Amor a toda hora
"El tiempo que se dedica a aprender es muy valioso porque atesoramos conocimientos que a lo mejor a nuestra edad habían sido olvidados. Sobre todo los que vamos a talleres del PEAM que son muy buenos nos sentimos muy bien y aprendemos cosas valiosas".
"El tiempo dedicado a los nietos es lo más sublime. ¿Quién no se desvive por los nietos? Verlos es como si estuvieras viendo una sonrisa de un ángel. Es lo más maravilloso que hay en este mundo. Haga lo que haga ese pequeño o pequeña, siempre vamos a estar bien. Que revuelva y tire las cosas. Lo importante es verlos, tenerlos y escucharlos".
"El tiempo perdido no se recupera jamás. Hay momentos en la vida en que uno pierde el tiempo porque es chico, es joven. Aunque los padres le dicen 'hacé esto, hacé aquello', uno no les lleva el apunte; a veces no se estudia, no se organiza, se tienen malas compañías. No tenemos ninguna obligación y parece que nunca la vamos a tener, y el tiempo en que no se visita a los padres, a una tía que te reclama, no se va a recuperar. Después la tía va a partir y te quedaste con que no la fuiste a ver".
"El tiempo que se ama es lo mejor que existe. Amor de pareja, hijos, nietos, amigos. Todo lo que se refiere a amor del bueno es lo más maravilloso que existe. El tiempo que se dedica a los amigos transcurre muy bien; uno tiene amigos para charlar, salir, comer un asado, reunirse a tomar mates, para prestar el oído al que no se siente bien o cuando uno no está bien. Los amigos son incondicionales y son lo mejor que existe".
"El tiempo dedicado a la familia es lo más placentero y da bienestar. Uno puede hacer miles de cosas, trabajar, ocuparse de otros temas, pero estar en la casa haciendo una comida rica, conversar con ellos, es invaluable. Pienso que existirían menos separaciones si hubiera más diálogo con todos los integrantes de la familia".
"El tiempo que se les da a los niños es muy satisfactorio. ¿Quién no conoce a un niño que lo mira con una carita sonriente o que puede estar triste y uno lo puede consolar? Los niños son lo mejor que existe para nuestra alma y para todo porque son inocentes. Son un tesoro de Dios".
"El tiempo que uno le dedica a un vecino que necesita una palabra de aliento es muy satisfactorio. Él puede estar solo y uno va, charla un rato, pasa momentos y entonces él se pone mejor, sabe que cuenta con ayuda por cualquier cosa y uno también lo sabe".
"El tiempo de recordar también es muy lindo. De los momentos tristes uno aprende cosas que nunca pensó que pasarían y de los felices también; creo que estos quedan más grabados. Los tristes... hay que tratar de no recordarlos".
"El tiempo de contemplar lindos amaneceres, atardeceres, la lluvia, el sol, la luna, el mar, todo es muy bello. Quién no ha contemplado un amanecer, el sol que salía despaciosamente o al atardecer cuando cae. Ese bendito sol que nos alumbra tanto al igual que la luna: cuántas veces la miramos porque está en todo su esplendor. Y los que hemos tenido la oportunidad de conocer el mar... es lo más bello que hay. Adentrarse a las aguas del mar y sentirse lo más omnipotente de estar ahí, en ese bello lugar".
"El tiempo de las distracciones es reconfortante. Hace falta mirar televisión, visitar amigos, ir a un cine, tomar un café, todo es necesario para nuestra vida".
"El tiempo que ha sido un poco terrible es el de la pandemia. Nos tuvimos que encerrar, escuchábamos por televisión o por radio que hay miles de muertos. Fue algo terrible que nunca nos hubiéramos imaginado. Esperemos que las cosas se solucionen y haya una luz de esperanza en todo esto".
Por Susana Carbonari, alumna del Programa Educativo de Adultos Mayores