Ensamble y rumbo
Carlos López está convencido de que se aprende más de la derrota que de el triunfo. Acaso pensando en todos quienes dudan o sienten que es demasiado amarga la medicina como para ser buena, este alumno del Programa Educativo de Adultos Mayores ofrece muy buenos fundamentos:
"Primero hay que tener en cuenta que la derrota o el triunfo están compuestos de diferentes factores que se complementan entre sí, suelen ser una secuencia de sucesos perfectamente ensamblados o sea una estrategia.
Cada vez que se elaboran estos componentes, van dirigidos a un fin determinado, pero a veces ocurre que olvidamos u obviamos pequeños detalles o también grandes, pero los pequeños pueden ser los más determinantes que hacen trastocar todo.
Cuando todo sale bien, solemos no ver estas fallas, es decir no se aprende.
Ahora bien, cuando ocurre lo contrario es cuando afloran las fallas" y conviene "hacer hincapié", en caso de que sea factible, "en remediar esos errores". Es la oportunidad para "estudiar todas las causas que llevaron a la derrota y si eran evitables".
Continúa diciendo Carlos que "nada debe quedar librado al azar, pero acá volvemos al factor suerte, los imponderables. Resumiendo, se aprende más de la derrota que de los triunfos. Podemos decir que es mejor actuar con el diario del lunes", concluye con una sonrisa.