Abusos sobre los nuevos
"El derecho de piso existió y existe", lamenta Ana Chevarría, estudiante del Programa Educativo de Adultos Mayores. "Es un abuso de poder", señala y lo ilustra con que, "a veces, en las fuerzas policiales", a los aspirantes "los preparan para que sean duros, hostiles y les hacen pagar derecho de piso para llegar a un puesto y así es como en esos puestos altos les falta mucho de la otra parte, de los derechos humanos".
Reconoce Ana que "hay circunstancias muy duras" tales como accidentes en las cuales surge "el lado humano" de los policías, pero "en otras vulneran mucho los derechos de las personas".
Varios de los que pagan derecho de piso son quienes no acceden a estudios suficientes. Por ejemplo: "El hijo de un albañil no quería estudiar sino ser futbolista, pero no se quería ir a jugar afuera. Entonces, el padre lo llevó a trabajar con él. Al ver lo duro, lo rústico" del oficio, "el chico dijo 'no, me conviene estudiar y ser un buen futbolista para ayudar a mi padre".
Además, Ana percibe que el abuso de poder se verifica en varias firmas que "hacen trabajar a los empleados estando enfermos, con o sin síntomas", porque los dueños "ven el lado económico". De allí que sugiera que, si se registra derecho de piso, "vaya al lado de lo humano".