8/6/20

Lecturas para saborear

Emilio López lee y quiere que otros también lo hagan. Evoca clásicos infantiles como El patito feo, Caperucita roja, Hansel y Gretel, La Cenicienta, Los tres chanchitos y sostiene que su lectura estimula "la creatividad de los niños, amplía su vocabulario, refuerza vínculos con los padres y ayuda a amar los libros".
Entre los numerosos cuentos disponibles, el alumno del Programa Educativo de Adultos Mayores sugiere "El leñador y el bosque", "El león y la cabra", "El zorro y el cuervo", "La hechicera", "El perro del hortelano", "La zorra y las uvas".
Sabe Emilio que existen narraciones adecuadas para distintas edades, como variada es la lista de autores, entre los cuales menciona a Julio Cortázar, Gabriel García Márquez, Jorge Luis Borges, Oscar Wilde, Horacio Quiroga, Juan José Arreola. Apunta que "a los adultos mayores les gusta más la lectura de ficción y novelas basadas en la vida real, como "El viejo y el mar", de Ernest Hemingway, o "Confieso que he vivido", de Pablo Neruda. Otro libro interesante es "Yo de mayor quiero ser joven". Acota que su autor, Leopoldo Abadía, no es muy conocido, y su protagonista dice algo así: "Tengo 82 años, estoy en el grupo de los llamados ancianos, abuelos, viejos, pero no me siento viejo sino joven".
Para Emilio, la obra de Abadía arrima la reflexión de " un entusiasta de la vida que habla con optimismo y mucho humor que le levanta el ánimo a cualquiera". Añade que "estar jubilado no significa aburrirse; es empezar una nueva etapa intensa y enriquecedora y nos hace bien".