21/4/21

 Luces distintas

En uno de los episodios de la inolvidable serie Los Años Maravillosos, Wayne discute con su madre. El motivo: su recelo porque a los 18 años empieza una relación de pareja con una joven de 23, separada y con un bebé.
-No me quieres ver crecer -reprocha Wayne.
-No te quiero ver sufrir -replica la amorosa ama de casa de la familia Arnold, que presentía un mal final para el romance.
Ana Chevarría, alumna del PEAM, afirma que "los paradigmas de ahora son distintos a los de antes". Lo que no cambia es que "las madres siempre queremos resguardar como gallinas bajo nuestras alas a los hijos. Siempre hay una sugerencia, un consejo".
La diferencia es que "antes estaba la mirada de nuestros padres según la cual había una edad para casarse, formalizar. Generalmente, se casaban las personas; hoy se juntan".
Indica Ana que las voces que buscan ayudar "parten de la enseñanza de lo que se vive en el hogar" y que también se puede tomar buenos mensajes "del estudio, que es lo que a uno lo va formando, lo va madurando, lo va ayudando a aprender a comunicarse". 
El riesgo de que los hijos maltinterpreten sugerencias existe: "Si bien ellos a veces las toman como si uno no los dejara avanzar, no es así; uno quiere lo mejor, que se solidifiquen y que no les pase lo que a uno le pasó".
Un factor que suele agregar confusión es "el nido vacío". Sea "por sus profesiones, porque forman sus familias, los hijos se van y una se queda con dolor". Se dice 'hay que dejarlos volar', pero nos cuesta como madres", agrega Ana.
En cuanto al Wayne de Los Años Maravillosos y la relación con su pareja que le lleva 5 años y tiene un bebé, Ana expresa que "a veces este vínculo resulta bien y en ocasiones no se está muy preparado para compartir ese ensamble; es muy difícil complementarse". De todos modos, asegura que "una, como madre o abuela de corazón, lo acepta mientras nuestros hijos estén bien".