Pureza
Ana Chevarría contempla la foto del más sureño de nuestros mares, donde la cordillera parece una serranía nevada, y la asocia a "los avatares de nuestra vida. Pasamos de las cosas más oscuras a lo claro. Hay momentos que son difíciles de transitar, luego viene el remolino del agua del mar y lo podemos sortear. A veces no nos damos cuenta -prosigue esta alumna del PEAM- de cuánto tenemos a nuestro alrededor, frente a nuestros ojos".
Para Ana, la imagen le da "sensación de paz, tranquilidad" y la lleva a evocar la frase franciscana según la cual "dando siempre se recibe". Afirma que "deslizándonos hacia el paisaje podemos estar en sosiego, entretenernos mirando lo bello que existe. A veces, todo parece pesar, pesar, por eso es bueno fijarnos en esto y sentir que todo pasa, todo sale, tenemos mucho por vivir".