Expresiones variopintas

Al elegir canciones para una tarde, Lidia Olmedo considera "la zamba Paisaje de Catamarca". Le gusta la letra, que le hace "imaginar la geografía de la provincia" y la enternecen versos como "desde la cuesta del Portezuelo mirando abajo parece un sueño/ hay un ranchito sombreado de higuera y bajo un tala durmiendo un perro".

Otra es "el tango El bazar de los juguetes, que refleja el pensamiento y sentimiento de un hombre que vivió su niñez muy pobremente, con decir que había días en que ni siquiera podía comprar pan. Siendo adulto, vuelve al barrio para comprar todos los juguetes que puede para los niños. Tiene que haber sufrido mucho para tener un gesto así después de tantos años".

Entre las destacadas por Lidia, estudiante del PEAM, figura Cuando un amigo se va. "Es muy triste esto -expresa-. No deja de doler por mucho tiempo. Nunca habrá dos amigos iguales". Estima que no es necesario tener muchos amigos; alcanza con pocas "que se valoren y correspondan", capaces de sentir el encanto de "contarnos nuestros estados de ánimo y aliviar problemas".

Admira Lidia la canción El corralero, en la cual Hernán Figueroa Reyes narra "el cariño del dueño de un caballo que está en el suelo, no tiene cura y lo deben sacrificar. El hombre se resiste, pide que lo dejen hasta que muera de viejo y pregunta cómo pretenden que haga eso él, que lo crió de potrillo". Habla "del amor de un ser humano a un animal, que a veces son más fieles que las personas".

El quinteto musical se completa con "Alfonsina y el mar, por Mercedes Sosa. Te vas, Alfonsina, vestida de mar, qué poemas nuevos fuiste a buscar", repasa Lidia y señala que la de Alfonsina Storni "fue una gran pérdida en la literatura".