29/6/20

Relojes varios


Hace más de medio siglo, Emilio López piensa y actúa. El tiempo lo hace reparar en "el reloj" que tiene "el cerebro", similar a lo que se observa en la naturaleza con "las plantas, los animales, los sembrados. Todo tiene un tiempo de reproducción, nacer, crecer, morir".
Mientras giran las agujas del reloj, Emilio pasa al "tiempo educativo", que "configura una norma de pensar, sentir y actuar en todas las sociedades del mundo que transmiten a las nuevas generaciones las normas, tradiciones y valores que se han construido a través de la historia".
El tiempo es también sustrato del amor. Este alumno del Programa Educativo de Adultos Mayores apunta "el amor de pareja o romántico y el amor maternal o paternal, ambos fundamentales para la supervivencia de nuestra especie". Señala que "el hombre nace con el amor familiar y lo transmite en el tiempo con sus descendientes".
Suena el timbre. Es "tiempo de empresas", a las cuales Emilio compara con "células agrupadas con el fin de producir y dar trabajo", merced al cual surge el "desarrollo mutuo del país y las familias porque el trabajo dignifica a la persona y trae progreso".
El nuevo módulo refiere al tiempo de la Nación. El estudiante del PEAM registra "intolerancia, transgresión, personalismo y una débil capacidad intelectual para el pensamiento crítico. Hasta no hace mucho, la sociedad argentina padeció de golpes militares, genocidios; fue el colmo de usar las armas contra el pueblo, de 1976 a 1983. Un Estado que podía matar, robar, perseguir, aterrorizar".
En 1983, "la Nación recuperó la democracia y las instituciones".
Tiempos varios que se despliegan en "la naturaleza, que hay que cuidar porque nos enseña a vivir en ella".