16/6/20

Sol y nubarrones del trabajo

Richard Sennett investigó cómo el trabajo impactaba en panaderos de Nueva York. Advirtió que el "tiempo rutinario" del que se quejaban creaba a pesar de todo "un ámbito en el que podían hacer valer sus reivindicaciones, un ámbito que les confería poder".
A partir de este fragmento de "La sociedad sitiada", obra de Zygmunt Bauman, una alumna del Programa Educativo de Adultos Mayores indagó y encontró que el trabajo "a lo largo de la historia ha ido mutando de manera significativa en relación de la dependencia trabajador- capitalista".
Lidia Olmedo apunta asimismo que "a travės del siglo 20 han ido conquistando diferentes derechos por su condición de asalariados".
En cuanto a potenciales ventajas para quien lo realiza, cabe nombrar que el trabajo "empodera y refuerza la autoestima", además de dar seguridad, fortaleza emocional, más capacidad de concentración y de toma de decisiones".
"Es importante poder trabajar, se trata de un rol básico y central en la vida". Hacerlo, añade Lidia, contribuye a "sentirnos útiles y nos permite cubrir nuestras necesidades básicas y otras áreas de la vida".

Claro que "por otro lado, el trabajo nos trae algunas consecuencias: su exceso produce trastornos físico, mental, genera ansiedad y dolencias varias como las lumbares, aparte problemas gástricos y cardiovasculares".
Lidia también sabe que "hay personas que viven para su trabajo y eso se convierte en obsesión". Además, se puede llegar al "síndrome de Burnout, una mezcla de despersonalización por ausencia motivadora y ansiedad generada por el estancamiento laboral y la monotonía".
Con todo, "hay jubilados que siguen trabajando porque de esa manera se distraen y mantienen su cuerpo en actividad. No desarrollan las tareas como en su juventud pero tienen toda la voluntad de hacerlo".