Luces en el horizonte
"Podemos perder un libro, los anteojos, ese paraguas amado que trajimos de aquel viaje. Lo que no podemos perder es el objetivo de construirnos mejores personas, de construirnos a través de la ética y la moral", sostiene Matilde Maffrand.
"Debemos preocuparnos cuando observamos que en busca de poder se arremete con furia contra las libertades individuales y colectivas", agrega la estudiante del Programa Educativo de Adultos Mayores.
Entusiasta alumna de Filosofía, señala que Fernando Savater expone en un artículo que "en política los objetivos principales serían estos tres: libertad, individuo y democracia. Entiende que la sociedad existe para desembocar en el individuo, porque el fin último ha de ser la libertad y el bienestar de la persona". Al respecto, dice: "Hoy y aquí, en la Argentina, tengo serias dudas".
Otro invitado a la mesa de Matilde es Emmanuel Kant, que viene con la libertad: "En tanto que su realidad queda demostrada mediante una ley apodíctica (que encierra una verdad concluyente) de la razón práctica, constituye la clave de bóveda para todo el edificio de un sistema de la razón pura. Por lo tanto, se trata no de uno de los pilares sino del elemento más importante sin el cual toda la filosofía kantiana se quedaría en ruinas". O sea, sacar la libertad de los cimientos sociales es jugar a la demolición pero no con ladrillitos sino con gente.
"En estos momentos inciertos en los que el mensaje es 'quedate en casa', veo con gran preocupación un avance muy fuerte sobre las libertades individuales y colectivas", plantea Matilde. Asimismo, recuerda a Martin Heidegger, para quien la libertad es la "esencia que abarca y penetra todo, en retrorreferencia a la cual el hombre es primeramente hombre; ello es, la esencia del hombre se funda en la libertad".