Frustraciones y enseñanzas
"Es la vida que nos pasa con cosas buenas y malas", dice Patricia Murphy para abrir el juego. Siente que a lo largo de 65 años le han tocado manos de frustraciones y otras con cartas de alegría.
Alumna del Programa Educativo de Adultos Mayores y madre, considera que "uno no tiene que hacer un lecho de rosas en la vida de sus hijos. Amén de educarlos en el respeto y la honestidad, debe abrirles ventanas para que ellos sepan tomar sus propias determinaciones".
Estima Patricia que vivir entraña "frustraciones y alegrías; lo que pasa es que como buenos seres humanos conflictivos que somos todos, unos más otros menos". Nota que uno "siempre pesa el vaso medio vacío, las cosas que te han ido mal, y no pone en la balanza lo que te hace feliz". Y agrega: "En este momento, a mí me haría feliz viajar a ver a mis nietos, pero dadas las frustraciones por esta cuarentena nos tenemos que quedar en casa". Enhorabuena, advierte lo que hay en el otro platillo: "Ahora puedo visitar en Río Cuarto a mi sobrina, si bien manteniendo distancia y saludándonos con el codo".
En el sendero de lamentos y dichas también dicen presente las bebidas. A Patricia la frustra "no poder compartir el mate con mi marido; es una pavada si te ponés a pensar, pero me pasa". A la par, celebra haber vuelto a visitar a su hermano "después de más de sesenta días" aun cuando hayan "tomado un té, que no es lo mismo".