Sueño temprano
Por Matilde Maffrand, del Programa Educativo de Adultos Mayores
El insomnio se expandió, el poeta escuchó el tin tan del reloj varias veces. En su cabeza seguía girando el recuerdo de su país, que no producía oro, ni hierro, ni estaño, aunque su suelo inexplorado estaba repleto de ricos minerales. De sus ríos, sus montes de gran altura, donde los verdes sepia y oro competían por destacarse, su gente vestida de colores, su ropaje teñido con un cromatismo inigualable. Recuerdos locos... Soñaba el poeta con la imagen de su boda. Torres de cristal, estrellas casi navideñas y, mientras hacía equilibrio sobre la boleta de velas entramadas que lo llevara a un horizonte desconocido y hostil, compuso estos versos:
Sueña, poeta
amontona las palabras
condúcelas hilvanadas a su destino
ni una queja ni un dolor
Te robaron la vida
tu nombre es desamparo