
la profética
y fecunda posibilidad
de que unas manos
esas
las arranquen.

Debe ser por el recurso
inagotable de sentir
que sólo poseyéndolas
la belleza es posible.

¿ Quién dijo
que por estar en otro jardín
no son mías?

¿Quién dijo que por estar
en UN jardín son nuestras?


No imagino lo que sucede con los poemas
que no tienen epígrafes
Por Claudio Masiero

Los poemas
que nunca se volverán a leer,
tienen la particularidad
de transformar sus epígrafes
en epitafios.

¡Claro, esto es
pura suposición!
Periodismo institucional
Espejo de los valores sociales
Por Valeria Caballero, Fundación Cervantes

Generalmente se asocia a los periodistas institucionales con los voceros de un candidato político o con el hombre de prensa, pero rara vez se los identifica como los voceros esenciales de las instituciones.
La segunda acepción resulta más apropiada si se la entiende bien, porque ser portavoz de una institución u organización significa delinear artísticamente las múltiples facetas y aristas que guardan en sus entrañas los diversos organismos sociales. Y son ellos ni más ni menos los que cristalizan los valores, pensamientos e ideas que dibujan cotidianamiente los ciudadanos.
Quizá el periodismo institucional tenga un vínculo mucho más estrecho con la cultura de un pueblo del que cualquiera sea capaz de admitir... Tal vez esté manifestando el control social al que todo ser humano responde inconscientemente.


¿Periodismo institucional?
Por Pablo Amiot Gaspio, Fundación Cervantes

El periodista que se desempeña como tal dentro de una institución siempre tendrá, a la hora de efectuar un relato o de redactar un texto, ciertas prioridades en la construcción de la noticia que condicionarán el concepto de objetividad.
Las personas que están al frente de las instituciones siempre tendrán que enfatizar con mayor ahínco las virtudes por encima de los defectos, si es que estos son expuestos o dados a conocer.
A partir de la afirmación, se genera la duda... ¿es coherente la denominación periodismo institucional?

Impostar: vaya verbo
Sobre la base de “El Arte de la Impostura”[1],
Valeria Caballero se puso a escribir de actualidad nacional

En la actualidad política de nuestro país es posible encontrar mucha impostura, casi diría que las patas que sustentan el sistema político están sostenidas gracias a un sistema basado en la impostura, la simulación y las apariencias.

No es novedad que la sociedad posmoderna reivindica las apariencias, y que el hombre actual busca causar buena impresión y aprobación ajena. Pareciera ser que para entrar en la Matriz y ser cómplice de sus códigos es necesario saber manejar a la perfección “el arte de la impostura”.
Lo mismo sucede con la política, está comprobado que no llega a hacer carrera aquella persona que no “maneje el arte de la impostura”, y sostenga su vida y sus acciones desde la mentira simulada y la ficción del parecer antes que del ser... Cualquier político que conozcamos maneja un discurso (denominado discurso político) que posee ciertas características y competencias para persuadir y resultar convincente ante un auditorio.

Lo preocupante es que, como dice Dolina, la impostura y la mentira se han convertido en un arte, una contraseña para obtener los resultados deseados. Si se trata de aparentar cultura, el cliente tiene a su disposición frases hechas, aforismos brillantes y gestos de suficiencia que abundan. Esto creo que es la coyuntura del sistema político argentina y en consecuencia de quienes lo nutren (la clase política).

En la actualidad económica sucede algo por el estilo. Las políticas económicas tomadas en nuestro país siempre son paliativas, nunca tocan los problemas de fondo, no son estructurales sino circunstanciales. Conforme a lo que designe el Banco Mundial y el FMI nuestro país adapta sus medidas económicas para no abandonar la impostura obsecuente que lo caracteriza. De esa manera, estando a la altura de lo que esperan el Club de París, el G8, Estados Unidos y los fondos que nuclean la economía mundial, Argentina simula ser un país con economía sustentable, que busca afanosamente salir del rótulo de “país con economía emergente” para llamarlo con un eufemismo.

En lo político económico se mixtura por completo esta impostura, porque la economía sin política es un número muerto y la política sin economía no mide consecuencias... Lo cierto es que la simulación, las apariencias y las adaptaciones de lo que uno es a las expectativas eternas construyen sistemas fraudulentos, ajenos a lo real y basados en sostener mentiras que al menos sirvan como “pan y circo” para los ciudadanos.

Y lo más preocupante es que este arte de la impostura resulta exitoso, es altamente legitimado por la sociedad, nos seduce la mentira simulada. ¿Acaso nos gusta creer que las sombras son la realidad? ¿Nos tranquiliza más vivir dispersos porque no nos obliga a pensar y a ser críticos? Quizá la alegoría de Platón sea el resguardo que elegimos para seguir viviendo en el eterno letargo, para seguir enamorados de las sombras y las apariencias que anestesian nuestra existencia...


Situaciones reconocibles
Bruno Natali (Fundación Cervantes) partió del mismo inicio y trazó un camino diferente

Teniendo en cuenta el texto “El arte de la impostura” de Alejandro Dolina, me propuse investigar sobre qué era la impostura y encontré varios conceptos que la definen: La impostura como género pertenece al ilusionismo. Una impostura genera un espejismo, una magia. La impostura es una alucinación bien maquinada, que busca un beneficio personal no necesariamente económico. Todos hemos usado la impostura en algún momento de nuestras vidas. Desde teñirse las canas para parecer más joven, inflar un curriculum, sacar pecho y esconder la panza, fingir que no pasa nada cuando nos hacen esperar, hacerse el importante, poner voz de docto, mostrar seguridad cuando por dentro temblamos de miedo, asistir a un velorio por compromiso, seguir diciendo que somos marxistas cuando en realidad lo que queremos es vivir bien, etc.
Están los impostores, que son los que ejercen la impostura profesionalmente, como el que se hizo pasar por cura, médico, abogado u hombre de una sola mujer. Luego estamos los que la ejercemos de tarde en tarde. Todo es cuestión de grados y es difícil diferenciar al impostor profesional del social.
Luego de leer esto me propuse otro objetivo: encontrar algún acto de impostura en nuestros días y empecé a investigar a nuestro querido gobierno “K”. Navegando en distintos sitios web entré en la página del diario “Perfil” y encontré un artículo muy interesante.


Obituarios: Dos mujeres históricas

Por Irma Geymonat,
Programa Educativo de Adultos Mayores, Universidad Nacional de Río Cuarto

El resonar de la Plaza de Mayo acalló de pronto. El gentío pasó inadvertido, los comercios estaban con las cortinas bajas, la bandera a media asta. ¿Qué pasó? Sólo sé que mi corazón latía agitadamente, un nudo en la garganta trataba de hacer lugar para poder decir la triste noticia de que Eva Duarte dejaba este mundo.

Ayer sentí el sol más cálido, al atardecer sus reflejos eran hilos de oro sobre el horizonte. La lluvia más esplendorosa, casi hasta el sonido de los pájaros más dulce.
¿Saben por qué? El alma de la Madre Teresa de Calcuta entraba al cielo.


Aforismos
Por Claudio R. Masiero Sauber

-Un médico forense es un morboso con acceso, avalado por la justicia y la ciencia.
-Los buenos poemas no existen, siempre lastiman a alguien.
-El pobre se quedó sin el pan y sin la torta. ¡Claro! Era celíaco y diabético.
-Si fuéramos piojos y el mundo tuviera manos y el universo una farmacia abierta las 24 hs. ¿El mundo compraría nouposite?
-Con mi psicólogo nos tratábamos de colegas. ¡Claro! Ambos éramos grandes fumadores.
-Algunos hacen leña del árbol caído, otros vuelven a plantar los gajos.
[1] Dolina, Alejandro. Crónicas del Angel Gris. Colihue, 1999, Buenos Aires.
¿Qué se hace?
-Cuando tu hijo llora desconsolado el descenso de su equipo.
-Cuando te pescan copiando.
-Cuando tenés que dar un discurso y no te sale.
-Cuando tenés un nudo en la garganta.
-Cuando te avisan que la empresa reduce el personal.


Sendero
De las distintas alternativas, ninguna lo convencía mucho.
De los diferentes futuros, ninguno lo despertaba.
De las variadas posibilidades, la inercia le copaba la parada.
Pidió ayuda.
Lo ayudaron.
Fue al frente.
Dejó atrás la siesta y caminó rumbo a los sueños.
Que nadie crea que llegó sin caídas.
Que nadie piense que llegó sin dificultad.
Que nadie suponga que alegría fue lo único que sintió.
Que nadie considere que es imposible.
“Si pude yo, entonces vos también”, dijo y fue a buscar la llave del auto.


¿Caja boba? No en este caso
Un programa de TV para el archivo, jamás para el depósito

“Vulnerables” (canal Volver, jueves de 22 a 23) continúa sus bellas invitaciones a reflexionar acerca de relaciones humanas. Las historias, las actuaciones, la musicalización, el vestuario, los planos... todo se conjuga para levantarse de la silla a veces cansado o meditabundo -algunas situaciones pegan en el ojo- pero siempre contento por tanto talento hecho programa de televisión.
Lo que el lector puede encontrar en los próximos 7 subtítulos es parte del capítulo del jueves 10 de julio de 2008.

Interés
-Rita, qué gusto verte -dice el licenciado Guillermo Segura (Jorge Marrale) al ver a la colega psicóloga que encarna Roxana Berco.
Escenas después, Guillermo está frente al espejo, cepillo en mano, peinado como jamás se lo ve en la terapia grupal.
A la puerta de la habitación se asoma Lucas, su hijo. Algo le pregunta y escucha:
“Es un reencuentro con una compañera de estudios (...) No es mi novia”.
Lucas no come vidrio. Su padre confiesa: “Es una persona que me interesa”.

Palabras y silencios
Guillermo es invitado a dar un seminario para los alumnos de Psicología a cargo de Rita. Se quedan charlando. En eso llega Martín (Nicolás Cabré), uno de los estudiantes.
-¿Qué pasa, Martín? -preguntó ella.
-Lo quería felicitar, doctor Segura.
El luce contento.
Ella lo nota:
-Estás hinchado de placer, Guillermo.
-Lo que pasa es que es lindo recibir mimos y yo últimamente no los vengo recibiendo.
(...)
-Bueno, gracias por participar.
-No, gracias a vos por invitarme -dice él, mientras un plano corto muestra cara de ¿por qué no me animé a ofrecerle un café?

Es lindo el aire libre
Martín hace poco se fue de su casa. No se llevaba bien con Leopoldo, su padre (Alfredo Alcón), quien vive de los restos de la fortuna que perdió en el juego.
Dialogan.
-Cuando venís así, de golpe, me da mala espina.
-Hace mucho que no nos vemos. No quiero que te dé mala espina (...) Qué raro que vos, siendo una persona a la que le fascina tanto el azar, te pongas nervioso conmigo ante el primer imprevisto. Es raro.
-Vos no sos el azar, vos sos hijo mío. ¿Entendés? Es muy distinto. Bueno, me están esperando en la peluquería, así que me voy.
Acto seguido, Leopoldo se levanta del banco de la plaza en que atendió a su hijo.

Soltate[1]
Habla Cecilia (Soledad Villamil) en sesión de terapia grupal. Leopoldo, hasta entonces aferrado a bromas desde las que no revelaba su angustia ni se comprometía con sus compañeros, comenta:
-Yo no sé si ella está o no caliente con el obrerito ese, pero me parece que le está dando demasiada importancia a una estupidez y eso es feo.
-¿Por qué? ¿Qué es feo? -se enoja Cecilia.
-Es feo darle vueltas y vueltas a una estupidez... Perdoname, te lo voy a decir: eso es cosa de señora vieja que se entretiene con lo primero que le cae en las manos. Es un papelón, ¿qué querés que te diga? Es penoso eso, un bochorno absoluto.

Tres por uno = solos
La charla con Cecilia prosigue. “Los dos tenemos un miedo terrible de que los otros se den cuenta de que estamos muy solos”, siente en voz alta Leopoldo en la sesión del grupo que también integran Roberto (Alfredo Casero), Jimena (Inés Estévez) y Gonzalo (Damián De Santo).
Luego se ven tomas de las casas de él, de ella y de Guillermo, el terapeuta.
Leopoldo toma algo y reparte cartones de lotería a distintos lugares de la mesa frente a la cual está solo.
Cecilia camina, se sienta y se sirve un trago.
Guillermo está en la cama, con los ojos abiertos.

Tenemos que hablar
Capítulos atrás, Leopoldo se sienta en un banco y ensaya lo que le dirá a su hijo, Martín. Cuando se encuentran, empieza.
“No puedo”, expresa y se empieza a reír. “No puedo”, vuelve a pronunciar, ahora al borde de la carcajada. Su hijo se va mientras él se ríe cada vez más del padre que segundos antes había tratado de ser y de lo aburrido que considera a su hijo.
Esta vez, hacia el final del capítulo, Leopoldo va a la facultad. Martín se sorprende. Leopoldo saca un reloj que había estado viendo la noche en la que jugó solo a la lotería y se lo entrega.
Martín se sorprende más:
-Esto era del abuelo.
-Y debe estar revolviéndose en la tumba, pero a mí siempre me gustó desobedecerlo -responde Leopoldo.
Trascartón, le da un beso a Martín, le dice “chau” y se va.

Noticiero
Guillermo camina al lado de Rita. Explica que la fue a ver antes del próximo seminario de Psicología porque en el último se quedó sin contarle que su mundo es distinto del de hace varios años, a tal punto que está separado y que su hijo tiene “veinte kilos de sobrepeso” y “repitió séptimo grado”.
-Mi marido es un psicoanalista cada vez más exitoso, pero ya no es mi marido -contesta ella-. Te lo digo porque a lo mejor podés incorporar esto a todo lo nuevo que te anda pasando.
Dicho esto, Rita pega media vuelta, se va caminando y la voz de John Lennon en “Mind games” cierra otra obra de arte semanal de “Vulnerables”.


Heterodoxia
¡Qué nutricionista ni ocho cuartos!

Algunos sostienen que lo mejor es la rigurosa aplicación de cuanto método científico anda por ahí. Otros sostienen que el fútbol es un estado de ánimo.
Notación para integrantes del primer grupo: lo que leerán es cierto y les puede hacer mal.
Apunte para los miembros del segundo: a disfrutar con este extracto de la nota “Platense grita siempre al final”, que en el ejemplar de la revista deportiva El Gráfico del 25 de diciembre de 1984 recorre históricas salvaciones del descenso de este equipo uno de cuyos hinchas ilustres era el tanguero Roberto Goyeneche.

Hay momentos duros. Momentos durísimos. Momentos para desearle al enemigo. Por ejemplo, tener que disputar un torneo de 4 equipos sabiendo que únicamente el que salga primero evitará el descenso de categoría. A Platense le tocó en 1979. Compartió la angustia con Gimnasia de La Plata, Chacarita y Atlanta.
Osvaldo Viara, entonces preparador físico de Platense, les contó a los periodistas Daniel Arcucci y Adrián Maladesky detalles de la preparación:


“Nos encerramos 42 días en Ezeiza. Trabajamos a fondo y bien pudimos escribir un libro sobre las cábalas. La del Polaco Cap (entrenador), que armó ese equipo, de ir a todos los partidos con una valija que compró durante el Mundial de Alemania, con un pizarrón adentro que jamás usaba. También la de hacerlo ingresar a Sánchez Sotelo en los últimos minutos. La de Gianetti y Ginanni, cambiándose los números de las camisetas, porque desde antes del primer triunfo con Atlanta las tenían cambiadas por equivocación y hubo que seguir así. Y lo que llamábamos la tónica de las comidas. ¿Cómo era? Comer de todo y en cantidad. Para eso habíamos llevado una cocinera que preparaba desde guisos hasta lechones a la parrilla. El único que se volvía loco era el médico, Jorge Suárez, porque las dietas no existían. Eso sí, el equipo ganaba y no hubo una sola queja”.


[1] Al lector joven: hace alrededor de 20 años, una publicidad del champú sugería: “Soltate con Wellapon, soltate; soltate el pelo con Wellapon”.
El corazón da razones...
“Con ésta ascendimos”.
Andá a decirle algo. El pibe no iba a escuchar que la superstición en nada ayuda al desempeño de los futbolistas. Apenas si tenía oídos para la voz de su esperanza: que Los Andes se salvara del descenso esa tarde de sábado 17 de junio de 1995 así como había ascendido un domingo al mediodía del año anterior en que él llevaba esa misma campera.
Y andá a decirle algo ahora, después de una tarde memorable en la que Los Andes le ganó a All Boys, escuchó por radio un gol sobre la hora de Quilmes a Italiano y supo que seguía en la máxima división del fútbol de ascenso. Como bien lo gritó la voz del estadio: “¡Los Andes es Nacional!”.

Hay gente zonza
La revista El Gráfico cuenta en su edición 3809 que “un 24 de setiembre de 1983”, Andoni Goikotxea (alias Goiko), futbolista de Athletic Bilbao, le destrozó el tobillo izquierdo a Diego Maradona, entonces jugador de Barcelona.
La misma publicación señala que el 3 de agosto de 1992, Diego Maradona, ahora en Sevilla, visitó Bilbao y “recibió con gusto el apretón de manos de Andoni Goikotxea”.
Años después de ser víctima de una acción brutal, Maradona fue capaz de disculpar.
Años después de ejecutar una brutalidad, Goikotxea fue capaz de pedir disculpas.
El día después, domingo 4 de agosto de 1992, Maradona jugó en el estadio San Mamés, casa del Athletic Bilbao, y sufrió “una entrada terrible de Lakabeg en su tobillo derecho”. Como consecuencia, “giró en el aire y cayó sobre el césped, en un movimiento dramáticamente memorable. La reacción de la gente no pudo ser peor: ‘¡Goiko, Goiko!’, estalló el San Mamés”.
Vaya situación: en un sábado de gloria para la convivencia, agresor y agredido hacen las paces. El domingo, unos cuantos zonzos, a grito pelado, deciden que nunca es tarde para ratificar la violencia.


El ejercicio es salud

A partir de la expresión “Al amigo no lo busques perfecto, búscalo amigo”,
Cintia Arighini (IPEM 252) escribió este texto

Con el tiempo aprendes que las buenas amistades continúan creciendo a pesar de las distancias y que no importa qué es lo que tienes, sino a quiénes tienes en la vida, y que los buenos amigos son la familia que nos permitimos elegir.
Entonces es cuando te das cuenta de que no es necesario cambiar de amigos, si estamos dispuestos a aceptar que los amigos cambian.
Si realmente puedes aceptar los defectos y virtudes de tus amigos, considérate buen amigo.

¡Maldición, ahora te hacés ver!
Un buen día apareció. No se salvó de que la insultaran, la miraran feo, la hicieran a un lado. Le recordaron que ya la habían reemplazado y que no servía en absoluto.
Nada respondió la llave extraviada dos días atrás.

Frases y películas
En uno de sus cuentos, Julio Cortázar dice: “Pasa que los cronopios no quieren tener hijos porque lo primero que hace un cronopio recién nacido es insultar groseramente a su padre, en quien oscuramente ve la acumulación de desdichas que un día serán suyas”.

Pavada de expresión. Como para pensar en la socialización primaria, en aquello de que la habituación restringe las opciones y vaya uno a saber cuántos otros conceptos de ciencias sociales.

Pavada de expresión. Como para recordar esa gema del cine que es “La Tregua”, que con la dirección de Sergio Renán regaló escenas memorables por doquier. Por ejemplo, cuando el personaje encarnado por Carlos Brandoni le dice a su padre (Héctor Alterio): “Te miro y veo un espejo que adelanta”. Sentía que su padre, correcto oficinista, hacía bien su tarea, claro que no era feliz. Y sufría porque a él le pasaba lo mismo.

Pavada de expresión. Como para evocar la entrañable “Los Fabulosos Baker Boys”, en la que el personaje de Jeff Bridges le confiesa al interpretado por Beau Bridges (su hermano en la vida real y en la película) que desde hace 13 años, lo único que lo mantiene animado en el escenario es saber que al rato se bajará. Tocaba bien el piano, vaya si era diestro, mas no era feliz. Salvo cuando se metía en un barcito donde no era uno de Los Fabulosos Baker Boys sino él mismo.

Tiempo y chances de cambio
Si alguien tiene que rendir un examen de Física, por favor no hable del tiempo en los términos que se consignarán entre comillas.
En el caso de que alguien deba decir en Lengua si reloj es sustantivo, adjetivo, pronombre o adverbio, tenga a bien evitar esta frase entrecomillada de Julio Cortázar[1].
“Ahora se abre otro plazo, los árboles despliegan sus hojas, las barcas corren regatas, el tiempo como un abanico se va llenando de sí mismo y de él brotan el aire, las brisas de la tierra, la sombra de una mujer, el perfume del pan”.

En otro de los cuentos se lee:
“No creas que el teléfono va a darte los números que buscas. ¿Por qué te los daría? Solamente vendrá lo que tienes preparado y resuelto, el triste reflejo de tu esperanza, ese mono que se rasca sobre una mesa y tiembla de frío. Rómpele la cabeza a ese mono, corre desde el centro de la pared y ábrete paso (...)
Cuando abra la puerta y me asome a la escalera, sabré que abajo empieza la calle; no el molde ya aceptado, no las casas ya sabidas, no el hotel de enfrente; la calle, la viva floresta donde cada instante puede arrojarse sobre mí como una magnolia, donde las caras van a nacer cuando las mire, cuando avance un poco más, cuando con los codos y las pestañas y las uñas me rompa minuciosamente contra la pasta del ladrillo de cristal, y juegue mi vida mientras avanzo paso a paso para ir a comprar el diario a la esquina”.

[1] El editor de Qué Sentimos no es lector de Cortázar. Llegó a sus Cuentos Completos -y los leyó por media hora nomás- una vez que no estaban los libros de Alejandro Dolina en la biblioteca de una escuela.
Feliz cábala
“Me parece que conmigo va a pasar algo”, les dijo a sus amigos después de excusarse de contarles “porque si me pongo hablo tres horas”.
Ellos se preguntaron qué sería. Lo vieron animado.
El recordaba haber leído la frase. Quizás de boca del Loco Gatti y de las manos de Natalio Gorín en la revista El Gráfico.
Tuvo suerte los días siguientes y sus amigos no volvieron sobre el tema.
El quería, pero de tanto hablar de la felicidad inminente que no deja de serlo había pasado a creer que la felicidad se escurría cuando la nombraban.
Le costó pero se calló. Y tocó el cielo con las manos. Tan seguro está de que todo seguirá bien que a lo mejor mañana piense si se lo cuenta a su mejor amigo.


Para más adelante
En “La Paciencia del Relojero” (cuento de Jorge Fernández Díaz), un hombre espera 25 años para reencontrar el gran amor, postergado por sus respectivos cónyuges.
¿Qué estaremos postergando en nuestras vidas en nombre de qué formalidades?


El agua de la tristeza
Todavía me acuerdo. Tal vez me equivoque. Camisa azul con pintitas blancas. No recuerdo haberle prestado el abrigo en la fría madrugada.
Todavía me acuerdo. Lloré. Ya lo creo. Hay victorias que no tapan malas nuevas.
Todavía me acuerdo. Me quedé al costado.
Todavía me acuerdo. El promotor me avisó de la muerte de mi amigo justo el día de mi egreso, días después del cual me fui de vacaciones y vi su imagen en el agua del río que se me iba una y otra vez.

(Basado en lo que sufrió Víctor Galíndez en su noche más grande como boxeador, cuando
tras su épica victoria sobre Richie Kates se enteró de la muerte
de su amigo
Oscar “Ringo” Bonavena)

Esperá si podés
Dependía de un informe.
Pensaba que no sería la última ni la peor de las esperas. No le mejoraba el ánimo, tampoco se lo empeoraba.
No era cualquier espera. Después no iba a ser cualquier después.
¿Cuánto falta para ese informe?


Reloj, marcá las horas
A veces la gente pone el despertador convencida de que levantarse será difícil, pero hermoso. No hay garantías de cómo será el día. Dicho de otro modo: después de un grandioso despertar puede sobrevenir un desastre.
Y la gente va, empujada por la esperanza, por la dicha que provoca imaginar la dicha, por los ojos de la dicha, por la mirada de la dicha, por el alma de la dicha.


Elecciones
Podés elegir si la tercera es la vencida o si no hay dos sin tres.
Podés elegir si evitás respuestas “no positivas” o te abrazás a soñadas afirmativas.
Podés elegir si te escribís con I de inercia o con C de cambio.
Podés elegir si acompañás a la incertidumbre o te quedás solo con el aburrimiento.
Votar es inevitable. ¡Suerte!


Práctico de Metodología
“Arriesguen”, dijo la profesora a sus calculadores alumnos frente a una pregunta difícil.
“Arriesguen”, les pidió, para que fueran ellos y no eco.
“Arriesguen”, les sugirió, sin explicitar que hay ejercicios que cabalmente representan la vida.


De Soraya a Julieta
“De repente hay en mi vida...”
El ejercicio consistía en completar la frase,
a solicitud de un alumno que pedía
vincular el conocimiento a canciones
del gusto de los chicos.
Julieta miró a la profesora. La siguió mirando.
Después escribió:

“Lo que hay en mi vida es, bueno, si no estuviera haciendo un práctico escolar diría que lo que hay es un quilombo de padre y señor nuestro. Pero también es cierto que es de esas situaciones que a una a las 3 la perturban, a las 3 y 5 la entusiasman y así en oscilaciones que no hay montaña rusa que valga. ‘Quisiera que esto no me pasara’ escribí el otro día en el celular, aunque me parece que lo que no quiero no es lo que me pasa sino el peso de la decisión que implica.
No sé, pero a veces siento que pido cosas pero me da miedo extender la mano una vez que el destino o sus representantes me las ofrecen”.