31/5/21

 Contemplar para alegrarse

Susana Carbonari piensa en acciones concretas que deparan felicidad. Las comparte pensando en Estela, una amiga que quizás todos tengamos.

-Le dije "¿por qué no probás ver un amanecer? Es lo más hermoso que existe, que Dios nos ha dado. Capaz que eso te haga poner bien. Y si no, tratá de leer los libros que dejaste por los siglos de los siglos, a lo mejor eso te entusiasme. O ver el atardecer, cuando la luna sale radiante y nos envuelve a todos.

Yo sé que este tiempo ha sido muy difícil, pero hemos tenido que rebuscarnos con las cosas simples de la vida".

También le decía, agrega la alumna del PEAM, "podés cocinar si te gusta hacerlo, podés hacer huerta; hay miles de cosas que podés hacer. Y, sobre todo, contempla a tus nietos, que eso es lo más maravilloso que existe en el mundo. Si no podés cara a cara, seguramente por videollamada.

Vos sabías coser muy bien, ¿por qué no probás? No te digo un traje, pero pequeñitas costuras; hay muchísimas cosas.

Y yo te prometo que te voy a llamar más seguido así podemos conectarnos para que vos estés mejor. Sé que sos una persona muy buena.

Esto te ha caído como un balde de agua,  como a todos, pero poco a poco hay que tratar de salir porque si no nos vamos a poner mal y es más difícil vivir todo el tiempo deprimido. 

En este momento, estoy en el living y contemplo una rosa hermosa a través de la ventana. Una rosa hermosa que ha salido con todo su esplendor. A pesar del tiempo y tantas cosas, ella salió y está bellísima".

Formas de la madurez

Charles Talleyrand, un político tránsfuga francés del siglo 18, dijo una frase -acaso para validar su propio estilo de vida- que cabe considerar al margen de cómo alguien se lleve con los vaivenes ideológicos: "Maduramos si aprendemos a esperar lo inesperado".

El deporte es un blanco lienzo donde se pinta clarísimo esta idea. Muchos equipos que se acostumbran a ganar sin esperarla, cuando son alcanzados por la derrota suelen reaccionar con violencia.
Más allá de las actividades deportivas, estas palabras de Matilde Maffrand, alumna del Programa Educativo de Adultos Mayores de la Universidad Nacional de Río Cuarto:
-¿Cómo te das cuenta de que algo ha madurado? Si vamos a la palabra, lo que se conoce como maduración es el proceso mediante el cual cualquier ser vivo crece y se desarrolla hasta el punto de máxima plenitud.
Afirma.Matilde que "la maduración es un proceso, no sucede de un momento a otro sino que se da a partir del desencadenamiento de determinados hechos y elementos. Me pregunto: ¿es una adquisición de buen juicio, consecuencia de la edad? En este proceso de transformación que ocurre en algunos alimentos, estos se tornan más sabrosos al paladar". 
"¿Será que a una cierta edad se empieza a respirar con más calma y comenzamos a soñar con otras cosas que lleven a nuestros tiempos? ¿Será que la vida misma es así con las risas y las buenas compañías?", se interroga y considera que la maduración "tal vez es esto de que la soledad también se disfruta".
El cierra liga preguntas e imágenes: "¿Será que la vida va pasando y las piezas se siguen acomodando a un ritmo que podemos ordenar? Un sillón, una manta y una copa de vino. ¿Será que nos torna menos ambiciosos y más humanos, sin tanto apuro? ¿Será eso madurar?".

28/5/21

Lugar soñado

Por Susana Carbonari, estudiante del PEAM

Con mi esposo habíamos comprado una linda campiña a la que se llegaba por un sendero lleno de flores muy bellas. Todo el lugar era maravilloso. Habíamos cuidado cada detalle. Todo era exquisito. 
La casa estaba rodeada de pinos y tenía una pileta de natación. Nos costó mucho hacerla y disfrutarla, pero ahora lo hacíamos. Habíamos llegado con Luciano a pasar unos días. Él se adelantaría y yo iría después porque tenía trabajo.
Al llegar, me extrañó que la llave estuviera puesta. El sol rodeaba todo el recinto. Me asombró que hubiera un termo en la mesa de la cocina y una flor en el florero. El televisor estaba cambiado de lugar. A esta altura empecé a dudar.
En el suelo encontré una camisa. En una mesa chica había unos lentes y una revista. 
Siguió caminando Elisa por su casa. Encontró un poco de agua derramada en el piso. Siguió hacia el dormitorio. En la alfombra, ¿qué encontró? A su esposo con su mejor amiga, Cristina. En un arranque de furia, tomó un adorno y se los tiró a ambos.
No les alcanzó a hacer nada. Ella fue la más dañada. Se retiró de la casa y nunca volvió.

Cuento improvisado por la alumna con la consigna de incluir en el siguiente orden estas palabras: llave, sol, termo, flor, televisor, camisa, lentes, revista, agua, alfombra, adorno.

26/5/21

Calma

Por Matilde Maffrand, estudiante del PEAM


Un verso puede nacer del encuentro entre una piedra y un fulgor de otoño

O del encuentro entre la lluvia y un barco

Y de otros encuentros que nadie sabría predecir


Tu recuerdo es de sol

 de agua fresca

 de estanque en calma

 de alfombras de hojas secas de otoño

 de adornos florales en tu pelo

de llaves que abren candados rotos

de revistas en blanco y negro…

apaga el televisor y ponte tus lentes

caminemos


Encendido recuerdo 

Por Elena Moscone, alumna del PEAM

Hoy te doy la llave mágica para que el sol abrasante de este luminoso día caliente el termo en el que traje café para que disfrutemos como esta extraña y bella flor. No habrá televisor encendido hoy. Solo luzco una camisa hawaiana y mis lentes espejados dejando la revista tirada al lado del agua. 

En aquella alfombra parecíamos estatuas vivientes como adorno estampado en el piso.


Objetos necesarios

Por Patricia Murphy, alumna del PEAM

Entro a casa después de un día agobiante de trabajo. Me alegra ver el hermoso adorno que se luce arriba de la alfombra. El agua fluye serena de la imagen de la fuente dando tranquilidad.

El correo me trajo la revista de ofertas de la tarjeta. Busco mis incondicionales amigos, los lentes, para poder hojearla. 

La camisa está dándome calor. De paso al dormitorio, prendo el televisor y llegando a él veo desde el ventanal una hermosa flor que caprichosamente salió de unas matas rebeldes.

Más cómoda, caliento agua para el termo y, sentándome al sol otoñal para matear, recién ahí me doy cuenta de que no sé dónde están las llaves del auto.

Ramillete de palabras

Estamos rodeados de cosas que, no obstante su obviedad, nos pasan desapercibidas. Lejos de ahí, Lidia Olmedo redacta una historia breve con elementos de esa naturaleza, siguiendo este orden de aparición: adorno, alfombra, agua, revista, lentes, camisa, televisor, flor, termo, sol y llave.
-En estos días estuve pensando comprar un adorno para mi habitación y se me ocurrió una alfombra. Antes de salir tomé un poco de agua. 
De paso, compré una revista para leer con mis lentes. Cuando regresé, me saqué la camisa y me puse a ver la tele. 
De pronto, veo una flor dibujada en el termo; con los rayos de sol parecía natural. Por último, saqué las llaves de mi bolsillo y las dejé sobre la mesa.

25/5/21

 Cancelar: ¿para qué?

Matías López, querible profesor de Lengua, escribió respecto de la cultura de la cancelación, que censura totalmente a personajes por sus malas acciones. Con esta lógica, habría que prohibir la lectura -ni hablar de la admiración a su obra- de Oscar Wilde. O dejar de escuchar al Indio Solari por las muertes en sus recitales. Y cuidado con atreverse a admitir las virtudes musicales de Michael Jackson.

Hoy cumple 68 años Daniel Passarella. Todos, especialmente hinchas de River, están invitados a pensar cómo se lo valora. Fue campeón como jugador millonario de los torneos de primera en 1975, 1977, 1979 y de los nacionales 1975, 1979, 1980 y 1981. Como entrenador se coronó en el certamen de la temporada '89/90, el Apertura de 1991 y el de 1993.

Como presidente, Passarella terminó de chocar el Titanic que tan sabiamente había guiado rumbo al iceberg José María Aguilar. Logró lo inédito e impensado: mandar a River a la B. Fue un error de magnitud planetaria, una mancha lesiva para el orgullo millonario. 

Ahora bien, ¿es justo que a causa de tamaño desatino se deje de lado su invalorable aporte como defensor goleador y eximio cabeceador?

Acaso sí. Domingo Corigliano fue uno de los gestores de la llegada de Diego Maradona a Boca en 1981. Prometió pagos con una pericia que superó ampliamente la capacidad financiera del club; supo vender espejitos. Pero es harto difícil que se le reconozca mérito en ello. Fue el mismo hombre que le prestó pesos al club, tal lo testimonia el sitio Imborrablebocamblogspot.com, y se hizo documentar la deuda en dólares. Bonito benefactor. Y bajo su presidencia de menos de un año, en 1984, el xeneize bordeó la quiebra y, por deudas impagas durante tres años y medio por el pase del uruguayo Ariel Krasouski, el club Wanderers solicitó el remate de la Bombonera.

Planteado el tema, bienvenidas las preguntas: cancelar, en tanto clausurar la referencia a alguien, ¿es una forma de ajusticiarlo o, en el caso de personajes como Corigliano, una manera de hacerle un favor?

Y respecto de gente como Passarella, de tan disímiles roles en River, ¿hay que condenar sin más o, en todo caso, reconocer atenuantes por grandezas de las que fue parte?

 Perspectiva

Cuadro, plan, almohadón, rama, lápiz, correo, carpeta, jarro, lata, perfume, castillo. Estas once palabras salen a escena. Emilio López, alumno del PEAM, las organiza de este modo:

-Al remodelar mi habitación tengo un cuadro y un plan de pasar el sillón donde está el almohadón al lado de la ventana en la que hay una rama. Voy a diseñar con un lápiz una casilla de correo para guardar las carpetas. Tengo un jarro de lata que está cerca de un frasco de perfume a la par de la ventana desde donde miro todas las mañanas el castillo de Burgos.

Regreso a casa

Ana Chevarría, alumna del PEAM, acepta elaborar un relato con las siguientes palabras en este orden: llave, sol, termo, flor, televisor, camisa, lentes, revista, agua, alfombra y adorno.

-Llegando a casa, tomé la llave de una cartera luego de disfrutar un día de sol. El termo estaba vacío de regreso de haber compartido con una amiga. Traje una flor del parque donde estuvimos. Al entrar, el televisor listo para encender. Me quité la camisa ya medio arrugada, me coloqué los lentes para leer una revista y sin querer un vaso de agua cayó sobre la alfombra junto a un hermoso adorno. La verdad, fue por estar distraída. 

24/5/21

Espinoso tema

Cuando éramos chicos, nuestros padres nos han dedicado sus cuidados, atención. Se han desvivido por nosotros cuando estábamos enfermos. Nos han mandado al colegio, han hecho muchos sacrificios.

Pero llegado el tiempo en que ellos son mayores, todos se olvidan de esa etapa que han vivido y empiezan "¿qué te parece si lo mandamos a un geriátrico? Va a estar mejor, porque yo no lo puedo tener", dice un hijo. "Yo tampoco", dice otro. Así se echan la pelota unos a otros y llevan a la pobre señora o señor al geriátrico. Y ellos no van a durar mucho tiempo porque los sacan del ámbito de su casa, de su vida, de su familia y tiene que vivir otra vida totalmente distinta. Muchos son los que al poquito tiempo parten.

Hay muy pocas personas que se ocupan de sus padres o madres y hacen todo lo posible para que estén bien en su casa. Es muy difícil porque la persona mayor necesita muchos más cuidados, como cuando eran chicos.

Gracias a Dios, mi mamá está en su casa, cuidada por nosotros y por unas chicas ya que a veces no podemos ir. Ella una vez me miró y me dijo: "Menos mal que a mí no me llevaron a un geriátrico". A mí me partió el alma porque si la hubiéramos llevado no habría vivido mucho tiempo. Ella vivió toda su vida en su casa, con sus cosas, sus plantas. Son situaciones difíciles para todos, pero creo que con un poquito de voluntad se pueden conciliar las situaciones y que la persona no vaya a parar a un geriátrico. 

No digo que sea malo porque los hay buenos, pero para ellos es como estar en otro mundo. Ojalá no existieran los geriátricos y se pudiera cuidar a las personas mayores; gente que se ocupe de ellas. Tratar de no hacerle más terrible los últimos días.

21/5/21

Ripio que aísla

"¿Por qué nos cuesta hablar con el otro?", se pregunta Patricia Murphy. Señala que "se hace dificultoso cuando nuestro interlocutor cree que sabe todas las respuestas. Muchas veces nos enfrascamos en discusiones a veces estériles, con mesura al principio y terminando con tono elevado casi a los gritos sin escuchar ni ser escuchados".
Advierte Patricia que "está en nuestro ADN, en nuestra educación, creernos dueños de la verdad absoluta". Añade que "cuesta hablar con el otro" en tanto haya discrepancias y "muchas veces nos pasa con nuestros hijos, maridos, esposas u otros seres humanos con los que nos encontramos". Aclara esta alumna del Programa Educativo de Adultos Mayores que "no está mal tener diferentes opiniones" y apunta que "se hace más complicado en la actualidad conversar sin chocar".
Cree Patricia que "el avance de la tecnología nos hace más dependientes de los aparatos y menos de las personas".
"¿Por qué nos cuesta hablar con las personas? Porque estamos perdiendo esa capacidad de comunicación verbal, de mirarnos a los ojos, ver nuestras expresiones, nuestras reacciones. Los adultos mayores somos de la época en que los retos y la mirada de la mamá nos ponían en alerta de una reprimenda.  Nos gusta una charla con café o mate", afirma. Lamenta que "los medios de comunicación nos han alejado de eso, enseñan que para ser escuchados debemos elevar la voz, insultar si cabe, menospreciar al interlocutor.
¿Por qué cuesta hablar con el otro? Porque perdimos el arte de escuchar, de entender, de comprender que el otro también tiene derecho a ser escuchado, entendido, comprendido".

20/5/21

Escenarios vitales

"Para hablar de una persona hay que conocerla", expresa Lidia Olmedo. Considera que antes de decir si es buena o no conviene contemplar "si es educada, solidaria, trabajadora, honesta, de buen carácter".
A cuento de valores, piensa en la tolerancia y la ejemplifica así: "Dos personas discuten de un tema sin ponerse de acuerdo, pero una termina dándole la razón al otro para evitar una situación desagradable. Es una forma de demostrar respeto y no llegar a los extremos".
Otro principio es la fortaleza o "capacidad moral para sobrellevar sufrimientos o penalidades". Un ejemplo que propone Lidia es el de "una mujer que queda sola, con hijos pequeños a los que hay que alimentar, vestir, llevar al colegio. Es de imaginar que tiene que pasar por muchas cosas, ni qué pensar cuando se enferman".
El colofón es "la perseverancia", que para esta entusiasta lectora y tallerista del PEAM entraña "constancia en la manera de ser u obrar". Apunta Lidia que "a veces empezamos una tarea que nos da mucho trabajo y la dejamos a medio hacer. Pero a todo lo que uno se proponga le tiene que dedicar tiempo y perseverar. Se puede aplicar al estudio, al trabajo, a la superación de algunas adicciones como al cigarrillo, al alcohol, al juego. Es cuestión de proponérselo y no perder la fe. Hay cosas que parecen imposibles y exigen que uno ponga todo de sí para hacer cierto aquello de 'persevera y triunfarás".

Permiso, unas palabras

Elena Moscone aborda la cuestión de la permisividad desde hermosas metáforas. Trae reflexiones de Miguel de Unamuno, quien ayuda a pensar diciendo que "la libertad consiste en dejar crecer una planta, no ponerle guías ni obstáculos, ni podarla, obligándola a que tome esta u otra forma". Es permitirle "que arroje por sí y sin coacción alguna sus brotes, sus hojas y sus flores. Y la libertad no está en el follaje sino en las raíces. De nada sirve dejarle al árbol libre la copa y abiertos de par en par los caminos al cielo si sus raíces se encuentran, a poco de crecer, con dura roca impenetrable, seca y árida y con tierra de muerte".
"Es decir -agrega Elena siguiendo al filósofo- que debemos descubrir aquello que hace verdaderamente progresar al hombre de modo que su proyecto como persona sea lo más rico posible. El uso adecuado de la libertad y la voluntad son las velas decisivas, los soportes que empujan la navegación de cada uno hacia buen puerto".
De lleno en el tema la alumna del Programa Educativo de Adultos Mayores cita a Enrique Rojas, quien considera que la permisividad "significa que no debe haber prohibiciones ni territorios vedados, ni impedimentos que frenen la realización personal ya que todo depende del criterio subjetivo de cada uno, por eso nada es bueno ni malo. La permisividad se sustenta sobre una tolerancia absoluta, dando casi todo por válido y lícito con tal de que a esa instancia subjetiva le parezca bien.
La época moderna está marcada por una desustancialización ya que la mayor parte de lo que hay a nuestro alrededor está rebajada, diluida, cada vez con menos contenidos, y se va impregnando con la lógica del vacío".
Se pregunta Elena junto a Rojas "por qué tiene un trasfondo nihilista el hombre permisivo". La respuesta es que "un hombre permisivo, hedonista, consumista y relativista no tiene referentes ni punto de apoyo y acaba sin saber adónde va. Envilecido, rebajado, cosificado, convertido en un objeto que va y viene, es veleta en vez de brújula".
Agrega Elena que "la educación en la permisividad lleva a que el individuo crezca sin raíz sólida". Siente que "la permisividad que recorre nuestros días puede llevar a la destrucción de la familia y la sociedad, dando por válida cualquier alternativa de conducta llena de contradicciones. 
Hemos pasado de una civilización de la cultura y del amor, construida sobre tantos avances científicos, a la civilización de la destrucción. Por eso me parece -concluye- que la permisividad tiene más que ver con lo malo que con lo bueno para la persona".

19/5/21

Frondoso recorrido

En la ruta del conocimiento, Carlos López es un viajero incansable. Este alumno del Programa Educativo de Adultos Mayores siempre encuentra una nuevo lugar para visitar. Esta es una síntesis de su experiencia como entusiasta y perpetuo aprendiz: 
-A veces lo logro y otras no, pero no importa, no lo abandono, lo sigo intentando y qué te cuento: cuando en el autoexamen salgo vencedor (las menos de las veces), es la felicidad, solo comparable a cuando alguien, compañero, amigo, familiar, etc. acude a mí y solicita mi ayuda y más todavía si logro hacerlo.
Aclaro que no es fanfarronería ni soberbia, considero que lo mejor que puede ocurrirte es que los conocimientos que hayas adquirido, sirvan a los demás, de lo contrario ha sido solo un esfuerzo egoísta y, lo peor, inútil.
El consejo, que por mi humilde experiencia puedo dar a un joven confundido, es que no dejen de leer, de aprender, pues como dice el viejo refrán “el saber no ocupa lugar”. No todos van terminar siendo grandes exponentes del ramo que elijan, pues no solo basta el empeño, la palabra final la da… la suerte, que en ocasiones es muy esquiva pero peor es entregarse sin presentar batalla.
Yo pienso qué feo y pobre de espíritu debe sentirse un ser humano que supongamos, en una reunión, con charlas diversas con las muchas personas atinadas o no que emiten opiniones y uno piensa “a qué vine, qué aburrido es esto, no entendí nada y por ello, lo único que hice fue tratar de disimular los bostezos”. Ahora bien, yo me pregunto: ¿te aburriste simplemente o fue porque de los temas que se hablaban no entendías nada y, lo peor, no tenías ni la más somera y remota idea de qué se trataba. Conclusión… era lógica que fuera la peor de las situaciones y, para colmo de males, que en ese momento a alguien se le ocurriera la brillante idea, por educación y tratar de introducirte en el grupo del cual pareces aislado e incómodo, de mirarte fijamente y decirte “mi amigo, usted no ha dicho nada, ni una palabra, ¿qué opinión le merece este tema?”. Ahí quedás desarmado y demostrás tu total ignorancia.
Dejo las conclusiones para que cada uno elucubre para qué puede servir o directamente sirve el saber o conocer algo, tal vez simplemente para decir alguna vez leí en un libro o tal vez escuché a alguien hablar sobre ello.

Camino a recorrer

Emilio López registra el dicho "el saber no ocupa lugar" y señala que "aprender cosas nuevas aumenta nuestra cultura en los procesos de aprendizaje". Para este alumno del Programa Educativo de Adultos Mayores, acometer desafíos pedagógicos es bueno porque "se activan las neuronas". Considera que "el conocimiento nos hace crecer en la vida cotidiana" y se puede aplicar para "la enseñanza a otras personas".
Sabe este estudiante que "estamos inmersos en una sociedad globalizada en la que ya no basta solo con saber leer y escribir. La sociedad exige manejo de tecnología digital como una computadora, un celular, un cajero automático".
Entiende Emilio que prepararse educativamente abre "un abanico de posibilidades" del orden de "tener un buen trabajo, formación profesional como abogado, médico, ingeniero, arquitecto, profesor, etc. En conclusión, debemos estudiar para ser un agente de cambio social, como decía Nelson Mandela".
Añade Emilio que "estudiar una carrera no es solo prepararse para el futuro; enriquece nuestras vidas". Está convencido de que "el saber sí ocupa lugar" y lo asocia a una casa sita en bulevar Almafuerte y Vicente López: "Los adultos mayores tenemos la posibilidad de seguir estudiando en el PEAM".

18/5/21

 A flor de piel


Por Susana Carbonari, alumna del Programa Educativo de Adultos Mayores

Le tuve miedo a la pandemia, terror. Fue algo que nos arrasó con todo. Escuchábamos muertes por doquier en Europa, Estados Unidos, Centroamérica, India, China, Japón.
El miedo que uno tenía de enfermarse o de que les pasara a familiares, todos los que a uno lo rodean, por ese monstruo que se apodera de todos y deja tanta muerte. Fue terrible pero tuvimos que convivir con eso, no nos quedó otro remedio desde el año pasado.
También decíamos 'con las vacunas va a ser mejor', pero sigue habiendo casos de Covid.
Fue como un maremoto que no nos dejaba crecer, existir. 
Actualmente, escuchamos unos casos, otros, y como estamos acostumbrados no nos parece tan difícil como antes, pero al principio fue horrible, era algo nuevo y no sabíamos a qué atenernos. Nos agarró desprevenidos y quedaron en el camino tantas personas queridas.
Esperemos que esto se vaya atenuando porque si no va a ser muy difícil para todos.

Sosiego

"Los lobos marinos descansan al sol mientras las olas golpean la piedra". Patricia Murphy, alumna del PEAM, ve y suspira: "Cuánta paz, cuánta tranquilidad para poner muchas veces nuestros pensamientos en orden", para saber "qué actitud tenemos que tomar frente a lo hermoso que es descubrir la naturaleza. Bosques, lagos, montañas, plantas... diversidad de paisajes para embellecer nuestros ojos, llenar de aire nuestros pulmones sabiendo que toda esa belleza nos la da la naturaleza. Y aparecemos los seres humanos inteligentes -o eso creemos-, estudiosos -o eso creemos-, sensibles -o eso creemos-, para destruir desde miles de años lo que ella nos ofreció sin pedir nada a cambio".  

Recursos

Ana Chevarría invita a la difícil tarea de cultivar la "paciencia, no alterar el orden de las cosas" y a "ser precisos para lograr nuestro objetivo". Con reminiscencias de su profunda fe, la alumna del Programa Educativo de Adultos Mayores señala que "entre viento y marea se puede caminar sobre el agua".
Respecto de la disciplina, Ana plantea su provecho. Asume que es menester ya sea "para el trabajo o la salud" e ilustra una de sus cartas de presentación: "En la vida, si me caigo una vez me levanto cien", consciente de que "no todos los seres de esta tierra pueden lograrlo".
Recuerda sus tiempos de estudiante de primaria, cuando nos enseñaban a "escribir de una a cien veces algo que no hacíamos bien" y aporta otro eje de la acción humana, "la responsabilidad, el empeño por hacer la tarea bien y tratar sin cesar", creyendo que "si hoy salió mal o regular, mañana será mejor".

17/5/21

 Riqueza natural

"En la obra literaria, el lector y el autor participan de un juego de imaginación", piensa Matilde Maffrand. Acota que "es tarea del autor transmitir ideas y sentimientos en esa elección comunicativa que es leer y escribir, que en definitiva es representar conceptos mediante letras y otros signos convencionales. Nos comunicamos mediante gestos, colores, señales, sonidos, imágenes". "A diario creamos mensajes, pero no nos detenemos a analizar cómo lo hacemos ni por qué", repara esta alumna del PEAM. 
"Palabras, muchas palabras; silencios, muchos silencios. Parte del ir y venir que se transmite a través de las obras de arte. Un pintor no está realizado si no alguien que lo reconoce; un escritor, sin alguien que lo lee. Eso es comunicación".
Concluye Matilde esta presentación proponiendo pasar del mero intercambio de mensajes al diálogo. Advierte que "a veces se unen dos monólogos" sin que se logre "eso tan enriquecedor que es escuchar al otro".

 Aquí vive un héroe

"En la cultura occidental, la familia compuesta por padre, madre e hijos ha sido el pilar de la sociedad desde que se estableció como eje antropológico. El modelo elevado de hombre se alcanza al educar las virtudes y sus facultades superiores".
Matilde Maffrand continúa planteando que "el hombre virtuoso deberá sobreponerse a sus instintos y alcanzar las hazañas necesarias para pasar a la memoria de su pueblo, es decir, alcanzar la gloria". Quien lo consigue es "un héroe", que a criterio de esta alumna del Programa Educativo de Adultos Mayores es alguien entre cuyos valores están la perseverancia, el entusiasmo y la fortaleza.
"En la mitología y el folkore, los héroes son personajes con rasgos clave -como la solidaridad y la justicia social- muy valorados. Resaltan y son dignos de respeto. Mueren, o no, de una manera gloriosa y sirven de ejemplo al género humano".
Repasa Matilde que "una persona se transforma en héroe cuando realiza una hazaña extraordinaria digna de elogio para la cultura del lugar. Algunos de ellos son ligados a las hzañas bélicas: San Martín, Bolívar, Mao". Agrega en la lista a "Tupac Amaru, líder que defendió al Perú, y Lautaro, que vivió con sus enemigos seis años aprendiendo sus tácticas hasta convertirse en un experto militar. A él se le atribuye la frase 'volveré y seré millones".
"¿Los héroes y los superhéroes inspiran a la sociedad?", se pregunta Matilde y repara en "los padres, héroes sin capa, ni poderes sobrenaturales, héroes a la intemperie, héroes contra la bancarrota. Los padres, los nuevos héroes del siglo 21".

 Torrente de trabajo

Perseverancia, entusiasmo, fortaleza. Un trío como para librar batallas, edificar aprendizajes y elaborar buenas situaciones. Carmen Rodríguez reconoce estas virtudes en su hogar: "Mi esposo trabajó mucho en la vida. Para él era cuestión de luchar para salir adelante; día tras día, apenas si se detenía a descansar". La alumna del Programa Educativo de Adultos Mayores rinde homenaje a ese hombre que tuvo visión de futuro y compró la casa, "que fue arreglando de a poco", a medida que se podía. 'Vamos a hacerla para que los chicos tengan un techo. Dios nos tiene que ayudar', decía. Cada viaje, llamaba al albañil para hacer lo que se pudiera 'porque se vienen épocas difíciles". Otra de las expresiones de Roberto, que con tesón fue al frente laboral cotidianamente, era: 'Dios me da fuerza en las piernas y buena vista para manejar el camión. Aparte, me da placer trabajar. Soy un bendecido por la Virgen y Jesús'.
Pasaron los años y el legado lo han tomado "Franco y Sebastián, que siguen los pasos del padre. Se ponen con garra a trabajar con un esfuerzo y un amor inmensos".
 

14/5/21

Perspectiva

¿Quién no ha sentido miedo? ¿Y qué ha hecho con él? Lidia Olmedo extrae de sus lecturas y otras vivencias que "el miedo es un sentimiento de baja vibración relacionado con sentimientos negativos. Superarlo es valioso para fomentar el desarrollo y la evolución". Agrega esta alumna del Programa Educativo de Adultos Mayores que "por lo general, tememos a lo desconocido pero también hay cosas que uno imagina". Enhorabuena, "nuestra mente sueña cosas lindas también; no todo es malo en la vida".

Para Lidia, "muchas veces el miedo te domina y pensamos en todo lo que nos puede hacer daño. Hay que poner mucha voluntad para tratar de borrar los malos pensamientos, si no nunca podríamos dominar al miedo. No es fácil pensar siempre en positivo y si no nos resulta posible por nosotros mismos conviene recurrir a un especialista para que nos dé contención".

Cierra su aporte con una expresión que arraiga en Nelson Mandela, circula por la web con algunas variaciones y se puede sintetizar así: "Aprendí que el coraje no es la ausencia del miedo sino el triunfo sobre él. El valiente no es aquél que no tiene miedo sino el que lo vence".

11/5/21

 Confín

"Un lugar de Ushuaia, un espacio en el mapa al que llaman el fin del mundo", dice Lidia Olmedo al contemplar este sector "favorecido por la naturaleza. Su suelo es rocoso y tiene montañas de distintas alturas que se pueden ver con nieve".

"Si observamos detenidamente -continúa la alumna del PEAM- podemos apreciar verdosos árboles. Hay rocas de diferentes colores y tamaño y el mar las golpea como si jugara con ellas. Al fondo se divisan enormes montañas de la cordillera y en el cielo, aves".

 Remanso

"Este lago me hace acordar a otros del Sur argentino, como el Nahuel Huapi, por su inmensidad, las cristalinas aguas y  sus costas rodeadas por barrancos de piedra y hierbas naturales". Emilio López goza con el recuerdo de los "pinos silvestres y las montañas nevadas que le dan un color mágico al paisaje". A este alumno del Programa Educativo de Adultos Mayores también lo "impactó el Traful, donde se mezclan el valle con el reflejo del lago. Da sensación de tranquilidad por sus aguas serenas y sus lindas playas con arena y pedregullo. Te da fortaleza la vista de ese bello lugar".

Apunta Emilio que "generalmente no sabemos codificar lo que estamos viendo. Si sacamos una foto, no refleja nuestra sensación. A veces, basta con sentarse a contemplar durante un buen rato para cargarse de energía e inspirarse para escribir un tema musical o escribir un libro, como Pablo Neruda".

10/5/21

 Geografía sureña

"Esta foto representa uno de los paisajes preferidos ya que la naturaleza ahí reúne la agresividad de la montaña y del agua", expresa Carlos López. "Evidentemente, se trata de un lugar ventoso pues la espuma sobre las olas lo indica como la costa erosionada, lugar que puede llegar a ser peligroso para los deportes náuticos".
El alumno del Programa Educativo de Adultos Mayores agrega que "puede ser un dique o un lago en medio de la montaña. Me inclino a decir que pertenece a un lago natural, no parece ser una laguna de inundaciones".
Su observación suma datos, opiniones y razonamientos: "Puede ser un paisaje andino y entonces muy frío. Para mi gusto personal, el lugar ideal para contemplar la cruda naturaleza. La falta de forestación es índice de fuertes vientos y no se ve salinidad. Puedo casi asegurar que es el lugar ideal para visitar, pescar y conocer con ciertos recaudos, no así para residir. En la poca y lejana costa no se ven viviendas".

Portento

Por Elena Moscone, alumna del PEAM

Ushuaia, el fin del mundo, donde las olas se enardecen arrasadas por el constante viento. Como león embravecido, el mar cruje demostrando su poderío, abarcando toda nuestra vista, conteniendo nuestra respiración. ¿Quién pudiera remar esos océanos violentos, quién desafiaría a tal naturaleza?

Inmensidad

Por Matilde Maffrand, estudiante del PEAM

M
ar, montañas eternas, comienzo de invierno, picos imponentes, troncos cortados. Una vista única e irrepetible desde mi ventana de grandes cristales que observo una y otra vez. Me gusta, me atrapa la visión de inmensidad. Se mece la barca que habito, avanza dejando atrás las imágenes que como un deja vu se graban unas sobre otra. ¿Es un mundo real o imaginario?
La Patagonia, territorio bello.
Cuando pienso cómo comenzó a poblarse y encuentro que se suele aceptar la idea de que la presencia humana está en esa zona al menos desde 10 mil años antes de Cristo; cuando recuerdo la creencia de que en ese territorio inhóspito existió una ciudad española de ubicación desconocida denominada la ciudad de los Césares; cuando recuerdo que Charles Darwin recorrió las costas, estepas y montes, colectó fósiles, observó y estudió hongos, bosques y plantas marinas y forjó su teoría de la evolución de las especies, pienso "aquí está": la travesía avanza y quedan las imágenes grabadas a fuego.

En esa casa

Por Susana Carbonari, alumna del PEAM

Alina y Román eran una parejita de novios que habían decidido pasar unos días en un lugar de ensueño porque sus padres siempre les molestaban, los tenían vigilados, etc. Decidieron ir a esa pequeña cabaña muy linda que tenía como fondo el mar, allí pasarían días hermosos y vivirían su amor sin ningún tipo de tapujos. Se querían muchísimo, hacía más o menos seis años que estaban de novios y querían tener su privacidad.

El lugar estaba muy bien ambientado y tenía todas las comodidades. 

Disfrutaron.

Desayunar, comer, todo lo que los padres les decían "tenés que hacer esto, lo otro", lo hicieron pero sin escuchar sus voces. Se amaron como nunca.

Román estudiaba Filosofía y Alina, Veterinaria. Eran muy esmerados y les atraía mucho el estudio. Los dos habían llevado apuntes, de modo que en algunos momentos podían leerlos.

Lejos de todo, lo pasaron mucho mejor, más distendidos, relajados, con un paisaje que se las traía.

Pureza

Ana Chevarría contempla la foto del más sureño de nuestros mares, donde la cordillera parece una serranía nevada, y la asocia a "los avatares de nuestra vida. Pasamos de las cosas más oscuras a lo claro. Hay momentos que son difíciles de transitar, luego viene el remolino del agua del mar y lo podemos sortear. A veces no nos damos cuenta -prosigue esta alumna del PEAM- de cuánto tenemos a nuestro alrededor, frente a nuestros ojos".

Para Ana, la imagen le da "sensación de paz, tranquilidad" y la lleva a evocar la frase franciscana según la cual "dando siempre se recibe". Afirma que "deslizándonos hacia el paisaje podemos estar en sosiego, entretenernos mirando lo bello que existe. A veces, todo parece pesar, pesar, por eso es bueno fijarnos en esto y sentir que todo pasa, todo sale, tenemos mucho por vivir".

5/5/21

Pasado querido

"La calle que más recuerdo y quiero en Río Cuarto es la calle Alvear", elige Elena Moscone. Es que allí nació y disfrutó de "una infancia maravillosa". En la esquina con Dean Funes estaba, como ahora, "la famosa placita de Tribunales, con el monumento a la Virgen y una fuente que ya no tenía peces". Allí, junto a "muchísimos otros niños del barrio", se divertía con "la mancha, las escondidas y muchos otros juegos con los que pasábamos tardes enteras".

"Transcurridos los años, ya casada, volví -oh, casualidad- a una cuadra de donde había nacido. En el museo, los hijos de la alumna del PEAM crecieron y degustaron de "entretenidas tardes". Lo propio vivieron en la calle Constitución, en la "plaza central, en cuyo centro nos reuníamos. Mis hijos eran chicos" y los llevaba a la calesita o a pasear por sus senderos.
"Volvería a vivir siempre en la calle Alvear", rubrica con afecto y gratitud.

Bulevar, Banda Norte y vuelta

Por Emilio López, alumno del PEAM

Disfruto de una caminata. Salgo por el bulevar Roca, que nace con la llegada del ferrocarril nacional Andino entre 1873 y 1875, cuando el municipio de la Villa emprende la apertura de calles. Sus siete cuadras se extienden de la estación hasta Lamadrid, nombre de un general guerrero que se desempeñó en la causa por la independencia argentina.
Por Vélez Sarsfield al oeste, a 400 metros está la plaza Roca, que se llamaba Villa de la Concepción. La Villa... en 1786 cuenta con 49 manzanas y mil habitantes. Es un descampado, defensa contra los malones que la azotan. En 1881 se le cambia el nombre y se la denomina Julio Argentino Roca, militar de la conocida como Campaña del Desierto y dos veces presidente de la Nación.
Sigo, cruzo el puente carretero y llego a la avenida doctor Marcelo Torcuato de Alvear, quien preside la Argentina de 1922 a 1928. De esa avenida se abren varias calles laterales en Banda Norte, amplio sector con más de 40 mil residentes que se ha desarrollado con ímpetu y espíritu de progreso. Me detengo en Fray Quírico Porreca, quien desde muy niño siente vocación religiosa y a los 15 años viste los hábitos como novicio. En 1867, a los 24 años, arriba a la Villa de la Concepción. Junto con fray Donatti atiende a las víctimas del cólera que azota a la ciudad, funda el Hospital de Caridad, la Tercera orden franciscana y en 1879 el colegio y la iglesia Nuestra Señora del Carmen. Trabaja para la construcción del templo de San Francisco y muere en 1896.
Vuelvo por el puente Juan Filloy, homenaje a quien nace en Córdoba en 1894, se gradúa de Abogacía en 1920 y se radica en Río Cuarto, donde es juez, periodista en el diario El Pueblo, escribe libros, integra la federación de boxeo, funda el Golf Club y el Museo de Bellas Artes. Fallece el 15 de junio de 2000 y se transforma en el hombre de los tres siglos.

Memoria y justicia

"Ingeniero Dinkeldein es la calle donde vive mi mamá, en la que nací y jugué cuando era chica. Fue asfaltada al poco tiempo de que me vine a Banda Norte", cuenta Susana Carbonari. 

Su evocación honra al "propulsor de la obra más revolucionaria de la época en Río Cuarto, agua corriente e iluminación a gas". Fue gracias a ese alemán nacido el "13 de enero de 1844" que "una vez graduado viene a la Argentina y sus allegados le señalan Río Cuarto" como destino en la década de 1880.
"Dinkeldein -prosigue Susana- constituyó la empresa de Gas y Agua Corriente". Entre cuentas que ni siquiera cierran con el aporte de "sus propios bienes" y "la tensa relación con el municipio, el representante de la compañía se reúne con los miembros del concejo y pone fin al contrato. Las conexiones de gas funcionan hasta 1898 y las de agua corriente, hasta 1931 con las obras de la nación. 
Dinkeldein fallece el 21 de julio de 1899".
La alumna del Programa Educativo de Adultos Mayores rescata de sus lecturas que "en 1928 el concejal Florencio Arrázola, en la intencia de Vicente Mójica, promueve que una calle de Río Cuarto lleve su nombre en su honor". Pondera Susana que "la obra iniciada por Dinkeldein no ha sido en vano. Se le debe reconocer el progreso que significó para la ciudad, un indudable adelanto que apenas pudo ser disfrutado por él, que fue olvidado como muchas personas de bien".
Vueltas de la política, con el tiempo se lo empezó a apreciar como corresponde. De hecho, Susana recuerda que "de chica pasaba por el tanque y me decían que el ingeniero Dinkeldein lo había hecho".
Buenos Aires es otra calle cara a las vivencias de Susana: "Allí vivían mi abuela y tíos y nos encontrábamos a jugar al carnaval con chicas, chicos y algunos grandes que se atrevían. Hoy está totalmente asfaltada, es una calle espaciosa, linda y llena de árboles".
Para el final, "el pasaje Soco Soco, que algunos dicen que es un término de los ranqueles que significa 'río hermoso, río bonito'. Es estrecho, como todos los pasajes, pero para mí es muy bonito", lo valora quien allí reside hace más de cuarenta años.

4/5/21

 Asomarse al pasado

"Salvo muy raras y honrosas excepciones, más que un homenaje, ciertos nombres de calles o localidades son una vergüenza nacional". Carlos López plantea la queja y amplía:  "Si miramos el proceder de algunos personajes, su moralidad, accionar, el doble discurso, etc. desluce, empaña, desdibuja y hasta borra lo que pudieron ser los aciertos, que por supuesto se supone que debe de haber sido lo normal, lo correcto, que en los casos de los hombres públicos debe ser la constante". 
Este alumno del Programa Educativo de Adultos Mayores, entusiasta participante de talleres de Historia, aclara que no acepta que se diga  “eran otros tiempos” o “así se vivía en esos tiempos”. 
"Jamás está en mí justificar una muerte y menos aplaudir alguien que se enorgullezca de haberla causado esgrimiendo cualquier argumento que sea. Es una muerte y punto. Para escudarla sobran palabras, escritos, etc", agrega. 
Dicho esto, su tributo a quienes sí se han ganado el derecho de guiar a quienes caminan por la ciudad.
-La calle número 1, por supuesto, es la que lleva el nombre de Libertador General San Martín, hablar de este verdadero prócer de la patria será redundar en epítetos que nunca llegarian a cubrir su personalidad, profesionalismo, etc, etc. Basta como ejemplo decir que la planificación del cruce de la cordillera de los Andes aún es, por su perfección, materia de estudio en todas las academias militares del mundo. No quiso verse mezclado en las guerras civiles en nuestro país, prefirió exilarse, mientras que otros “próceres” que la “historia” nuestra demasiado tendenciosa, para mi gusto personal, trataron y sus seguidores tratan de vilipendiar su memoria.
La calle N° 2 es Belgrano que bien debería llamarse Dr. Manuel Belgrano, pues no fue un simple nombre perdido en la historia, sino un ejemplo de virtudes. Siguiendo nuestra tradicional costumbre, aún no se le ha resarcido lo adeudado ni tampoco creo que cumplieron con sus donaciones. Ejemplo de nuestros gobiernos “Unitarios” pero bien disfrazados de “FEDERALISTAS”. 

Carlos desafía a quien pueda elevar una sola palabra, denostando a estos dos PRÓCERES.

-La calle N° 3 es Güemes,  que homenajea al famoso general Martín Miguel de Güemes, que al mando de sus Infernales impidió las invasiones realistas en el norte. No se toma verdadera magnitud de lo realizado por éste PRÓCER, pues hay que tener en cuenta a título de resumen que era una reunión de gauchos mal armados contra un ejército regular fogueado en innumerables batallas. Por supuesto que terminó como casi todos sus iguales, a raíz de una traición.
Como corolario de todo lo vertido digo que hay calles que mejor no tuvieran nombre, antes de homenajear a personajes nefastos, por cierto en su mayoria unitarios y no los nombro no por cobardía, sino porque la repugnancia me lo impide.
Yo les pediría a quienes son responsables de colocar los nombres que leyeran un poco más la historia y ahondaran un poco en los caudillos y luego con sus actos, como los egipcios que, en el Juicio de Osiris, creían que para determinar el destino de los muertos se comparaba el peso de una pluma de la diosa de la Justicia MAAT con el del corazón del fallecido. 

 De la Pampa húmeda al mar

"Manuela Robustiana Ortiz de Rozas fue una activista política hija del gobernador de Buenos Aires, Juan Manuel de Rosas".

Lidia Olmedo sigue con la evocación de Manuelita Rosas, cuyo nombre lleva una calle del barrio Alberdi, y afirma: "Su simpatía, inteligencia y tacto le permitieron ser una inestimable ayuda para su padre, quien dominó durante un cuarto de siglo la política argentina". Las lecturas de Lidia también la llevan a apuntar que Manuelita fue "por momentos considerada primera ministra más que primera dama de Rosas".
El nombre de una de las calles que corre a tres cuadras de la plaza principal es (Juan Bautista) Alberdi, quien "participó en las luchas políticas de su tiempo, que le valieron la expatriación. Llevó a cabo misiones diplomáticas, cultivó con maestría el periodismo y publicó obras tales como Bases y punto de partida para la organización política de la República Argentina, verdadero tratado de derecho público americano". Acota Lidia que, aunque menos nombrado, El crimen de la guerra fue otro volumen redactado por Alberdi.
De regreso al lado este de la pasarela del ferrocarril, la calle "Almirante Brown", referencia al "más famoso de los marinos que intervinieron en la lucha por la emancipación americana. Nació en Irlanda en 1777 y en 1809 llegó a Buenos Aires como capitán de barco mercante. En 1814 fue nombrado jefe de todas las fuerzas navales. Derrotó a los realistas y años después consiguió una importante victoria sobre la flota de Brasil".

Referentes

Blanca Molina admira al "general San Martín" por su honestidad y la gran lucha para lograr liberar tres países, Argentina,  Chile y Perú, pero luego muy dolido por los disturbios ocasionado por los intereses tomó la decisión de partir hacia Europa, donde falleció en Boulogne Sur Mer acompañado por su hija, nieta y yerno".

Otro prócer, cuyo nombre también está inmortalizado en una calle riocuartense, es Manuel Belgrano. Blanca lo destaca por haber sido "creador de la bandera argentina" , por ser quien "derrotó a los realistas en Tucuman". Recuerda que "falleció en la miseria, tal es así que no tenía dinero para pagarle a su medico, se saco de su muñeca el reloj de plata y oro y se lo entregó por su atención". 
Juan Manuel de Rosas es otro ponderado por la alumna del PEAM. "Este personaje fue durante 20 años gobernador de Buenos Aires. De muy chico le gustó mezclarse con los peones de la estancia de su padre. Tuvo su bautismo de fuego" durante las "invasiones" y luchó contra los ingleses.

 Balcones

"El marqués Rafael de Sobremonte había asumido el gobierno de lo que fuera la intendencia de Córdoba del Tucumán por esos tiempos en que los araucanos o ranqueles asaltaban los caminos comerciales que cruzaban la region". Matilde Maffrand continúa recordando que, "para reforzar la línea fronteriza, Sobremonte decide acercar la población que se encuentra desperdigada por el territorio fundando la Villa de la Concepción del Río Cuarto" en 1786. "Así comienza a formarse la nueva población, que se urbaniza y recibe inmigración masiva europea, en especial italiana y española".

"La situación actual nada tiene que ver con los orígenes de la ciudad. El ser humano quiere reformularse, reinventarse porque los tiempos cambian, las situaciones son diferentes", añade Matilde. Sueña con compromisos particulares y colectivos para "embellecer las calles, ver pintados los frentes de las casas, ordenadas sus veredas, muchas rotas y muy angostas".

Le encantaría a esta alumna del PEAM "ver macetas con flores cuidadas por sus dueños, orgullosos de poner un toque de color en sus viviendas". A cuento de esto comparte versos de Baldomero Fernández Moreno:


Setenta balcones hay en esta casa,

setenta balcones y ninguna flor.

¿A sus habitantes, Señor, qué les pasa?

¿Odian el perfume, odian el color?


La piedra desnuda de tristeza agobia,

¡Dan una tristeza los negros balcones!

¿No hay en esta casa una niña novia?

¿No hay algún poeta bobo de ilusiones?


¿Ninguno desea ver tras los cristales

una diminuta copia de jardín?

¿En la piedra blanca trepar los rosales,

en los hierros negros abrirse un jazmín?


Si no aman las plantas no amarán el ave,

no sabrán de música, de rimas, de amor.

Nunca se oirá un beso, jamás se oirá un clave...

¡Setenta balcones y ninguna flor!

Postales y memorias

Sabe Ana Chevarría que no toda la gente que "ha trabajado por el bien común de la ciudad" recibió reconocimiento en "la nomenclatura de las calles". Pondera el rol de "los historiadores para conocer al respecto" y escoge tres, a saber:

"Mártires Riocuartenses", es la primera que menciona y remite a "una de las páginas más trágicas de la zona". Honra la memoria de quienes fueron tomados prisioneros y fusilados por Facundo Quiroga.

"Julio Humberto Mugnaini fue un intendente que hizo mucho por nuestra ciudad", memora Ana. "Pierde su vida en 1975, mientras ejerce su mandato. El puente colgante, del Bicentenario, lleva su nombre".

De la "Avenida Roca", tal el nombre que aún se ve en ciertas esquinas del bulevar que liga barrio Alberdi con el macrocentro, a Ana le gusta "la forma de barco del edificio" en el hace años funciona un sanatorio. Esta alumna del Programa Educativo de Adultos Mayores se complace en recordar que el actual Centro Cultural El Andino era "la estación de trenes, cuyos alrededores se fueron poblando a su compás". Disfruta de las  "construcciones de antes que rodean el centro del bulevar, que "está siempre en latente cambio" y según las épocas expone palmeras, flores, bancos o glorietas.

Patrimonios

"Las calles de Río Cuarto tienen ese no se qué, ¿viste?". Patricia Murphy parafrasea la Balada para un Loco y elige sus tres favoritas:

-Quírico Porreca, con su enorme arboleda que une en el centro su follaje de diferentes tonalidades. Da ganas de caminar despacio disfrutando del aroma que despiden sus hojas. Árboles añosos que nos regala a quienes nos gusta transitarla.
-Bulevar Roca, que ha sufrido a través del tiempo de autoridades que lo han transformado muchas veces para peor sacándoles sus glorietas, sus bancos de plaza, el verde, y sin embargo tienen un espíritu y un encanto muy especial: edificios centenarios de los cuales quedan muy pocos. Una calle que quiere mantener su historia a pesar del tiempo y de las personas.
-San Martín. Esa cuadra tan característica de casas elevadas, tan original e impensada... Calle por donde se puede entrar a la ciudad y muestra casas, locales comerciales, los infaltables edificios que le dan un poco de mirada futurista. Me atrapa, y lo disfruto, el tanque de agua justo en la esquina con Dinkeldein, una construcción añeja que se mantiene firme, bien conservada. Es un arraigo cultural que sobrevive a los años y la gente. 
Patricia concluye señalando que "Río Cuarto tiene -o tenía- obras edilicias de envergadura e historia, pero parece ser que el progreso, para serlo, debe destruirlas, hacerlas desaparecer. Lo irónico es que se viaja a Europa para ver la historia de un lugar, los patrimonios culturales, y nosotros los destruimos".

3/5/21

 Luminoso lugar

"La Universidad Nacional de Río Cuarto cumplió 50 años. Es una institución de prestigio acumulado con el paso del tiempo", empieza Patricia Murphy su reconocimiento. Evoca esta alumna del Programa Educativo de Adultos Mayores que "creer fue la voluntad de muchos referentes para que la ciudad tuviera una casa de altos estudios, que muchos tuvieran la posibilidad de conseguir un título sin abandonar su hogar, su arraigo".

Agrega Patricia que la UNRC ha sido capaz de "crear pensando en incorporar nuevas carreras a medida de las expectativas de la sociedad y sus jóvenes para la inserción laboral".
En cuanto a crecer, siente que la universidad lo favorece, por ejemplo "ayudando con el PEAM a muchos adultos mayores que formamos parte de un universo estudiantil que nos hace crecer cada día en cada taller dándonos la posibilidad de seguir aprendiendo". Añade que "tanto jóvenes como adultos sentimos que incrementar nuestros conocimientos es un placer diario".
Celebra Patricia los 50 años de universidad "ayudando a la ciudad y la región, creciendo desde su fundación año a año hasta ser una casa de excelencia. Medio siglo con altos y bajos a través de los cuales se han recibido miles de alumnos que "demuestran en cualquier parte del mundo lo que se puede lograr con creer, crear, crecer".