Figura prominente
Por Elena Moscone, alumna del Programa Educativo de Adultos Mayores
¿Puede haber uno o varios tipos de líderes?
Usamos la palabra liderazgo de forma corriente. No nos extrañamos de leer ofertas de trabajo donde se busca un líder de proyecto. Vemos también descripciones de roles que se definen como líder. Un rol puede ser un jefe, un rol puede ser un responsable, pero un líder no puede ser un rol.
Porque al contrario de los roles donde alguien superior de la organización te lo asigna, un líder no es una asignación de abajo hacia arriba, es elegido por sus seguidores, es señalado por ellos y no solo con palabras, sino con gestos, con entrega, sirviendo de inspiración.
El líder es la figura a la que todos sus seguidores recurren para ver qué hacer sirviendo de modelo de cómo ser.
Según Fred Kofman, liderazgo es el proceso por el que una persona (el líder) obtiene el compromiso interno de otros (los seguidores) para llevar a cabo una misión actuando en línea con los valores del grupo. El liderazgo es conseguir lo que no se puede tomar por la fuerza, merecer lo que solo se puede dar libremente.
En la actualidad veo como verdadero líder a Angela Merkel, ella es considerada desde hace años la más poderosa del mundo, la canciller alemana asumió por seis meses la presidencia rotativa del bloque en un período inédito de crisis sanitaria y encrucijada económica.
Ella dio un giro revolucionario a su gestión, al aceptar el principio de una mutualización parcial de la deuda de la Unión Europea al borde del abismo a causa de la pandemia. Así, su primer ministro decía: ‘Alemania desea ser una fuerza motriz y un moderador. Nuestra tarea consistirá en crear puentes y hallar soluciones que beneficiarán a todos los ciudadanos europeos’. Angela Merkel es sobria, pragmática y con frecuencia eficaz. Alemania aspira a ejercer su liderazgo pero rechaza la imagen asociada a ese concepto. Merkel detesta la ostentación y se esfuerza en limitar las expectativas de sus socios.
Angela Merkel, que desearía hacer avanzar la transición ecológica, profundizar la política migratoria y finalizar el proceso del Brexit, lo intentará en condiciones complicadas; la canciller dará prioridad a la reactivación económica.
Ella es actualmente la líder más respetada a nivel mundial, una científica de la química cuántica convertida en política que habla a la perfección alemán, inglés y ruso. Angela Merkel encabeza la economía más fuerte de la Unión Europea y entre las principales del mundo. Sin embargo, no recibe ningún subsidio estatal gratuito, ni vivienda, ni electricidad, ni gas, ni agua ni teléfono gratuito del presupuesto de la República Federal Alemana. Hace sus propias compras. Ante una pregunta de un periodista, “¿ recuerda que le tomé una foto con ese mismo vestido hace diez años?”, ella le respondió: “Mi misión es servir a mis semejantes alemanes, no ser modelo”. Otro de sus dichos: “Los presidentes no heredan problemas. Se supone que los conocen de antemano, por eso se hacen elegir para gobernar con el propósito de corregir dichos problemas. Culpar a los predecesores es una salida fácil y mediocre”. Cuando se le pregunta por qué invierte tanto en educación, explica: “Porque los ignorantes nos cuestan mucho dinero”. Más afirmaciones suyas: “La pandemia no puede ser combatida con mentiras”, “el populismo que niega realidades está mostrando sus límites”, “el problema no es la reelección, es la desinformación”. Además, sostiene que “los pueblos eligen su democracia” y que “leer evitará que llames democracia a un golpe de estado”.
El escritor Mario Vargas Llosa se pregunta: “¿Es fácil seguir el modelo alemán? No lo es y, por eso, muchos países que quisieran ser prósperos no pueden continuar sus pasos. ¿Cuál es el problema? Básicamente, la corrupción”.
Creo que la pandemia del coronavirus pone a prueba el liderazgo de la dirigencia política mundial y su capacidad de gestión.
Y la figura de líder que más se destaca es la de Angela Merkel.