5/5/21

Memoria y justicia

"Ingeniero Dinkeldein es la calle donde vive mi mamá, en la que nací y jugué cuando era chica. Fue asfaltada al poco tiempo de que me vine a Banda Norte", cuenta Susana Carbonari. 

Su evocación honra al "propulsor de la obra más revolucionaria de la época en Río Cuarto, agua corriente e iluminación a gas". Fue gracias a ese alemán nacido el "13 de enero de 1844" que "una vez graduado viene a la Argentina y sus allegados le señalan Río Cuarto" como destino en la década de 1880.
"Dinkeldein -prosigue Susana- constituyó la empresa de Gas y Agua Corriente". Entre cuentas que ni siquiera cierran con el aporte de "sus propios bienes" y "la tensa relación con el municipio, el representante de la compañía se reúne con los miembros del concejo y pone fin al contrato. Las conexiones de gas funcionan hasta 1898 y las de agua corriente, hasta 1931 con las obras de la nación. 
Dinkeldein fallece el 21 de julio de 1899".
La alumna del Programa Educativo de Adultos Mayores rescata de sus lecturas que "en 1928 el concejal Florencio Arrázola, en la intencia de Vicente Mójica, promueve que una calle de Río Cuarto lleve su nombre en su honor". Pondera Susana que "la obra iniciada por Dinkeldein no ha sido en vano. Se le debe reconocer el progreso que significó para la ciudad, un indudable adelanto que apenas pudo ser disfrutado por él, que fue olvidado como muchas personas de bien".
Vueltas de la política, con el tiempo se lo empezó a apreciar como corresponde. De hecho, Susana recuerda que "de chica pasaba por el tanque y me decían que el ingeniero Dinkeldein lo había hecho".
Buenos Aires es otra calle cara a las vivencias de Susana: "Allí vivían mi abuela y tíos y nos encontrábamos a jugar al carnaval con chicas, chicos y algunos grandes que se atrevían. Hoy está totalmente asfaltada, es una calle espaciosa, linda y llena de árboles".
Para el final, "el pasaje Soco Soco, que algunos dicen que es un término de los ranqueles que significa 'río hermoso, río bonito'. Es estrecho, como todos los pasajes, pero para mí es muy bonito", lo valora quien allí reside hace más de cuarenta años.