5/10/20

Floreciente gratitud

El ejercicio es narrar una historia de suegras y flores. A continuación, la feliz experiencia de Matilde Maffrand:

-Hay una flor, se llama la suegra y la nuera, que una mira para un lado y la otra, para el otro. Sale en los libros de jardinería. No es mi caso. Mi suegra me acompañó, me asistió, me quiso durante todo este tiempo y fue como un pilar importante en mi vida y en mi matrimonio. Fue una abuela ejemplar; mis hijos la recuerdan con muchísimo cariño y fue un ejemplo de mujer honesta, trabajadora, buena gente.

Entonces, si la viera detrás de un puesto de flores le regalaría un ramito de anémonas.