Vive la película de tu vida
Por Elena Moscone, alumna del PEAM
Como en una película veo pasar esta pandemia del covid 19. Confío que no vino para quedarse, porque de pandemias, pestes y la supervivencia a esas y otras hecatombes está hecha nuestra humanidad.
Pienso que esto que vivimos, algún día va a pasar y será un recuerdo, ojalá que con muchos sobrevivientes. Para los más afortunados, quedarán anécdotas pintorescas, para la gran mayoría, la huella del miedo. Y para muchos la catástrofe económica. O el trauma devastador de la muerte en soledad de un ser querido.
Pienso que la pandemia vino a descorrer velos.
Ahí estamos parapetados en nuestras pantallas comunicándonos visualmente, recibiendo clases por internet, los niños tratando de comprender que ese pequeñísimo virus pone en riesgo nuestra vida que parecía tan libre.
Como en una película, nos vemos todos a dos metros de distancia, usando barbijos, máscaras y mucho, muchísimo alcohol, viendo al otro como un posible enemigo, cuanto más lejos, mejor.
Así los afectos también alejados pensándonos sanos cada quien en su lugar, donde vive.
La vida es incierta siempre y más en este momento. Allí es donde van los esfuerzos por acotar el misterio: hacemos planes, diseñamos agendas, coordinamos citas, damos exámenes, nos proponemos metas. Trazamos el surco contenedor que nos protegerá de la intemperie y entonces ocurre lo impensable: una forma de vida ínfima y un tanto parasitaria se escabulle de los parámetros convenidos, encuentra su propio cauce y tira por la borda los planes del mundo de nuestras vidas y lo que proyectábamos para ellos.
John Berger decía que la esperanza es un acto de fe y que para sostenerla necesita acciones concretas.
En esta situación de la vida, nuestra tarea pienso, debe ser hacer todo lo mejor posible, poniendo nuestro mejor empeño, para lograr la mejor película de nuestra vida.
Amanecer con fe y esperanzas pensando que no todo es rutinario ni reiterativo en el hogar.
Ser perfectible pasa a ser prioritario. Esmero por cada pequeña labor a realizar ya que tenemos el tiempo todo nuestro, para enriquecernos, para poner bien una mesa, para tender bien una cama, para poner una linda mesa, hacer bien una comida.
Ya pasó la época en que nos urgía realizar cosas.
Antes de la pandemia, el filósofo Byung-Chul Han sugería aprender a construir ciertos paréntesis ante la vorágine en que estábamos. Su planteo podría parecer simbólico pero era literal: proponía cultivar un jardín.
Otra opción es poder ir hacia los otros en una comunión virtual, telefónica, whatsapp. Todo vale para no sentirse solo y hacer que cobren más protagonismo los valores, la solidaridad, el amor, el valor de cada pequeña cosa que hacemos.
Creo que podemos empezar a tejer nuestro propio mañana, conjugarlo en presente y desplegarlo como un abanico, abierto a lo que vendrá.
Eso es para mí, que cada persona viva la película de su vida, con el mejor guion, la mejor actuación, el realismo y por qué no sin dejar de soñar.